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La nómina de la empresa se multiplicó por tres, pero la producción anual es inferior a lo que producía en un mes la gerencia privada. (1) Gráfica Correo del Caroní
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Consideramos que el debate sobre el estado de las empresas básicas es una labor diaria, y que su interés, no atiende solo a quienes laboran en ellas. Podemos tener diferencias de fondo o con algunos de los aspectos de estos cuatro materiales. Sin embargo, los consideramos importantes porque ponen en el tapete temas de gran importancia ante la situación de todas y cada una de las empresas del Estado; sean las básicas de Guayana, Coorpolec, las hidrológicas, PDVSA, el sistema de ferrocarriles
o El Metro; todas fuentes de trabajo que están en manos de Estado y que han sufrido por quienes las administran, de la malversación, desvíos de todos sus recursos y la caída productiva.
Consideramos, vital su lectura.
....................Deslinde....................
Este lunes (09.04.2018) se cumplen 10 años del anuncio de reestatización
de Sidor, y como ha venido registrando Correo del Caroní a lo largo de una
década, los balances son negativos. No solo decayeron los beneficios
laborales, cuya negociación empujó la vuelta a manos estatales en 2008,
sino que la producción cayó en más de 90%. Desde 2014 la empresa está
en quiebra desde el punto de vista contable, resultado de una administración
estatal que, a punta de corrupción, populismo y delirios ideológicos, hizo
un cadáver de la siderúrgica más importante de Venezuela y una de las de
América Latina y el Caribe.
Correo del Caroní
09.04.2018
María Ramírez Cabello
mramirezcabello@gmail.com
Una aguda crisis laboral durante 15 meses, por desacuerdos entre trabajadores y gerencia en las negociaciones socioeconómicas del contrato colectivo, alentaron la reestatización de Sidor la madrugada del 9 de abril de 2008. El Ejecutivo, en palabras del entonces vicepresidente Ramón Carrizalez, percibía una actitud “arrogante, prepotente e inflexible” de parte de la trasnacional Ternium, propiedad del grupo multinacional Techint. Calificaban la situación de los empleados de “semiesclavitud”.
Esa madrugada, tras la negativa de la empresa de presentar una contrapropuesta salarial en la tensa reunión en los espacios del complejo hidroeléctrico Macagua, la amenaza de la vuelta a manos estatales se hizo realidad. Una llamada bastó para que el ex presidente Hugo Chávez diera la orden a Carrizalez.