MinTrabajo contabiliza el registro de 5.852 sindicatos en 10 años.
YANETH FERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
Elevar el nivel de conciencia y unificar a la clase trabajadora es el espíritu que hoy mueve a dirigentes sindicales de distintos sectores, independientemente de su ideología política.
Sindicalistas ligados al "proyecto revolucionario", como la Unión Nacional de Trabajadores, así como de otras tendencias políticas (CTV, FADESS, C-CURA), vienen trabajando en conjunto por un objetivo común: Respeto a la libertad sindical.
De acuerdo a Orlando Chirino, dirigente de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-CURA), el movimiento sindical está llamado a convertirse en el eje principal de la defensa de los derechos de los trabajadores, de tomar postura política para responder a quienes desde las esferas del poder "aprietan" contra la libertad sindical, el derecho a huelga y la contratación colectiva.
A su juicio, en el país se está imponiendo una actitud de prepotencia, sectarismo e intolerancia política, que obliga a activar las alarmas no solo en el ámbito político sino también en materia laboral.
El dirigente sindical detalla que actualmente el país goza de menos libertades democráticas. Desde el punto de vista sindical, comenta, que es más complicado legalizar sindicatos, si no guardan relación con el oficialismo. A esto suma, las trabas que debe enfrentar el movimiento sindical para activar una huelga y el irrespeto a la convención colectiva.
Por su parte, Froilán Barrios, portavoz del FADESS, teme que este año se prepara el control definitivo de las organizaciones sindicales y gremiales desde el Ejecutivo, ya que al Estado en su conjunto "le irrita la protesta laboral incontrolada".
Desde ÚNETE, sus principales voceros cuestionan que los patronos, tanto públicos como privados, y las instituciones del Estado en materia laboral ejecutan una política antiobrera y antisindical.
En un documento enviado a la ministra del Trabajo, María Cristina Iglesias, denunciaron la existencia de una negativa oficial para el registro de nuevas organizaciones sindicales, de rechazo de proyectos de convención colectiva de trabajo, "en evidente intromisión sindical a favor de los empleadores".
En contraste, Carlos López, coordinador general de la Central Bolivariana de Trabajadores, señala que la Ley del Trabajo reivindica el derecho a la libertad sindical, consagrado en la Constitución y ratificado por Venezuela en convenios internacionales.
"Esa crítica en el fondo lo que trata es de encubrir su situación de ilegalidad", expresa.
De acuerdo al Ministerio del Trabajo, en los últimos 10 años se han registrado 5.852 organizaciones sindicales y firmado 8.123 contratos colectivos.
Autonomía e independencia Orlando Chirino destaca que el sindicalismo que requiere el país debe ser autónomo e independiente. Para el dirigente de C-CURA, la coyuntura política implica más compromiso de las bases de trabajadores. De lo contrario, advierte que el movimiento sindical está condenado a desaparecer.
La participación activa de los trabajadores tampoco es ajena para la Central Bolivariana de Trabajadores. López resalta que la organización está desplegada en todo el país para concientizar a la clase obrera.
Enfatiza que los trabajadores juegan un rol determinante en el proyecto socialista, más que en lo reivindicativo. "La reivindicación se mantiene, pero subordinada a que se mantenga el proceso revolucionario. De lo contrario, Venezuela debe verse en el espejo de Europa, donde hay una arremetida contra los derechos laborales y elevado desempleo", sostiene.
Elevar el nivel de conciencia y unificar a la clase trabajadora es el espíritu que hoy mueve a dirigentes sindicales de distintos sectores, independientemente de su ideología política.
Sindicalistas ligados al "proyecto revolucionario", como la Unión Nacional de Trabajadores, así como de otras tendencias políticas (CTV, FADESS, C-CURA), vienen trabajando en conjunto por un objetivo común: Respeto a la libertad sindical.
De acuerdo a Orlando Chirino, dirigente de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-CURA), el movimiento sindical está llamado a convertirse en el eje principal de la defensa de los derechos de los trabajadores, de tomar postura política para responder a quienes desde las esferas del poder "aprietan" contra la libertad sindical, el derecho a huelga y la contratación colectiva.
A su juicio, en el país se está imponiendo una actitud de prepotencia, sectarismo e intolerancia política, que obliga a activar las alarmas no solo en el ámbito político sino también en materia laboral.
El dirigente sindical detalla que actualmente el país goza de menos libertades democráticas. Desde el punto de vista sindical, comenta, que es más complicado legalizar sindicatos, si no guardan relación con el oficialismo. A esto suma, las trabas que debe enfrentar el movimiento sindical para activar una huelga y el irrespeto a la convención colectiva.
Por su parte, Froilán Barrios, portavoz del FADESS, teme que este año se prepara el control definitivo de las organizaciones sindicales y gremiales desde el Ejecutivo, ya que al Estado en su conjunto "le irrita la protesta laboral incontrolada".
Desde ÚNETE, sus principales voceros cuestionan que los patronos, tanto públicos como privados, y las instituciones del Estado en materia laboral ejecutan una política antiobrera y antisindical.
En un documento enviado a la ministra del Trabajo, María Cristina Iglesias, denunciaron la existencia de una negativa oficial para el registro de nuevas organizaciones sindicales, de rechazo de proyectos de convención colectiva de trabajo, "en evidente intromisión sindical a favor de los empleadores".
En contraste, Carlos López, coordinador general de la Central Bolivariana de Trabajadores, señala que la Ley del Trabajo reivindica el derecho a la libertad sindical, consagrado en la Constitución y ratificado por Venezuela en convenios internacionales.
"Esa crítica en el fondo lo que trata es de encubrir su situación de ilegalidad", expresa.
De acuerdo al Ministerio del Trabajo, en los últimos 10 años se han registrado 5.852 organizaciones sindicales y firmado 8.123 contratos colectivos.
Autonomía e independencia Orlando Chirino destaca que el sindicalismo que requiere el país debe ser autónomo e independiente. Para el dirigente de C-CURA, la coyuntura política implica más compromiso de las bases de trabajadores. De lo contrario, advierte que el movimiento sindical está condenado a desaparecer.
La participación activa de los trabajadores tampoco es ajena para la Central Bolivariana de Trabajadores. López resalta que la organización está desplegada en todo el país para concientizar a la clase obrera.
Enfatiza que los trabajadores juegan un rol determinante en el proyecto socialista, más que en lo reivindicativo. "La reivindicación se mantiene, pero subordinada a que se mantenga el proceso revolucionario. De lo contrario, Venezuela debe verse en el espejo de Europa, donde hay una arremetida contra los derechos laborales y elevado desempleo", sostiene.
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