Milano, obrero de Chrysler
Por: C-cura
(Carabobo)
El pasado jueves 21 de enero, la moneda de la lucha de los trabajadores carabobeños enseñó sus dos caras. La primera fue combativa, radical, incendiaria si se quiere, cuando cientos de trabajadores que llevan meses y/o años en calidad de despedidos arbitrariamente, tomaron la decisión de plantarse firmes frente a las oficinas de la “Pipo” Arteaga, para llamar la atención a los funcionarios de la Inspectoría del Trabajo exigiéndoles que de una vez por todas se pronunciaran e hicieran efectivas las órdenes de reenganche de más de 7.000 padres de familia en el Estado Carabobo. “Masacre laboral” que se ha perpetrado con la complicidad perversa de la burocracia sindical como la que dirige el sindicato de Chrysler, y con la indolencia complaciente de funcionarios del ministerio del trabajo, que en forma reiterada terminan favoreciendo a los patronos con sus providencias y la tardanza procesal, acciones que por cierto son muy bien remuneradas por los empresarios.
La rabia acumulada de los despedidos se expresó en forma poco usual este jueves 21 de enero, ya que siempre los trabajadores prefirieron las consejas de la dirigencia sindical gobiernera de la Central Socialista Bolivariana, de los diputados del Psuv y del PCV y de los propios funcionarios de la Inspectoría del Trabajo, que recomendaban “tener paciencia” y apostar a los inservibles viajes a la Asamblea Nacional dominada en su momento por el Psuv y a las “mesas de diálogo” que de forma reiterada han demostrado que no sirven para absolutamente nada ya que sólo persiguen dilatar la solución a los reclamos de los trabajadores.
Esta vez, la acción fue intensa, calurosa y “ultimatista” porque la paciencia de los trabajadores se agotó. El taponamiento de la calle con cauchos que rápidamente ardieron, y la toma de las oficinas de la Inspectoría para que algún funcionario diera la cara, dio sus resultados, porque de inmediato una funcionaria tuvo que atender el reclamo y comprometerse para que al lunes 25 de enero se definieran las fechas concretas de inicio de los reenganches forzosos de los trabajadores despedidos arbitrariamente.
El pasado jueves 21 de enero, la moneda de la lucha de los trabajadores carabobeños enseñó sus dos caras. La primera fue combativa, radical, incendiaria si se quiere, cuando cientos de trabajadores que llevan meses y/o años en calidad de despedidos arbitrariamente, tomaron la decisión de plantarse firmes frente a las oficinas de la “Pipo” Arteaga, para llamar la atención a los funcionarios de la Inspectoría del Trabajo exigiéndoles que de una vez por todas se pronunciaran e hicieran efectivas las órdenes de reenganche de más de 7.000 padres de familia en el Estado Carabobo. “Masacre laboral” que se ha perpetrado con la complicidad perversa de la burocracia sindical como la que dirige el sindicato de Chrysler, y con la indolencia complaciente de funcionarios del ministerio del trabajo, que en forma reiterada terminan favoreciendo a los patronos con sus providencias y la tardanza procesal, acciones que por cierto son muy bien remuneradas por los empresarios.
La rabia acumulada de los despedidos se expresó en forma poco usual este jueves 21 de enero, ya que siempre los trabajadores prefirieron las consejas de la dirigencia sindical gobiernera de la Central Socialista Bolivariana, de los diputados del Psuv y del PCV y de los propios funcionarios de la Inspectoría del Trabajo, que recomendaban “tener paciencia” y apostar a los inservibles viajes a la Asamblea Nacional dominada en su momento por el Psuv y a las “mesas de diálogo” que de forma reiterada han demostrado que no sirven para absolutamente nada ya que sólo persiguen dilatar la solución a los reclamos de los trabajadores.
Esta vez, la acción fue intensa, calurosa y “ultimatista” porque la paciencia de los trabajadores se agotó. El taponamiento de la calle con cauchos que rápidamente ardieron, y la toma de las oficinas de la Inspectoría para que algún funcionario diera la cara, dio sus resultados, porque de inmediato una funcionaria tuvo que atender el reclamo y comprometerse para que al lunes 25 de enero se definieran las fechas concretas de inicio de los reenganches forzosos de los trabajadores despedidos arbitrariamente.