Es un nuevo mecanismo de control.
Por: Armando Guerra (*)
El gobierno de forma reciente ha propuesta una jornada de carnetización de la población, según ellos, a objeto de obtener los “datos necesarios para gestionar las políticas sociales dirigidas a proteger derechos fundamentales del pueblo". En voz de Aristóbulo Istúriz, esto sería el objeto del citado carnet. En la primera oleada, el llamado va dirigido a los pensionados, jóvenes mayores a 15 años incluidos en el sistema de misiones sociales, organizaciones y movimientos que hacen vida en el I Congreso de la Patria, las estructuras del Psuv, los voceros de los consejos comunales y comunas. Y para dar el ejemplo, los primeros carnetizados serían los diputados del PSUV.
A objeto de ayudar al debate, formularé algunas preguntas que quizás el lector pueda hacerse: Luego de toda una vida de militancia y 18 años en el poder, el que hoy se declara humilde servidor del Gobierno Obrero, ¿Necesita aun información sobre las necesidades del pueblo venezolano? ¿Responde su política a satisfacer las necesidades del pueblo? ¿Necesitarán los diputados del PSUV un carnet, para el suministro de una bolsa de comida, por lo cual carnetizarse? Si a juzgar por la realidad vamos, el decir popular, reza que el pueblo hoy por flaco es víctima de la dieta de Maduro, tanto como que cada uno de los representantes del gobierno se ven cada vez mejor, si por gordura, lujosos carros y bien vestidos concluimos, que les va bien.
Pero eso aun así, esto es superficial. Veamos. El carácter populista del gobierno se ha hecho patente a lo largo de 18 años, mediante el control de los sectores más humildes de la población con el uso de la renta petrolera. El gobierno ha utilizado a su antojo a los empleados públicos, portando prendas de color rojo sean o no partidarios del gobierno cada vez que los requiere en una manifestación de calle. Ha amarrado a los misioneros ya no solo por los logros alcanzados, si aprendieron a leer o no, si alcanzaron un título universitario, si obtuvieron vivienda, un vehículo para trabajar, el motor de una lancha de pesca, una moto o una lapto. El gobierno, los convierte también en participes de su políticas, corrompiéndolos al cambian el carácter de lo que constituye un derecho, en una dádivas.
Recordemos el debate de la entrega de los apartamentos, de la GMVV y si estas debían o no ser acompañados de los documentos de propiedad y la cancelación de las viviendas. El gobierno entregó apartamentos sin asegurar el retorno de la inversión. Completamente gratis. Esta es la manera como se impone la incondicional sujeción a fin de mantenerse en el poder, a cuenta de dádivas, y a eso el gobierno lo llama: Socialismo. Si votas por mí, haré las viviendas.(**) Fue esta la insinuación de Maduro, luego de la derrota del 6D. El mismo criterio ahora, se extiende a la bolsa de comida.
¿Y es que acaso esos no son los derechos, de los que debe gozar cada hombre o mujer, cada trabajador? A la vivienda, a la salud, a la educación, a la alimentación y a la vida digna? Y donde además el Estado debe ser el garante, porque así se acordó en la CRBV, citada tantas veces por el gobierno.
El carnet de la patria es una tarjeta de racionamiento, y al ser así, es otra forma de control del Estado sobre la población, como lo son también los CLAP, con su no tan regular provisión de alimentos a objeto de aumentar la dependencia de los sectores populares a los suministros, y amparados en la escases creada por el mismo gobierno. En medio del desabastecimiento y la carestía, son dádivas al pueblo, algunas veces de entrega a domicilio. ¿Qué busca el gobierno con esto? Recuperar el terreno y los puntos perdidos, evidenciados después del 6D, y continuados con los nuevos desaciertos. Se busca mantener el apoyo al gobierno a través de medidas clientelares que además sirven de control sobre amplios sectores de la población. Mientras tanto te siguen violando los derechos.
Es que acaso ¿Ese carnet, va a facilitar, el cumplimiento de un derecho hoy violado a miles de trabajadores en el país, como es el derecho a elegir y ser electo, y gozar de una genuina organización sindical como lo reza la LOTTT y en la CRBV, respecto a las elecciones sindicales? Por ejemplo: en Sidor, Corpoelec, Metro de Caracas, las Cementeras o PDVSA, donde por injerencia e imposición del Estado y de burócratas mafiosos como Wills Rangel, José Meléndez, Ángel Navas, Edison Alvarado y otros, los trabajadores de estas empresas se les han violado todos sus conquistas y derechos?. ¿Podrá este carnet, levantar el veto de suspensión de elecciones sindicales en PDVSA, impuesto tres veces consecutivas por el gobierno y Wills Rangel, cuando los petroleros exigen elecciones libres, democráticas y transparentes? Por eso solo nos queda decir: Elecciones sindicales libres, democráticas y transparentes en PDVSA, Sidor, Corpoelec, Metros y las demás empresas del Estado.
Podrá esta tarjeta, hacer que el presidente de la república, sus sindicalistas, diputados y ministros reconozcan el legítimo derecho a huelga, cuando el estado desconoce las aspiraciones salariales de los trabajadores a la firma de un contrato justo como ocurrió con los trabajadores de Corpoelec en el 2016, o Sidor en el 2013-2014. En este último caso: Diosdado Cabello, Héctor Rodríguez, Wills Rangel y el Gobernador Francisco Rangel Gómez, visitaron Guayana para descalificar a los sidoristas por sus exigencias y afirmaron que la baja productividad de ese año se debía a los continuos paros, realizados. En el año 2016, no se realizaron paros en Sidor, sin embargo a consecuencia de la escasa planificación gerencial, la restricción de energía eléctrica y la falta de insumos todos atribuibles al gobierno, al cierre del 2016 la producción total de Sidor alcanzó al equivalente de un mes del año 2007. ¿Servirá este carnet para exigir un balance público, del estado de las empresas básicas de Guayana, como claman sus trabajadores?
Para las personas que han tenido dificultad, -y han sido muchos- en recibir una bolsa de comida, “gozar” del carnet quizás represente una opción para lograr un abastecimiento de productos. La sujeción, triste realidad la que espera a los venezolanos, si nos resignamos a la aplicación de ese chantaje.
Los trabajadores, hombres y mujeres siempre han llevado el sustento de sus hijos a la casa, bien ganado con el esfuerzo de sus trabajos. Los hombres y mujeres que aprecian el valor de su trabajo no mendigan, el sueldo. Exigen salario, exigen el pago justo, para sostener a sus familias. Por eso es que los trabajadores no se ven representados en ese miserable aumento otorgado por Maduro. El trabajo cuando es bien remunerado no produce quejas. Por eso a los pocos días de haber otorgado el aumento Maduro, los trabajadores ya ni se acuerdan y sigue la rabia. ¿Servirá este carnet, para que el gobierno atienda la tripartita con representación sindical, se evalúen los niveles de inflación, se congelen los precios y se determine el valor del salario? ¿Servirá este carnet, para que se impulse la Reforma Agraria, la tierra sea de quien la trabaja, se asignen los recursos necesarios y se levante la producción en los campos?
Aceptar la aplicación de este carnet en un país petrolero, que llegó con el esfuerzo de los trabajadores a tener un gran potencial exportador de este recurso, y que con la renta petrolera y los recursos mineros de Guayana, levantó el gran emporio de las empresas básicas, hoy todas arruinadas por la corrupción y las nefastas políticas de este gobierno, no es aceptable. Eso sería como asentir a la gran mentira de la Guerra Económica, cuando la realidad es que el gobierno arruinó el campo venezolano, a las empresas del Estado y está dejando caer sobre los hombros de los trabajadores la crisis económica por ellos generada.
Los gobiernos de Chávez y Maduro, a lo largo de 18 años, dilapidaron 900 mil millones de dólares, entregando recursos a las transnacionales del petróleo, de comunicaciones, nuevos y viejos banqueros ligados al gobierno, a importadores con dólares baratos y burócratas rojitos, y maletas llenas de dólares a gobiernos y empresarios amigos de su proyectos burgués. Robaron millones, que hoy hacen falta en hospitales y medicinas, en sembradíos productivos y alimentos para el pueblo, en calles y carreteras en buen estado y la culminación de infinidad elefantes rojos repartidos por toda la geografía del país. Huyendo hacia delante, descargan la crisis creada por ellos y sus socios de Odebrecht, los chinos, burgueses nacionales y muchos otros; sobre los hombros del pueblo trabajador.
Por último, y para que no se quede nada en el tintero, el gobierno junto a empresarios ha montado el Consejo de Economía Productiva, con reuniones periódicas donde discuten los ritmos y volúmenes de producción, precios y ganancias, y lo más importante los ajuste de medidas económicas que entre empresarios y gobierno nos imponen. ¿Tendrá este carnet el poder de revertir esta realidad sostenida con discursos, mentiras y el respaldo de los corruptos del CNE, TSJ, y las FAB?
Ya hemos visto como los inocentes muchachos asesinados en Barlovento por las OLP, como muchos en los barrios de Caracas, no cobraron justicia, y solo sirvieron para que de manera cínica, Maduro les dedicara escasos minutos en su “entrega de cuentas”, y le metieran una H intercalada a las fatídicas OLP. Sobran ejemplos para ver que ha Maduro, poco le importan el valor de las palabras, menos le importa la vida del pueblo.
Comparto la idea que el Carnet de la Patria es una nueva trampa para imponer mecanismos de dominación del gobierno sobre amplios sectores de la población, y que las conquistas y derechos enumerados en estas líneas, como el derecho a la alimentación; este gobierno es incapaz de responder. Solo la movilización unitaria, autónoma e independiente de los trabajadores y sectores empobrecidos, puede encaminar las banderas y sentires del pueblo venezolano y para ello, debemos levantar la voz defendiéndolas como el interés común de todos los trabajadores.
En lugar de carnet para institucionalizar la pobreza y la miseria, el pueblo y los trabajadores debe movilizarse contra el gobierno y su paquete de ajuste. Es necesaria la lucha, por aumento de salarios acorde al costo de la canasta básica, y ajustable cada 3 meses acorde al incremento de la inflación, congelación de precios, que los asalariados no paguemos ISLR. El salario no es renta. Elecciones sindicales libres, transparentes y democráticas en todas las empresas. Respeto a la libertad sindical. No a los Clap. Por el respeto a los procesos electorales a alcaldes, gobernadores y nacionales. Plena libertad a los partidos políticos. No al pago de la deuda externa ilegal e ilegítima. Confiscación de los bienes y cuentas de las empresas que sobrefacturan importaciones. Por la repatriación de los capitales fugados y que se encuentran en bancos europeos y paraísos fiscales. Por la eliminación del IVA y por la aplicación de impuestos progresivos al capital. Por la rescisión de los contratos de empresas mixtas. Porque la producción petrolera este toda, 100% en manos de venezolanos, sin empresas mixtas, por el rescate desde las bases de las empresas básicas, por un gobierno de los trabajadores, debemos llamar a la movilización autónoma de los trabajadores.
(**) Declaración de Nicolás Maduro del 09.12.2015 ante la perdida de la AN. “Yo quería construir 500 mil viviendas el próximo año. Ahorita lo estoy dudando. No porque no pueda construirlas, porque puedo construirlas. Pero te pedí tu apoyo y no me lo diste”.
Armando Guerra (*)
Militante del Partido Socialismo y Libertad.
18.01.2017
Muy preciso tu escrito, Armando... Pero debo insistir en que nos faltan espacios para el debate. Construyamoslo Sumemos compañeros... Un abrazo.
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