La sed de Pdvsa por dólares es más que evidente de sus recientes negociaciones económicas con empresas petroleras extranjeras y de otras negociaciones en el mercado internacional.
En las últimas semanas, la estatal venezolana ha firmado compromisos con empresas rusas (Banco de Gazprom: US$ 1.000 millones), españolas (Repsol: US$ 1.200 millones) y estadounidenses (Chevrom: US$ 2.000 millones). Esos compromisos han sido por montos si se quiere pequeños, lo que da la idea de que las necesidades son muchas y se está buscando donde sea; pareciera que se está raspando la olla de los financiamientos posibles y los directivos de Pdvsa “agarran aunque sea fallo”.
Por esa vía, Pdvsa se endeudaría por unos 10 mil millones de dólares supuestamente dirigidos a inversiones, que incrementen la producción de crudo en zonas petroleras tanto de la Faja del Orinoco como de otras regiones del país. La asociación inconstitucional con empresas mixtas, que fue justificada inicialmente en la Faja por tratarse de crudos pesados, que requerían tecnología especial no poseída por Pdvsa, ahora se ha extendido a otros campos y ya no se trata solo de crudos pesados. El préstamo con Gazprom es para la empresa mixta Petrozamora, de la costa oriental del Lago de Maracaibo; con Chevron es para Petroboscán, también en el Zulia; y con Repsol es para Petroquiriquire, en la Faja de Monagas.
Pero la empresa dirigida por Ramírez también emitió recientemente bonos por 4.500 millones de dólares, se endeudó en 1.500 millones de dólares con bancos nipones y recibió créditos chinos e italianos por 5.500 millones de dólares para las empresas mixtas, además de las emisiones privadas realizadas en el transcurso del año. Su deuda crece y crece y Rafael Ramírez dice que tiene respaldo en los activos de la empresa, cosa gravísima si por alguna razón cayera en una mora prolongada. Inentendible que, con recursos depositados en el exterior por más de 100 mil millones de dólares y con la cifra parecida existente en Fonden, la estatal petrolera se esté endeudando de esa peligrosa manera.
La sed de dólares del Gobierno, en aras de ganar cuanta elección de junta de condominio surge y de saciar las apetencias de los boliburgueses, está arruinando al país y a todos los venezolanos.
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
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