“La educación popular debe ser del cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República. Moral y luces son nuestras primeras necesidades.”
Simón Bolívar.
Buenos días señores Diputados y demás miembros de esta Comisión vinculada al movimiento de los trabajadores. Un fraternal saludo a los compañeros trabajadores y trabajadoras del Inces, reunidos oportunamente en esta Sala de nombre “Luis Beltrán Prieto Figueroa”, quien fuera el fundador del Inces que cumple, en exactamente 15 días, 54 años de su creación. En aquél entonces, la ley del Ince en su artículo 3 estableció que sus finalidades eran la promoción de la formación profesional de los trabajadores, la formación de personal especializado, el desarrollo de programas dedicados a la juventud desocupada y el aprendizaje de los jóvenes trabajadores o aprendices.
Pero en mayo del año 2008, y esto atañe directamente a la Asamblea Nacional, se reformó la ley del Inces, suprimiendo todo lo anterior y dejándole un objetivo difuso para la ejecución de programas educativos “adaptados a las exigencias del modelo de desarrollo socioproductivo socialista bolivariano”.
Amparados bajo esta normativa, una pequeña élite de dirección decidió unilateralmente borrar de un plumazo el esfuerzo de sus servidores públicos y la excelencia en la formación de más de 6 millones de venezolanos que han aprendido un oficio calificado en la llamada “Universidad del Pueblo”.
La Directiva del Inces anunció esta medida de impacto nacional en su portal web el 20/02/2013: “Aquí se deben acabar los cursos. Ahora serán proyectos de las comunidades. Vamos hacia el desmantelamiento metodológico e ideológico del Inces”. Luego en el “Correo del Orinoco” del 07/04/2013: “Formación por proyectos y no por cursos como era antes”. Es decir, eliminaron de un solo golpe los cursos para la formación de la clase trabajadora del país sustituyéndolos por proyectos para el desarrollo de las Comunas. Se queman las banderas del Estado Obrero para enarbolar las del Estado Comunal.
Contradictoriamente, la nueva Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, prevé en su Título V, como una garantía del Estado, la formación continua, permanente, no excluyente y gratuita de los trabajadores y las trabajadoras en el proceso social del trabajo. Sin embargo bajo esta nueva metodología, el Estado está facilitando que los Institutos privados y las empresas capitalistas copen los espacios de acción social del Inces y cobren por formar trabajadores. Pero además los trabajadores siguen contribuyendo al Inces con el 0,5 % de sus utilidades anuales que ya no se verá retribuido en su formación.
Durante los meses de noviembre de 2012 a marzo del 2013, el Inces estuvo completamente paralizado. El actual presidente del Inces, ciudadano Luis Berrizbeitia, anunció en el portal “Noticias24” el 19/03/2013, que “El Inces arranca el 01 de abril con 621 proyectos formativos que involucran a 2 mil Maestros Pueblo y 16 mil sujetos de aprendizaje.” Es decir, se inició excluyendo a 9.400 Facilitadores desempleados (mal llamados “Maestros Pueblo” pues esa denominación no existe en ningún instrumento sobre la materia, ni siquiera en la Convención Colectiva suscrita en 2012), pues según censo divulgado por el Presidente del Inces en el diario “Correo del Orinoco” del 23/07/2012, “El Inces cuenta con 11.400 Facilitadores”, bajo este sistema de precarización laboral o contratación por horas.
El promedio del Inces hasta el año 2005 era de 500 mil egresados. En 2012 fue de apenas 220 mil, y al haber iniciado en abril de 2013 bajo una modalidad que ni siquiera contó con un proyecto piloto más allá de la desbordada y ocurrente imaginación de quienes hoy lo gerencian, la proyección es de un fracaso rotundo. Muchos proyectos no han iniciado por encontrarse en una etapa de “indagación”. Es decir, ahora perseguimos a la gente para que realicen sus proyectos ¿Es esa la innovación? Otros proyectos se presentan pero son rechazados. De los iniciados, el nivel de deserción es tan alto que en existen casos donde, como en un mal chiste, terminan quedando más facilitadores que participantes.
Hemos desatendido a la juventud desocupada, sector clave para contribuir con la lucha contra el desempleo, el flagelo de la droga, el embarazo precoz y la delincuencia juvenil, a través de su formación en oficios calificados. Bajo esta nueva metodología no hay programación, la misma se construye in situ ¿Cómo se exige un proyecto de construcción de saberes a privados de libertad o a personas con discapacidad?
A pesar de que no hay transparencia en la estadística que divulga el Inces y se inflan cifras con programas como el P.N.A. y la Formación Delegada a terceros donde el Instituto no gasta un bolívar; la Contraloría Social y Sindical de Sintrainces ha denunciado la realidad de lo que sucede desde hace meses y en todas las instancias.
Mientras tanto, las empresas del país con más de 5 trabajadores siguen tributando trimestralmente el 2% de sus utilidades, pero los proyectos no son financiados por el Inces y deben ser aprobados por un ente crediticio ¿Qué pasó con el presupuesto 2013 para financiar los cursos?
Los talleres, equipos y aulas de los 136 Centros Educativos del Inces se encuentran en su mayoría inoperativos, obsoletos y en franco deterioro por falta de mantenimiento, renovación y dedicarnos sólo a proyectos en la comunidad, justo ahora que irónicamente fuimos adscritos al Ministerio de Ciencia y Tecnología ¿Acaso a nadie le importa la inversión que ha aquí ha hecho el Estado Venezolano?
Debo dejar claro que desde Sintrainces reiteramos nuestro apoyo al impulso de las comunidades pero sin eliminar los cursos para la clase trabajadora venezolana. Ambas modalidades pueden coexistir como programas simultáneos: Cursos y Proyectos.
Las Autoridades del Inces también incumplen derechos y beneficios laborales de la Convención Colectiva; concursos de ingreso y ascenso; tercerización; dotación de uniformes; condiciones de salud y seguridad en el trabajo; estabilidad laboral; bonificaciones contractuales; dignificación de sueldos, salarios y pensiones; respeto a la libertad sindical y a la participación de los trabajadores. Participar no es recibir información de lo que otros hacen. Participar es formar parte de las decisiones.
Desde el siglo 17, el socialismo ha debatido el problema de la racionalidad educativa vs. la racionalidad productiva ¿Cómo el Estado venezolano puede responder a esa necesidad en momentos donde el desafío económico actual que tiene el gobierno es incuestionable? ¿Desmantelando al Inces? Es un contrasentido que el Presidente del Inces diga que están impulsando el trabajo liberador cuando lo que se propicia es el estancamiento del trabajador al no poder superarse, con la consecuente explotación patronal ¿Quién formará a los trabajadores de las empresas del Estado y de las empresas de transición socialista?
Ahora que Venezuela recién asumió la Presidencia Pro – Tempore del Mercosur, proceso de integración marcado por el intercambio comercial, cabe también preguntarse sobre nuestra competitividad ante la desprofesionalización de los trabajadores venezolanos, en momentos donde cobra mayor relevancia reforzar el ámbito social y los Derechos Humanos Laborales en la región.
En conclusión, el poder legislativo debe asumir como prioridad estratégica una investigación del caso planteado y promover la reactivación, reformulación y repotenciación del Instituto encargado de darle las herramientas prácticas, técnicas, políticas y cognitivas al mundo del trabajo en la persona humana del trabajador.
Señores Diputados: No puede haber solución del empleo, trabajo decente, salario digno y políticas públicas de desarrollo y justicia social, si continúa el desmantelamiento del ente fundamental de formación para el trabajo. No puede haber gobierno obrerista, si le quitamos la herramienta de superación a los trabajadores y trabajadoras de Venezuela: El Inces.
¡Salvemos al Inces!
Carlos Patiño
Presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Inces “Sintrainces”
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