Un documental sobre Nahuel Moreno
Por: Diego Martínez
Se exhibió en el cine Gaumont de Capital, a sala llena, “El Trostkismo Bárbaro”, un documental sobre la vida de nuestro maestro y fundador Nahuel Moreno. La película combina imágenes y testimonios de familiares que retratan aspectos de la vida personal del protagonista con numerosos testimonios políticos, muchos de los cuales, a nuestro entender, distorsionan la imagen del principal dirigente histórico del trotskismo latinoamericano*.
Desde Izquierda Socialista saludamos la iniciativa de los autores, en particular de su director Marcel Gonnet Wainmayer. Como integrantes de la corriente trotskista que Moreno fundó en la Argentina hace más de 70 años y continuadores de su obra y legado, nos enorgullece que se realice un documental sobre la vida del dirigente que vinculó al trotskismo con la clase obrera argentina. Justamente el 25 de enero se cumple un nuevo aniversario de su fallecimiento ocurrido en 1987.
La película aporta, a través del archivo de la familia, imágenes inéditas que retratan momentos familiares y de distensión de Moreno con distintos camaradas en diferentes partes del mundo, y muestran el rostro humano del protagonista, a quien, como decía Marx, “nada de lo humano le era ajeno”.
La participación de militantes y dirigentes de distintos países pone en evidencia la dedicación que era tan propia de Moreno sobre la situación internacional y la construcción de la organización internacional.
Anécdotas que distorsionan la realidad y un olvido fundamental
Un defecto del documental es que está basado en anécdotas y la “memoria” personal de algunos de los reporteados. De esta forma, hechos sueltos que se narran parcialmente y de forma sesgada y descontextualizada, dan una imagen distorsionada de aspectos centrales de la personalidad política y personal de Moreno y de su trayectoria. En base a los testimonios que aparecen en la película se podría interpretar que Moreno obstruía la democracia interna en las organizaciones que construyó, que era homofóbico, individualista y caprichoso. Todo muy alejado de la realidad.
En los partidos que orientó Moreno siempre reinó la más plena libertad de opinión y garantías para quienes expresasen diferencias con la orientación del partido o con la dirección de la organización. Esto es así al punto que con el PST Argentino en plena clandestinidad, bajo la dictadura de Videla, Moreno y nuestro partido dieron garantías totales para que funcionase una fracción en el Congreso de 1980 formada por compañeros que planteaban diferencias con el propio Moreno.
Moreno hizo desde siempre hincapié en el trato fraterno y respetuoso entre compañeros, en cuidar las relaciones personales entre los dirigentes y militantes, en formar equipos de dirección en los que se resalten y se potencien las virtudes personales de cada compañero en función del trabajo colectivo. Nada que ver con el individualismo personalista y el capricho personal.
Otro déficit del documental que también crea una distorsión sobre la trayectoria de Moreno es que gran parte del tiempo fue dedicado a la experiencia en el Perú de los `60, pero referida al asalto de un banco, que siempre Moreno criticó. No aparece, por el contrario, el gran hecho que fue la lucha revolucionaria campesina que encabezó Hugo Blanco (quien es brevemente entrevistado y categóricamente critica aquel asalto). Se establece un gran desequilibrio político e incluso hacia la persona de Moreno, ya que se destaca en demasía Perú y el asalto a un banco, mientras que no tiene ninguna jerarquía -de hecho ni aparece- el aspecto más importante en la historia de nuestra corriente que es el vínculo con la clase obrera. Fue Moreno quien tuvo el mérito histórico de “sacar al trostkismo del café” para insertarlo en las principales fábricas y barriadas obreras de Argentina, Latinoamérica y otros países del mundo. Este es uno de los grandes déficits del documental.
Otro aspecto importante y muy sensible, como la relación homosexualidad-militancia, queda también totalmente distorsionado con el “recuerdo” personal de un ex militante. Moreno y nuestra corriente fueron vanguardia en defender los derechos de la comunidad hoy llamada LGTTB. Cuando la mayoría de la izquierda en Argentina y otros países, por la década del 70, hacía caso omiso a los reclamos de estos sectores, nuestro partido facilitó locales para que se realicen reuniones (en ese entonces los homosexuales eran brutalmente reprimidos) y se le dé impulso a las luchas del sector. El fundador del movimiento gay en Argentina, Carlos Jáuregui, años después, tuvo un acercamiento al MAS. Todo esto está documentado en el libro de Mabel Belucci “Carlos Jáuregui, una biografía política”**.
El morenismo sigue vigente
El documental, que se presenta como “una revisión crítica” del morenismo, en su mayor parte está basado, salvo algunas excepciones y fuera de las imágenes y comentarios de su vida personal, en testimonios de chavistas. En su gran mayoría se trata de ex dirigentes y cuadros de nuestra corriente que abandonaron el morenismo y en algunos casos el trotskismo que actualmente a través de su práctica política, reniegan de nuestra tradición. El caso más paradigmático es el de Aldo Casas, quien en el documental llega a comparar a Chávez con el Che Guevara y sostiene que el difunto presidente venezolano es un “mártir del socialismo latinoamericano” (sic). Nada más alejado de nuestra tradición y de nuestros principios. Moreno forjó nuestra corriente en el combate tenaz y permanente contra el nacionalismo burgués en toda Latinoamérica, soportando presiones de todo tipo.
Lejos de la visión de estos compañeros que abandonaron nuestra corriente para sumarse a proyectos reformistas y de seguidismo, cuando no de integración y apoyo a gobiernos y direcciones burguesas y burocráticas del movimiento de masas, desde Izquierda Socialista y la UIT-CI seguimos construyendo organizaciones basadas en el internacionalismo, la independencia de clase, el respeto a la democracia obrera y al centralismo democrático, cuestiones que hacen al método y a los principios que aprendimos junto a Nahuel Moreno.
*En www.nahuelmoreno.org se pueden leer muchos de los textos escritos por Nahuel Moreno.
** Sobre el tema también ver artículo de Martín Mangiantini en la revista Archivos N° 7.
Desde Izquierda Socialista saludamos la iniciativa de los autores, en particular de su director Marcel Gonnet Wainmayer. Como integrantes de la corriente trotskista que Moreno fundó en la Argentina hace más de 70 años y continuadores de su obra y legado, nos enorgullece que se realice un documental sobre la vida del dirigente que vinculó al trotskismo con la clase obrera argentina. Justamente el 25 de enero se cumple un nuevo aniversario de su fallecimiento ocurrido en 1987.
La película aporta, a través del archivo de la familia, imágenes inéditas que retratan momentos familiares y de distensión de Moreno con distintos camaradas en diferentes partes del mundo, y muestran el rostro humano del protagonista, a quien, como decía Marx, “nada de lo humano le era ajeno”.
La participación de militantes y dirigentes de distintos países pone en evidencia la dedicación que era tan propia de Moreno sobre la situación internacional y la construcción de la organización internacional.
Anécdotas que distorsionan la realidad y un olvido fundamental
Un defecto del documental es que está basado en anécdotas y la “memoria” personal de algunos de los reporteados. De esta forma, hechos sueltos que se narran parcialmente y de forma sesgada y descontextualizada, dan una imagen distorsionada de aspectos centrales de la personalidad política y personal de Moreno y de su trayectoria. En base a los testimonios que aparecen en la película se podría interpretar que Moreno obstruía la democracia interna en las organizaciones que construyó, que era homofóbico, individualista y caprichoso. Todo muy alejado de la realidad.
En los partidos que orientó Moreno siempre reinó la más plena libertad de opinión y garantías para quienes expresasen diferencias con la orientación del partido o con la dirección de la organización. Esto es así al punto que con el PST Argentino en plena clandestinidad, bajo la dictadura de Videla, Moreno y nuestro partido dieron garantías totales para que funcionase una fracción en el Congreso de 1980 formada por compañeros que planteaban diferencias con el propio Moreno.
Moreno hizo desde siempre hincapié en el trato fraterno y respetuoso entre compañeros, en cuidar las relaciones personales entre los dirigentes y militantes, en formar equipos de dirección en los que se resalten y se potencien las virtudes personales de cada compañero en función del trabajo colectivo. Nada que ver con el individualismo personalista y el capricho personal.
Otro déficit del documental que también crea una distorsión sobre la trayectoria de Moreno es que gran parte del tiempo fue dedicado a la experiencia en el Perú de los `60, pero referida al asalto de un banco, que siempre Moreno criticó. No aparece, por el contrario, el gran hecho que fue la lucha revolucionaria campesina que encabezó Hugo Blanco (quien es brevemente entrevistado y categóricamente critica aquel asalto). Se establece un gran desequilibrio político e incluso hacia la persona de Moreno, ya que se destaca en demasía Perú y el asalto a un banco, mientras que no tiene ninguna jerarquía -de hecho ni aparece- el aspecto más importante en la historia de nuestra corriente que es el vínculo con la clase obrera. Fue Moreno quien tuvo el mérito histórico de “sacar al trostkismo del café” para insertarlo en las principales fábricas y barriadas obreras de Argentina, Latinoamérica y otros países del mundo. Este es uno de los grandes déficits del documental.
Otro aspecto importante y muy sensible, como la relación homosexualidad-militancia, queda también totalmente distorsionado con el “recuerdo” personal de un ex militante. Moreno y nuestra corriente fueron vanguardia en defender los derechos de la comunidad hoy llamada LGTTB. Cuando la mayoría de la izquierda en Argentina y otros países, por la década del 70, hacía caso omiso a los reclamos de estos sectores, nuestro partido facilitó locales para que se realicen reuniones (en ese entonces los homosexuales eran brutalmente reprimidos) y se le dé impulso a las luchas del sector. El fundador del movimiento gay en Argentina, Carlos Jáuregui, años después, tuvo un acercamiento al MAS. Todo esto está documentado en el libro de Mabel Belucci “Carlos Jáuregui, una biografía política”**.
El morenismo sigue vigente
El documental, que se presenta como “una revisión crítica” del morenismo, en su mayor parte está basado, salvo algunas excepciones y fuera de las imágenes y comentarios de su vida personal, en testimonios de chavistas. En su gran mayoría se trata de ex dirigentes y cuadros de nuestra corriente que abandonaron el morenismo y en algunos casos el trotskismo que actualmente a través de su práctica política, reniegan de nuestra tradición. El caso más paradigmático es el de Aldo Casas, quien en el documental llega a comparar a Chávez con el Che Guevara y sostiene que el difunto presidente venezolano es un “mártir del socialismo latinoamericano” (sic). Nada más alejado de nuestra tradición y de nuestros principios. Moreno forjó nuestra corriente en el combate tenaz y permanente contra el nacionalismo burgués en toda Latinoamérica, soportando presiones de todo tipo.
Lejos de la visión de estos compañeros que abandonaron nuestra corriente para sumarse a proyectos reformistas y de seguidismo, cuando no de integración y apoyo a gobiernos y direcciones burguesas y burocráticas del movimiento de masas, desde Izquierda Socialista y la UIT-CI seguimos construyendo organizaciones basadas en el internacionalismo, la independencia de clase, el respeto a la democracia obrera y al centralismo democrático, cuestiones que hacen al método y a los principios que aprendimos junto a Nahuel Moreno.
*En www.nahuelmoreno.org se pueden leer muchos de los textos escritos por Nahuel Moreno.
** Sobre el tema también ver artículo de Martín Mangiantini en la revista Archivos N° 7.
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