Por: Laclase.info
Caracas, 18 de marzo.- Centenares de trabajadores
provenientes de Guayana y otras partes del país marcharon ayer desde la Plaza
Morelos hasta las inmediaciones de la Asamblea Nacional para exigir que se
realicen las inversiones necesarias en las empresas básicas de Guayana, que se
discutan los contratos colectivos vencidos, como el de Sidor y el de Pdvsa,
presionar por un aumento general de sueldos y salarios, así como repudiar la
pretensión del gobierno de imponer una reforma a la Ley Orgánica del Trabajo
(LOT) por la vía de la Ley Habilitante.
Participaron en la marcha convocada por el Frente Autónomo
en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess) una nutrida
represenatción de trabajadores de Alcasa, Carbonorca, Bauxilum, Sidor, Pdvsa,
empleados públicos, entre otros sectores.
José Bodas, secretario general de la Futpv y dirigente de
C-cura, explicó que el contrato colectivo petrolero se encuentra vencido y que
existe una política antiobrera en la industria petrolera, la cual viene siendo
privatizada a través de los contratos de empresas mixtas. Los anuncios
recientes del ministro Rafael Ramírez, acerca de la utilización de la Bolsa de
Hong Kong para emitir bonos de deuda y para vender acciones de las empresas
mixtas, ratifican que existe una orientación de desnacionalizar la industria,
entregándola a intereses transnacionales, tanto a empresas chinas, rusas, como
a empresas yanquis, entre ellas la Chevron. Repudió la persecución política en
Pdvsa y la política de despidos indirectos a través del método conocido como
"Flotaven", que consiste en acorralar a los trabajadores y privarlos
de responsabilidades en su trabajo para que renuncien.
Leonel Grisett, directivo de Sutiss, el sindicato de Sidor,
explicó que en la siderúrgica se están realizando en los últimos días
multitudinarias asambleas de trabajadores exigiendo que se discuta el contrato
colectivo, el cual lleva más de 600 días vencido, situación inédita en la
historia del sindicato.
En defensa de las empresas básicas
Las empresas básicas de Guayana se encuentran sumidas en una
crisis que no tiene comparación con ningún otro momento de su historia. Es
incluso peor que la provocada deliberadamente en la década de los 90, que tenía
como objetivo privatizarlas, llevarlas a su postración con el fin de venderlas
a precios de gallina flaca. Hoy el discurso oficial dice que transitamos por la
senda del socialismo, pero la realidad desmiente las palabras de los voceros
gubernamentales.
Las lacras del capitalismo se hacen presentes con toda su
fuerza, los trabajadores enfrentan una arremetida total contra sus derechos y
las empresas se hunden por efecto de la desinversión, la rapiña burocrática de
distintos sectores del Psuv, y se encuentran cada vez más enfeudadas a capitales transnacionales. El
racionamiento eléctrico del año 2010 agravó la situación de las empresas, y en
el 2011 se desarrolló con toda su crudeza la utilización de bandas armadas del
Psuv para aterrorizar a los trabajadores, con un saldo de heridos y muertos en acciones
llevadas a cabo contra concentraciones obreras en Bauxilum y Ferrominera del Orinoco.
La reciente designación de presidentes y gerentes en Alcasa
y Sidor adictos a la corriente que encabezan el gobernador de Bolívar, Rangel
Gómez, el exministro del Trabajo, José Ramón Rivero, y el canciller Nicolás
Maduro, ha acrecentado la preocupación de la masa trabajadora. “Estos enroques
ponen de manifiesto que en Guayana no existe nada parecido al control obrero
del que habla el gobierno. Los trabajadores no tienen el menor espacio para la
toma democrática de decisiones concernientes a las inversiones la
comercialización, los aspectos fundamentales de la empresa siguen en manos de
una burocracia aliada a sectores transnacionales, la directiva de las empresas
sigue siendo colocada a dedo por el gobierno nacional, y todos llegan con el
mandato de no discutir contratos colectivos ni hacer caso a las exigencias de
seguridad industrial que hacen los trabajadores. La movilización es clave para
que hagamos valer nuestros derechos e impongamos aumentos de salario”, opinó Edgar Caldera, trabajador de Alcasa.
En Guayana, las empresas básicas, que son junto a PDVSA la
espina dorsal de la economía nacional, no sólo se caen a pedazos físicamente,
si no que además están sometidas a una
pelea a cuchillo entre los sindicalistas rojo-rojitos y la burocracia gerencial, quienes se disputan los cupos del acero y del aluminio, y ofrecen los despojos de las empresas al mejor postor, sean las transnacionales chinas o la Glencore. En el medio de todo esto se encuentran los trabajadores y trabajadoras, quienes ven perder sus beneficios mientras se posterga la discusión de los contratos colectivos. Es claro que sin inversión las empresas estarían en pico e zamuro, así como las fuentes de trabajo, y el futuro de los hijos de los trabajadores y trabajadoras.
pelea a cuchillo entre los sindicalistas rojo-rojitos y la burocracia gerencial, quienes se disputan los cupos del acero y del aluminio, y ofrecen los despojos de las empresas al mejor postor, sean las transnacionales chinas o la Glencore. En el medio de todo esto se encuentran los trabajadores y trabajadoras, quienes ven perder sus beneficios mientras se posterga la discusión de los contratos colectivos. Es claro que sin inversión las empresas estarían en pico e zamuro, así como las fuentes de trabajo, y el futuro de los hijos de los trabajadores y trabajadoras.
Orlando Chirino, dirigente de la Corriente Clasista,
Unitaria,
Revolucionaria y Autónoma (C-cura) y del Partido Socialismo y Libertad (PSL), considera que “para la clase trabajadora venezolana es de vida o muerte lo que ocurra en las empresas básicas. El gobierno tiene años en una ofensiva antiobrera, todos recordamos como hace tres años el presidente Chávez escogió precisamente el escenario de Guayana para declararle la guerra a los trabajadores, diciendo que él no iba a quitarle recursos a las madres del barrio para pagar contratos colectivos, y además le dio órdenes a los cuerpos de inteligencia para que hicieran seguimiento a los dirigentes sindicales. De ahí para acá, las formas en que se ha implementado ese ataque han variado, pero en el fondo el objetivo es el mismo, que es controlar al movimiento obrero para pasar su política de convertir a las empresas básicas en empresas mixtas con capitales transnacionales, desmejorando los contratos para ofrecerle mano de obra barata a los capitalistas que en el discurso Chávez dice combatir, pero que en los hechos es su mejor aliado. Ahí está la Glencore, que es la principal transnacional que comercializa materias primas en el mundo, tiene las manos metidas en las empresas básicas y ya hay contratos de ventas a futuro, al igual que con empresas chinas. Es un desastre, están hipotecando el futuro de Guayana”.
Revolucionaria y Autónoma (C-cura) y del Partido Socialismo y Libertad (PSL), considera que “para la clase trabajadora venezolana es de vida o muerte lo que ocurra en las empresas básicas. El gobierno tiene años en una ofensiva antiobrera, todos recordamos como hace tres años el presidente Chávez escogió precisamente el escenario de Guayana para declararle la guerra a los trabajadores, diciendo que él no iba a quitarle recursos a las madres del barrio para pagar contratos colectivos, y además le dio órdenes a los cuerpos de inteligencia para que hicieran seguimiento a los dirigentes sindicales. De ahí para acá, las formas en que se ha implementado ese ataque han variado, pero en el fondo el objetivo es el mismo, que es controlar al movimiento obrero para pasar su política de convertir a las empresas básicas en empresas mixtas con capitales transnacionales, desmejorando los contratos para ofrecerle mano de obra barata a los capitalistas que en el discurso Chávez dice combatir, pero que en los hechos es su mejor aliado. Ahí está la Glencore, que es la principal transnacional que comercializa materias primas en el mundo, tiene las manos metidas en las empresas básicas y ya hay contratos de ventas a futuro, al igual que con empresas chinas. Es un desastre, están hipotecando el futuro de Guayana”.
"Los sindicatos de Guayana, así como el Frente Autónomo
en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess), han unido esfuerzos
para llevar a cabo esta movilización que enfrente la política del gobierno
contra las empresas básicas y sus trabajadores. Desde C-cura y el PSL consideramos que sólo con la
movilización unitaria, tal como se hizo para sacar a Rubén González de la
cárcel, es que se le puede derrotar. En tal sentido, llamamos a conformar un
Frente de Trabajadores y
Sindicatos de las empresas básicas, que una esfuerzos más allá de las
diferencias políticas, en defensa de las empresas, que exija la inversión
requerida para sacarlas del marasmo en que se encuentran, y para que se
discutan los contratos colectivos", finalizó Chirino.
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