Thomas Schnee · · · · ·
30/06/13
SinPermiso
Una guerra de trincheras enfrenta desde hace algunos años al sindicato de servicios Verdi y los tribunales laborales alemanes con las Iglesias católica y protestante. Gracias a la complacencia de las administraciones y del entorno político, éstas últimas han logrado crear a lo largo de los años un espacio en el que el derecho del trabajo se pisotea diariamente. Por ejemplo, el derecho de huelga, no está reconocido a los 935.000 asalariados que trabajan para las Iglesias, sobre todo en el sector de servicios sociales y de salud. En cuanto a los sindicatos cristianos, defienden el dumping salarial, cuando los tribunales no les paran como felizmente ocurre cada vez en mayores casos.
El dumping salarial, una especialidad de los sindicatos cristianos
El 11 de junio pasado, una sentencia del Tribunal federal del Trabajo dejaba sin aliento al pequeño sindicato cristiano de la sanidad y los servicios sociales Medsonet. “En ningún momento, ha tenido capacidad para poder realizar negociaciones colectivas”, afirma la sentencia precisando que con solo 7.000 miembros, Medsonet únicamente representa el 0,32% de los asalariados del sector. Sin embrago, esta falta total de representatividad nunca han impedido a este sindicato negociar múltiples acuerdos colectivos muy ventajosos para los directivos de distintas instituciones del sector sanitario. En su sentencia el tribunal ha anulado todos esos acuerdos; también ha prohibido que en el futuro esa organización, miembros de la pequeña Confederación de sindicatos cristianos (CGB), pueda lleva a cabo una negociación colectiva.
El caso Medsonet es representativo de la estrategia de los sindicatos cristianos en Alemania, pero también de la filosofía muy liberal de las Iglesias alemanas respecto al trabajo. Con la explosión de un sector de bajos salarios allí, sobre todo en el sector servicios, estos pequeños formaciones sindicatos han jugado la carta del dumping salarial para seducir a los empresarios y crecer. Lo que ha pasado en el sector de interinos en los últimos años es un caso de libro. Justo después de la liberalización de los interinos en 2003, los sindicatos de la CGB se reunieron para crear la Unión negociadora de los sindicatos cristianos de Interinos (CGZP). Esta se ha apresurado en firmar acuerdos colectivos de sector con varias federaciones. Todos con salarios inferiores a 7 euros por hora. Fue necesario que los interinos, apoyados por Verdi, presentaran demandas para que los tribunales laborales invalidaran esos acuerdos firmados por cerca de 280.000 interinos, ¡aunque la CGZP nunca pudo probar que agrupara más de 1.300 afiliados!
Según la “tercera vía”, la misión cristiana y la huelga son incompatibles
En definitiva la actitud no muy cristiana de esos sindicatos se comprende mejor cuando se observa la naturaleza de los conflictos de trabajo que se desarrollan en la numerosas empresas e instituciones que pertenecen o dependen de las Iglesias católica o protestante alemanas. “¿Es pecado pertenecer a un sindicato?” o incluso “Undécimo mandamiento: no bajarás los salarios”; con tales eslóganes, y pese al aviso de su jerarquía, los 400 asalariados de los servicios sociales de la Diaconía de Hannover (DDH) participaron el 28 de setiembre de 2011, en huelgas de advertencia inéditas, organizadas durante la “semana nacional de acción” desplegada por elsindicato alemán Verdi. Objetivo: evitar una reducción salarial. La Diaconía es la organización caritativa de la Iglesia protestante alemana (EKD). Con 435.000 asalariados empleados en hospitales, asilos y otros servicios sociales, también es la mayor de las grandes empresas alemanas. Cáritas, su homóloga católica, emplea a más de 500.000. [1] Pero no son empresas cualesquiera.
El artículo 137 de la Constitución alemana, en efecto, reconoce a las Iglesias el derecho “a organizar y gestionar sus intereses de forma independiente según las leyes vigentes”. Interpretando a su manera este párrafo un poco vago, las Iglesias católica y protestante han entendido su autonomía respecto al Derecho laboral, por ejemplo prohibiendo a sus asalariados hacer huelga: “Nuestra misión cristiana, la de sostener a las personas necesitadas, no puede interrumpirse por una huelga. Por ello las Iglesias y la Diaconía han desplegado su propios procesos de negociación”, explicaba hace poco el antiguo vicepresidente de la Diaconía Wolgang Teke. La EKD dispone de una Comisión sobre el derecho laboral, compuesta paritariamente por los representantes de la dirección y los asalariados, que define salarios, jornada y condiciones de trabajo. En caso de desacuerdo, se establece una comisión de conciliación. Es lo que la EKD denomina la 3ª vía, por oposición al sistema general de convenios colectivos (2ª vía) o los diktats del patrón de antaño (1ª vía).
Salarios inferiores, entre el 5% y el 25% a los del servicio público
Sobre el terreno, el sonido de la campana es otro. “No se trata de la 3ª vía. Los tres aumentos salariales precedentes están a la altura de la mendicidad” explicaba entonces Uwe Dewitz, asalariado de la DDH y coorganizador de las huelgas de advertencia del 28 de setiembre. En efecto, este es uno de los principales reproches dirigidos a las Iglesias: la Diaconía se beneficia de innumerables atajos legales. “ Hasta mediados de los 90, la situación no era problemática pues las Iglesias pagaban mejor y se atenían a los acuerdos de la Función Pública. Pero con la reforma del seguro de dependencia en 1993, y diez años más adelante con el desarrollo del interinaje y empleos de bajos salarios, la situación se ha vuelto muy competitiva. Entonces las cosas cambiaron.
Hoy las empresas gestionadas por la Diaconía no dudan en externalizar una parte de sus servicios en otras empresas que pagan mucho menos. Y los salarios están por debajo del 5 al 25% de los del sector público”, explica Jan Jurczyk, portavoz de Verdi.
Según la propia EKD, que al mismo tiempo condena esta espiral descendente, entre 35.000 a 75.000 asalariados han sido transferidos a empresas “más baratas”. “A nuestro parecer, tales problemas no se pueden resolver internamente. Los representantes de los trabajadores no tienen ningún medio de presión. Y las recomendaciones de la comisión de conciliación favorables a los asalariados no se imponen forzosamente. Por ello, exigimos que la Iglesia respete como todos los demás el derecho laboral y autorice el derecho de huelga”, concreta el Sr. Jurczyk.
Los jueces acaban imponiendo del derecho de huelga
A principios de 2011, el Tribunal de 2ª instancia de Hamm rechazó una demanda de la EKD contra varios asalariados que habían organizado huelgas de advertencia. Ésta presentó recurso. Finalmente en noviembre de 2012, el Tribunal Laboral Federal reconocía el derecho de las Iglesias a mantener el sistema de la 3ª vía. Al mismo tiempo, llamaba la atención sobre las malas condiciones de trabajo existentes en muchos de sus lugares de trabajo y les instaba a respetar el derecho laboral vigente, sobre todo, el derecho de huelga. Seguidamente este juicio ha comenzado a dar frutos. A finales de mayor de 2013, el sindicato Verdi consiguió negociar un convenio colectivo más ventajoso arrancando un aumento salarial entre el 2,5 y el 5,5% para los 30.000 asalariados de la Iglesia protestante de Baja Sajonia. Entusiasmado, el sindicato estima que la firma de este acuerdo es el preludio de negociaciones a escala nacional. Para el sindicato ,el combate no habrá terminado hasta que las Iglesias hayan abandonado su famosa “3ª vía”.Nota:
[1]: Esto se explica por el hecho de que Alemania, sin ser un Estado religioso, no es tampoco un Estado laico. La separación entre Iglesias y Estado no existe; la administración fiscal alemana, recauda directamente el impuesto eclesiástico sobre el salario de los ciudadanos que declaren oficialmente su pertenencia a una u otra confesión. En 2011, la Iglesia protestante percibió 4,38 millardos de Euros y la católica, 4,91 millardos. A cambio, su implicación en la vida pública es mucho más importante: “Las iglesias están presentes en casi el 40% de los Consejos de Supervisión de los hospitales alemanes. Dirigen la mayor red de asilos geriátricos. De hecho, están por todas partes en donde existen estructuras de ayuda social o dónde hay necesidades de ayuda” explica un pastor que conoce bien el sistema.
Thomas Schnee escribe regularmente para Marianne y para otros medios de comunicación francófonos
Traducción para www.sinpermiso.info: Ramón Sánchez Tabarés
El dumping salarial, una especialidad de los sindicatos cristianos
El 11 de junio pasado, una sentencia del Tribunal federal del Trabajo dejaba sin aliento al pequeño sindicato cristiano de la sanidad y los servicios sociales Medsonet. “En ningún momento, ha tenido capacidad para poder realizar negociaciones colectivas”, afirma la sentencia precisando que con solo 7.000 miembros, Medsonet únicamente representa el 0,32% de los asalariados del sector. Sin embrago, esta falta total de representatividad nunca han impedido a este sindicato negociar múltiples acuerdos colectivos muy ventajosos para los directivos de distintas instituciones del sector sanitario. En su sentencia el tribunal ha anulado todos esos acuerdos; también ha prohibido que en el futuro esa organización, miembros de la pequeña Confederación de sindicatos cristianos (CGB), pueda lleva a cabo una negociación colectiva.
El caso Medsonet es representativo de la estrategia de los sindicatos cristianos en Alemania, pero también de la filosofía muy liberal de las Iglesias alemanas respecto al trabajo. Con la explosión de un sector de bajos salarios allí, sobre todo en el sector servicios, estos pequeños formaciones sindicatos han jugado la carta del dumping salarial para seducir a los empresarios y crecer. Lo que ha pasado en el sector de interinos en los últimos años es un caso de libro. Justo después de la liberalización de los interinos en 2003, los sindicatos de la CGB se reunieron para crear la Unión negociadora de los sindicatos cristianos de Interinos (CGZP). Esta se ha apresurado en firmar acuerdos colectivos de sector con varias federaciones. Todos con salarios inferiores a 7 euros por hora. Fue necesario que los interinos, apoyados por Verdi, presentaran demandas para que los tribunales laborales invalidaran esos acuerdos firmados por cerca de 280.000 interinos, ¡aunque la CGZP nunca pudo probar que agrupara más de 1.300 afiliados!
Según la “tercera vía”, la misión cristiana y la huelga son incompatibles
En definitiva la actitud no muy cristiana de esos sindicatos se comprende mejor cuando se observa la naturaleza de los conflictos de trabajo que se desarrollan en la numerosas empresas e instituciones que pertenecen o dependen de las Iglesias católica o protestante alemanas. “¿Es pecado pertenecer a un sindicato?” o incluso “Undécimo mandamiento: no bajarás los salarios”; con tales eslóganes, y pese al aviso de su jerarquía, los 400 asalariados de los servicios sociales de la Diaconía de Hannover (DDH) participaron el 28 de setiembre de 2011, en huelgas de advertencia inéditas, organizadas durante la “semana nacional de acción” desplegada por elsindicato alemán Verdi. Objetivo: evitar una reducción salarial. La Diaconía es la organización caritativa de la Iglesia protestante alemana (EKD). Con 435.000 asalariados empleados en hospitales, asilos y otros servicios sociales, también es la mayor de las grandes empresas alemanas. Cáritas, su homóloga católica, emplea a más de 500.000. [1] Pero no son empresas cualesquiera.
El artículo 137 de la Constitución alemana, en efecto, reconoce a las Iglesias el derecho “a organizar y gestionar sus intereses de forma independiente según las leyes vigentes”. Interpretando a su manera este párrafo un poco vago, las Iglesias católica y protestante han entendido su autonomía respecto al Derecho laboral, por ejemplo prohibiendo a sus asalariados hacer huelga: “Nuestra misión cristiana, la de sostener a las personas necesitadas, no puede interrumpirse por una huelga. Por ello las Iglesias y la Diaconía han desplegado su propios procesos de negociación”, explicaba hace poco el antiguo vicepresidente de la Diaconía Wolgang Teke. La EKD dispone de una Comisión sobre el derecho laboral, compuesta paritariamente por los representantes de la dirección y los asalariados, que define salarios, jornada y condiciones de trabajo. En caso de desacuerdo, se establece una comisión de conciliación. Es lo que la EKD denomina la 3ª vía, por oposición al sistema general de convenios colectivos (2ª vía) o los diktats del patrón de antaño (1ª vía).
Salarios inferiores, entre el 5% y el 25% a los del servicio público
Sobre el terreno, el sonido de la campana es otro. “No se trata de la 3ª vía. Los tres aumentos salariales precedentes están a la altura de la mendicidad” explicaba entonces Uwe Dewitz, asalariado de la DDH y coorganizador de las huelgas de advertencia del 28 de setiembre. En efecto, este es uno de los principales reproches dirigidos a las Iglesias: la Diaconía se beneficia de innumerables atajos legales. “ Hasta mediados de los 90, la situación no era problemática pues las Iglesias pagaban mejor y se atenían a los acuerdos de la Función Pública. Pero con la reforma del seguro de dependencia en 1993, y diez años más adelante con el desarrollo del interinaje y empleos de bajos salarios, la situación se ha vuelto muy competitiva. Entonces las cosas cambiaron.
Hoy las empresas gestionadas por la Diaconía no dudan en externalizar una parte de sus servicios en otras empresas que pagan mucho menos. Y los salarios están por debajo del 5 al 25% de los del sector público”, explica Jan Jurczyk, portavoz de Verdi.
Según la propia EKD, que al mismo tiempo condena esta espiral descendente, entre 35.000 a 75.000 asalariados han sido transferidos a empresas “más baratas”. “A nuestro parecer, tales problemas no se pueden resolver internamente. Los representantes de los trabajadores no tienen ningún medio de presión. Y las recomendaciones de la comisión de conciliación favorables a los asalariados no se imponen forzosamente. Por ello, exigimos que la Iglesia respete como todos los demás el derecho laboral y autorice el derecho de huelga”, concreta el Sr. Jurczyk.
Los jueces acaban imponiendo del derecho de huelga
A principios de 2011, el Tribunal de 2ª instancia de Hamm rechazó una demanda de la EKD contra varios asalariados que habían organizado huelgas de advertencia. Ésta presentó recurso. Finalmente en noviembre de 2012, el Tribunal Laboral Federal reconocía el derecho de las Iglesias a mantener el sistema de la 3ª vía. Al mismo tiempo, llamaba la atención sobre las malas condiciones de trabajo existentes en muchos de sus lugares de trabajo y les instaba a respetar el derecho laboral vigente, sobre todo, el derecho de huelga. Seguidamente este juicio ha comenzado a dar frutos. A finales de mayor de 2013, el sindicato Verdi consiguió negociar un convenio colectivo más ventajoso arrancando un aumento salarial entre el 2,5 y el 5,5% para los 30.000 asalariados de la Iglesia protestante de Baja Sajonia. Entusiasmado, el sindicato estima que la firma de este acuerdo es el preludio de negociaciones a escala nacional. Para el sindicato ,el combate no habrá terminado hasta que las Iglesias hayan abandonado su famosa “3ª vía”.Nota:
[1]: Esto se explica por el hecho de que Alemania, sin ser un Estado religioso, no es tampoco un Estado laico. La separación entre Iglesias y Estado no existe; la administración fiscal alemana, recauda directamente el impuesto eclesiástico sobre el salario de los ciudadanos que declaren oficialmente su pertenencia a una u otra confesión. En 2011, la Iglesia protestante percibió 4,38 millardos de Euros y la católica, 4,91 millardos. A cambio, su implicación en la vida pública es mucho más importante: “Las iglesias están presentes en casi el 40% de los Consejos de Supervisión de los hospitales alemanes. Dirigen la mayor red de asilos geriátricos. De hecho, están por todas partes en donde existen estructuras de ayuda social o dónde hay necesidades de ayuda” explica un pastor que conoce bien el sistema.
Thomas Schnee escribe regularmente para Marianne y para otros medios de comunicación francófonos
Traducción para www.sinpermiso.info: Ramón Sánchez Tabarés
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