Editorial del periódico Voz de los Trabajadores No. 60, órgano divulgativo del Partido Socialismo y Libertad septiembre 2021
Sigue la brutal crisis que agobia a millones de trabajadoras, trabajadores y sectores populares en todo el país. La inflación continúa destruyendo los miserables salarios. Los servicios públicos están por el suelo, pero el gobierno hace responsable al “bloqueo” o los “ataques terroristas”. Nadie cree estos cuentos, todo el mundo sabe que estamos en presencia de un gobierno depredador, que entre la desinversión y la corrupción acabó con toda la infraestructura del país.
La tragedia que padece el pueblo venezolano trabajador ya tiene muchos años. Las sanciones impuestas por el imperialismo norteamericano y europeo solo han agravado la crisis ya existente, empeorando las terribles condiciones que ya sufría el pueblo venezolano. Por ello, desde el Partido Socialismo y Libertad repudiamos estas sanciones que solo afectan a los trabajadores y a los más pobres, y exigimos su eliminación.
La canasta básica está por encima de 600 dólares, mientras el hambre campea entre los sectores populares, que tienen que hacer maromas y rebuscarse para sobrevivir.
Los patronos en las empresas privadas hacen de las suyas con los trabajadores. Despiden, suspenden, y prácticamente desaparecieron las contrataciones colectivas y las reivindicaciones que contenían. Todo esto favorecido por las facilidades que les brinda el gobierno a través de instrumentos leoninos como el memorando 2792, que acabó con el salario, y otras medidas antiobreras contempladas en el paquetazo de ajuste que desde el 2018 el gobierno denominó Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad.
En ese terrible contexto de crisis económica y pandemia, el gobierno está consciente de la potencialmente explosiva situación que tiene delante, por ello en las últimas semanas ha emprendido un nuevo proceso de negociación con la oposición patronal y proimperialista agrupada en el llamado G4.
Sabe que en cualquier momento Venezuela puede entrar en la misma dinámica de luchas y protestas que se viene desarrollando en todo el continente. Está consciente que el malestar que se ha acumulado puede hacer ebullición, y busca descomprimir a través del diálogo. A esto se suma que la oposición patronal anunció su decisión de participar en las venideras elecciones regionales.
Tanto el gobierno como la oposición patronal coinciden en la aplicación del paquetazo de ajuste. El gobierno de falso socialismo de Maduro pone en la mesa de negociación la apertura del país y la entrega de nuestros recursos a través de las leyes de zonas económicas especiales y antibloqueo, y trata de evitar un eventual estallido social dialogando e intentando llegar a algunos acuerdos con la oposición patronal, la cual a su vez busca reacomodarse y salir de la división y marasmo en el que ha estado sumida los últimos años. Necesitan oxígeno y acceder a algunos cargos de representación popular, dejan atrás su política golpista y la eventual salida de Maduro, por ello, ni siquiera mencionan el revocatorio que podría ser un instrumento que movilice a millones de trabajadores y sectores populares.
Los socialistas revolucionarios décimos que no podemos salir de la crisis con mayor entrega de nuestros recursos, sino con medidas a favor del pueblo trabajador, colocando el petróleo y las riquezas del país al servicio del pueblo venezolano y un Plan Obrero y Popular alternativo al paquetazo del gobierno. Pero esto solo lo podremos poner en práctica con la lucha y la movilización en la perspectiva de pelear por un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Este plan debe contemplar la exigencia de un salario igual a la canasta básica y una renta de cuarentena para las trabajadoras y trabajadores informales. La conformación de un Fondo Social y Económico de Emergencia imponiendo un impuesto progresivo a los grandes grupos económicos y transnacionales; con petróleo 100% estatal sin transnacionales ni empresas mixtas; confiscación de bienes de los corruptos; repatriación de los recursos en manos de Estados Unidos y la Unión Europea; eliminación de las sanciones imperialistas, y con todos esos recursos instrumentar un plan de adquisición masiva de alimentos e insumos sanitarios para los hospitales e impulsar un plan nacional de vacunación que garantice vacunas para todas y todos. A esto sumamos la exigencia que cese la restricción a las libertades democráticas, la libertad de todas las trabajadoras y trabajadores presos, y garantías democráticas para la realización de elecciones nacionales y locales transparentes y con participación sin restricción de todas las organizaciones políticas.
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