Los culpables del caos

Luis Fuenmayor Toro

El gobierno, la dirección y los militantes del Psuv, sus fanáticos seguidores y sus mercenarios, afirman que la causa de la grave situación actual radica en lo que han llamado la “guerra económica”, la cual ha sido desatada en su contra por el capitalismo nacional e internacional. No reconocen la existencia de la más mínima responsabilidad de quienes dirigen el país. Resulta que Maduro y sus adeptos son quienes gobiernan, quienes controlan la venta de petróleo, quienes reciben los únicos dólares que en grandes cantidades ingresan al país; son ellos quienes deciden cómo y en qué gastarlos, quienes imponen el control de cambio, cuál tipo de cambio aplicar y los beneficiarios de este. Deciden los precios, distribuyen las mercancías, asignan los créditos, imprimen la moneda, contratan a los empleados públicos, determinan los salarios y sueldos, así como las exportaciones e importaciones, para luego hacernos creer que no tienen ninguna responsabilidad en el caos existente.

Es además el que expropia tierras y fábricas productivas, quien las administra luego, nombra sus gerentes, incorpora trabajadores con criterio clientelar en número excesivo, entrega o no la materia prima requerida y efectúa la venta y distribución de lo que producen, si es que se produce. Es el Gobierno, correligionarios y amigos quienes hacen negocios turbios con estas compañías, quienes las expolian y las quiebran, como ha pasado con las empresas básicas de Guayana y las de lácteos, papel y cemento. Fue el gobierno el que entregó 20 mil millones de dólares a empresas fantasmas de sus aliados, familiares y amigos, y desapareció 170 mil millones de dólares del Fonden y otra millonada más de otros fondos financieros. Es el gobierno el que dirige la FAN y las policías, el que negoció los privilegios delictivos de los pranes carcelarios, el que inventó las zonas de paz, hoy espacios arrebatados por la delincuencia común al Estado venezolano. El que disfruta el contrabando de 140 mil barriles diarios de combustibles, así como de oro, diamantes, coltán y otros minerales. Pero luego son los otros, los demás, quienes no participan de forma decisiva, los culpables de lo que ocurre. Y eso no convalida actos indebidos de quienes se le oponen.

@LFuenmayorToro