Atalaya
revolucionaria
Laclase.info:
Con el presente escrito damos inicio a la publicación de la columna de opinión
"Atalaya revolucionaria", a cargo del historiador y profesor
universitario Miguel Ángel Hernández, quien también es un destacado dirigente
político de izquierda.
Para
cualquier desprevenido, las medidas de nacionalización de la actividad
extractiva del oro, la repatriación de 18 mil millones de dólares del mineral
en el exterior y la reubicación de buena parte de las reservas internacionales
en dólares en China, Rusia y Brasil, promovidas por el gobierno del Presidente
Chávez, parecieran ser medidas positivas.
Los
pronósticos de una nueva ola recesiva que afectaría a las economías
capitalistas más poderosas -EE.UU, Japón, Alemania y Francia-, han puesto en
alerta al gobierno nacional. Y no es para menos, ya que como todos sabemos, en
los bancos de esas naciones desde hace mucho tiempo -incluidos los doce años de
gobierno del presidente Chávez-, se encuentran depositadas buena parte de las
reservas internacionales de Venezuela.
Sin embargo,
al escuchar las argumentaciones esgrimidas por los funcionarios del BCV y el
gobierno nacional, nos quedan serias dudas de que se trate de una medida
previsiva y de salvaguarda de la soberanía nacional. Veamos por qué.
Argumentar
que las economías de los llamados países emergentes, conocidas hoy día como
BRIC (Brasil, Rusia, India y China) son mucho más “estables” y menos
vulnerables a los efectos de la crisis económica internacional, cuando menos,
demuestra un dislate completo al no comprender las leyes que rigen la economía
capitalista-imperialista mundial. O en el caso de saberlo y encubrirlo, se
trataría entonces de un acto de cinismo determinado por los lazos políticos con
los gobiernos de esos países, para seguir engañando al pueblo venezolano,
intentando presentar las medidas gubernamentales como defensoras de la
soberanía nacional.
¿Acaso las
economías de los países emergentes son independientes y están inmunizadas a los
efectos del vaivén de la economía de los países capitalistas más desarrollados?
Esa argumentación nos la vendieron los manuales económicos stalinistas del
siglo pasado, para decir que existían dos economías en el mundo. Una
imperialista y otra supuestamente revolucionaria encabezada por la extinta
URSS. Ni siquiera en aquella época, y mucho menos ahora, existe independencia
económica de país “emergente” alguno. Todos esos países tienen la mayoría de
las reservas internacionales en dólares y euros en bancos gringos y europeos, y
por lo demás éstas economías no están exentas del impacto de la crisis global
del capitalismo, al ser economías dependientes de los centros imperialistas.
Que las
cifras del desempeño económico de esas naciones se muestren como relativamente
“sólidas y en crecimiento” no quiere decir que desarrollan un modelo económico
alternativo al ofrecido por el imperialismo. Todo lo contrario, se trata de
economías nicho de las grandes transnacionales, las cuales aprovechan la
política proimperialista desarrollada por gobiernos como los de Putín-Dmitri
Medvédev en Rusia; Lula-Dilma Rousseff en Brasil; Den Xiaoping-Hu Jintao en
China, o Pratibha Patil en la India, para saquear las economías de pequeños
países, apoderarse de sus recursos naturales, y superexplotar y semiesclavizar
la fuerza de trabajo nativa, lo que les ha permitido convertirse en
submetrópolis o países subimperialistas, en sumo grado dependientes económica y
políticamente de los centros económicos imperialistas.
Las nuevas
transnacionales podrán tener asiento en los países del BRIC, pero la
composición de sus capitales refleja que la mayoría accionaria está en manos de
las grandes multinacionales yanquis, japonesas o europeas que dominan la
economía mundial desde hace muchas décadas. Tampoco olvidemos que dichas
naciones vivieron crisis económicas pavorosas en la década de los 90, lo que
facilitó que a través de las políticas capitalistas del FMI, desarrolladas por
los gobiernos de turno de esas naciones, sus economías fueran completamente
copadas por el imperialismo. Ser obsecuentes y completamente dependientes es lo
que permite que las tropas brasileras encabecen la agresión al pueblo haitiano,
o que con los votos de China, Rusia y la India en la ONU, el imperialismo
mantenga su agresión militar a las naciones del Medio Oriente, Asia, y África.
Estamos
seguros en que la estupidez no es el signo característico de los actuales
funcionarios del gobierno venezolano. En cambio, tenemos pruebas suficientes
que indican que lo suyo es la distorsión de la realidad, el fraude y la
demagogia para atrapar incautos. Los anuncios de un nuevo tornado sobre la
economía imperialista han caído como anillo al dedo al gobierno del presidente
Chávez para justificar el traslado de las reservas internacionales a estos
países “amigos”.
La verdad es
que el creciente endeudamiento con China, Brasil y Rusia, imponen en la agenda económica del gobierno colocar las reservas monetarias venezolanas como
garantía de pago.
Ya no sólo se trata de venta a futuro y a precio fijo de
aluminio, hierro, petróleo, o la venta de bonos de PDVSA. Ahora hay que colocar
hasta en juego las “joyas de la abuela”, como arras para una deuda externa que
supera los 125 mil millones de dólares y cuyos intereses son muy elevados.
La
nacionalización de la extracción del oro, también va en la misma dirección. Una
de las condiciones impuestas por los gobiernos chino, ruso y brasilero para
seguir otorgando préstamos es que el gobierno venezolano elimine buena parte de
las mafias intermediarias que controlan el negocio en el estado Bolívar, y
asegurarse de que el Estado brinde plenas garantías para la exploración de
nuevos yacimientos auríferos en territorio ancestral de las comunidades
indígenas.
Pero no sólo
el gobierno de Chávez intenta atrapar desprevenidos. Lo mismo intentan los
dirigentes de la llamada Mesa de la Unidad Democrática. Su posición
antinacional los retrata de cuerpo entero. Los gobiernos de los que
participaron los dirigentes de la MUD eran lacayos completos del imperialismo
norteamericano y europeo. Estos personajes están a favor de mantener las
reservas en EEUU y Europa porque con esa posición demuestran fidelidad a sus
jefes políticos imperialistas.
Como podrá
observarse, no son sustanciales las diferencias. Ni unos ni otros defienden la
soberanía nacional y ambos quieren colocar nuestras reservas internacionales y
los recursos naturales de la nación como garantías de pago a sus amos
capitalistas.
Chávez se
queda a medio camino al repatriar sólo una parte de las reservas. Su “nacionalismo”
definitivamente tiene patas cortas. Desde la Unidad Socialista de Izquierda
planteamos que las reservas internacionales de nuestro país deben ser
repatriadas en su totalidad y depositadas en el Banco Central de Venezuela. No
hay ninguna razón técnica, económica, ni mucho menos de soberanía nacional,
para colocarlas en Brasil, Rusia o China. Con esta medida el gobierno de Chávez
prepara una nueva estafa a la nación.
Asimismo,
nuestro país cuenta con una reserva estratégica de enorme importancia, constituida
por los yacimientos petrolíferos y gasíferos del país, los cuales han sido
entregados a transnacionales yanquis, chinas, japonesas, y europeas, en una
proporción cercana al 40%, a través de la figura de las empresas mixtas.
Nuestro partido defiende la disolución de estas empresas mixtas y que dichos
yacimientos retornen en un 100% a la propiedad estatal.
Caracas, 22
de agosto de 2011
*Secretario
General del partido Unidad Socialista de Izquierda
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con todos tus comentarios y opiones