Por: Miguel Angel Hernández*
El gobierno del presidente Maduro ha denunciado por enésima vez, un supuesto plan golpista contra Venezuela, orquestado desde Estados Unidos.
Desde que asumió la presidencia ha insistido en este estribillo con mucha frecuencia. En realidad, este cuento no es nuevo. El Presidente no ha hecho si no repetir algo que ya es viejo y trillado, un argumento al que el presidente Chávez acostumbraba apelar.
Maduro se une al coro de otros presidentes latinoamericanos del falso progresismo, como por ejemplo Cristina Kirchner, que en medio de la brutal crisis generada por el asesinato-suicido del fiscal Nisman, repite que la “quieren voltear”, y que esto no sería más que un complot contra su gobierno.
Nicolás Maduro, al igual que su colega de Argentina, crea una cortina de humo para ocultar la grave situación de escasez, que se expresa en las largas colas para comprar alimentos. Este discurso busca ocultar la elevada inflación que destruye los salarios del pueblo trabajador; los despidos masivos en empresas públicas y privadas, los cuales se ejecutan con el aval de las inspectorías del trabajo. La injerencia del gobierno a través del TSJ y el CNE en los procesos electorales sindicales, que por su naturaleza deben ser autónomos; así como los constantes apagones en todas las regiones del país, la falta de agua y el deterioro de los servicios públicos, en general.
El gobierno intenta hacer creer que estamos en una situación similar a la del 2002. Pero la actual en nada se parece a aquellos días. El golpe del 2002 estuvo precedido por paros patronales, pronunciamientos militares, llamamientos por parte de los partidos de la oposición patronal a desconocer al gobierno. Mientras que hoy el gobierno cuenta con el aval de Fedecámaras y la MUD para aplicar el ajuste, y controla el estamento militar, a través de toda clase de prebendas, cargos gubernamentales, viviendas, carros y aumentos salariales anuales. No obstante, de presentarse eventualmente una situacion similar, nuestro partido la enfrentaria decidididamente, como lo hicimos en aquel momento.
Este discurso del golpe es parte de la matriz de opinión alrededor de la llamada “guerra económica”, que el gobierno ha venido presentando propagandísticamente, eludiendo su responsabilidad y tratando de justificar el desabastecimiento que agobia a millones de venezolanos.
En medio de flagrantes contradicciones, que evidencian la profunda crisis política que se desarrolla en el seno del gobierno, Maduro habla de golpe y al mismo tiempo le pide a la Celac y a Unasur que intercedan ante Obama para iniciar un dialogo con el gobierno norteamericano.
Avanza el plan de ajuste del gobierno
Mientras tanto, el gobierno instrumenta un plan de ajuste para hacerle pagar al pueblo trabajador las consecuencias terribles de la crisis económica, generada por el gobierno, banqueros, transnacionales y empresarios.
Ese plan se ha concretado en una nueva devaluación, a través de la unificación de los dos Sicad, y en el anuncio del aumento de la gasolina, el cual se tratara de instrumentar en el marco de una pantomima de debate, complementado con una costosa campaña publicitaria en TV y medios impresos, para tratar de convencer a la población de la necesidad de una medida que generará, sin ninguna duda, una espiral inflacionaria que destruirá aún más, los ya alicaídos salarios de los trabajadores y el conjunto del pueblo oprimido.
El gobierno dice que los recursos que se obtengan por el aumento de la gasolina serán destinados a programas sociales, pero ¿quién puede creer eso, viniendo de un gobierno que permitió a importadores y boliburgueses robarse cerca de 260 mil millones de dólares en 15 años, a través de importaciones fraudulentas?
A su vez, el gobierno acaba de aumentar el precio de la harina de Bs. 12,40 a 19, es decir, un aumento de Bs. 6,60. Por su parte Fedecamaras muestra su disposición a llegar a acuerdos con el gobierno, y solicita una reunión ya acordada con Miguel Pérez Abad, empresario “socialista” y coordinador del Equipo Especial de Dialogo y Asesoría del Estado Mayo Económico. Simultáneamente, empresas de alimentos, calzados, textil, medicinas, electrodomésticos, productos del hogar y aseo personal, se reunieron con la Superintendencia Nacional de Precios Justos, para discutir “ajustes” de precios.
La MUD no es alternativa para los trabajadores y el pueblo
Por otra parte, la oposición burguesa agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática, intenta aprovechar el deslave social que se está produciendo en el seno de la base popular chavista, para pescar en río revuelto y presentarse como una opción ante la crisis, especialmente en el contexto electoral del año 2015.
A los activistas obreros, comunitarios, a los jóvenes, a todos aquellos que alguna vez tuvieron esperanzas en el proyecto de Chávez, y hoy ven como esas expectativas naufragan, los llamamos a no oír cantos de sirena de dirigentes financiados por el imperialismo, y apoyados por Fedecámaras, Cavidea y transnacionales. La MUD, en todas sus variantes, responde a los intereses de los capitalistas y explotadores, por eso están de acuerdo con el aumento de la gasolina, avalan las empresas mixtas en Pdvsa y apoyan los aumentos de precios decretados por el gobierno.
Por un Plan Económico y Social Alternativo
En este marco, los trabajadores, los jóvenes, los pobladores de las comunidades, debemos movilizarnos y enfrentar en la calle de manera independiente de la MUD, el ajuste que el gobierno de Maduro en acuerdo con los empresarios, viene aplicando para hacerle pagar a los asalariados los costos de la crisis por ellos generada.
Exhortamos a la Unión Nacional de Trabajadores, a los activistas de Marea Socialista, y a todos aquellos descontentos con el gobierno, a unir fuerzas convocando a un Encuentro Nacional Obrero y Popular, que discuta un Plan Económico y Social Alternativo ante la crisis, que exija un aumento general de salarios de emergencia, sobre la base de un 150% de aumento al salario mínimo, para equipararlo a la canasta alimentaria, y que se ajuste cada 3 meses de acuerdo a la inflación; impuestos progresivos a las transnacionales y grandes empresas privadas; nacionalización de la banca. Todo ello en el marco de pelear por una industria petrolera que sea 100% estatal, sin empresas mixtas ni transnacionales, y que los cuantiosos recursos que se obtienen por el petróleo se destinen a salud, educación, contratos colectivos, seguridad social, vivienda, empleo digno, jubilaciones, reforma agraria y recuperación de las empresas básicas de Guayana.
Debemos movilizarnos por este plan de emergencia para que la crisis no caiga sobre nuestros hombros, en la perspectiva de luchar por un Gobierno de los Trabajadores y el Pueblo.
*Secretario general del Partido Socialismo y Libertad (PSL)
@UcvMiguelangel
miguelaha2014@yahoo.com
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