Cada día los estudiantes de distintos colegios y
universidades se toman los lugares públicos en Chile. Algunos improvisan
simbólicos suicidios colectivos, bailes multitudinarios o se aglomeran en las
salidas de las estaciones del Metro para pedir apoyo económico a los
transeúntes. Otros marchan por las calles más importantes de las comunas,
“funan” a políticos o se toman canales de televisión. En las casas de estudio
muchos compañeros comenzaron con huelgas de hambre como medida de presión, en
la Comuna de Buin los compañeros del liceo A-131 iniciaron una huelga seca. Por
todo el país se mantiene vivo el espíritu de la lucha.
Los frontis de colegios, liceos y universidades lucen
lienzos y carteles con consignas de protesta. Es el ambiente del país, las
luchas no son hechos aislados. En medio de las movilizaciones estudiantiles,
cientos de conflictos sindicales explotan a diario. Un paro histórico de los
trabajadores del cobre entregó sus propios colores a la pintura. Los usuarios
del Transantiago han cortado el transito en reiteradas ocasiones. Hace pocas
semanas el Gobierno tuvo que correr para apagar la explosión social que
amenazaba con propagarse por el sur del país, en las zonas devastadas por el
terremoto del 27 de febrero del 2010. Después de un año de la catástrofe, los
vecinos siguen sin tener solución.
Hasta la expulsión de un carabinero adquirió una nueva
dimensión al abandonar semidesnudo el cuartel de carabineros en señal de
protesta. A pesar de que la orden fue detenerlo y se sumó un inmenso operativo
para el efecto, los oficiales debieron morder el polvo y dejarlo partir libre
de cargo. El ex suboficial Ripetti hoy es un héroe nacional y ya fue emulado
por otro carabinero expulsado de la institución. Nadie sabe cuándo ni en que
puede terminar este singular desfile - protesta contra el abuso de los
oficiales a la tropa.
Es evidente que la crisis del capitalismo muestra sus
devastadoras consecuencias. La desigualdad social se agudiza, las alzas y la
inflación empobrecen cada día más a las familias trabajadoras, los grandes
empresarios y su Gobierno decretaron que los sueldos no debían subir más que
algunos pesos, mientras privatizan los derechos sociales y precarizan los
derechos laborales. El poder financiero y el retail (grandes tiendas y
supermercados) terminan por reducir aún más el nivel de vida de los
trabajadores.
Claro está que la Derecha no hace, sino, continuar la
línea trazada por los anteriores gobiernos de la Concertación: enriquecen a los
grandes grupos económicos, a costa de los trabajadores, los estudiantes y los
pobladores. El movimiento estudiantil y las cientos de luchas sindicales y
populares son una respuesta a esta lógica de la miseria y por eso rápidamente
van contra la Derecha y la Concertación. Ese es el significado profundo de lo
que hoy muestran las encuestas y las movilizaciones.
Cuando la represión fue derrotada
El día jueves 8 de agosto, dos marchas estudiantiles estaban
convocadas.
Por la mañana los secundarios, por la tarde los
universitarios. Dos convocatorias separadas que expresaban “una” política
divisionista empujada por los dirigentes del Partido Comunista y la
Concertación para debilitar al movimiento estudiantil. La orden desde la
Moneda era reprimir brutalmente a los estudiantes, con las Fuerzas Especiales
tratando de imponer un eventual “estado de sitio” por las calles de Santiago.
13:00 hrs. En una ya larga jornada que había empezado con
barricadas y cortes de calle desde las 7 AM miles de estudiantes seguían en las
calles, varios de ellos heridos, cientos arrestados, tres compañeros
atropellados por vehículos policiales y la ciudad inundada en bombas
lacrimógenas. El terror trataba de abrirse paso para imponerse.
18:00 hrs. Por las calles de la Capital avanzan grupos de
estudiantes dispuestos a llevar a cabo la marcha convocada por la principal
dirección universitaria, la CONFECH, aún en contra de la prohibición del
Gobierno. Plaza Italia, el lugar de encuentro habitual para las marchas, está
cercada por las Fuerzas Especiales. Miles de Carabineros pretenden cortar el
paso a los estudiantes en todas las esquinas.
18:30 hrs. Cerca de tres mil estudiantes ya estaban
acumulados en el central Parque Bustamante. Por su parte los secundarios que
desde primera hora se enfrentaban a carabineros, lejos de abandonar la
resistencia seguían multiplicándose por todas las calles céntricas.
La táctica de imponer el terror comenzó a desmoronarse. Los
carros policiales avanzaron contra la masa, y la estampida se regó por Santiago
Centro.
20.00 hrs. De pronto, cientos de barricadas cerraban las
calles céntricas, de los edificios se comenzaron a escuchar cacerolazos en
apoyo a los estudiantes, al cabo de pocos minutos se propago por todo Chile la
ola de protesta. Carabineros se declaró a momentos sobrepasado, las barricadas,
cacerolazos y personas en las calles se multiplicaba sin cesar. La violencia y
el terror que se trató de imponer finalizaron estrepitosamente por la ofensiva
estudiantil y la solidaridad de miles de familias. Y al contrario de lo que
esperaba el Gobierno, los sectores populares entraron de lleno a la lucha en
claro apoyo solidario a la demanda estudiantil.
Quienes defienden el lucro defienden al Gobierno.
La postura de la Iglesia Católica
En las últimas semanas, pudimos ver al Obispo Ezzati, clamar
frente a los medios de comunicación y sus feligreses para que los estudiantes
renuncien a la “utopía” de una educación gratuita y se sienten a negociar con
el Gobierno. Pidió fervorosamente que todo se resuelva en los márgenes de la
institucionalidad y la legalidad y luego de tomar claro partido a favor del
Gobierno escondió sus fauces y se ofreció de mediador. La Confech le respondió
con un rotundo rechazo a su maniobra desmovilizadora. Tanto así, que el
Dirigente de la U. de Talca que se prestó de “palo blanco” pidiendo la
intervención de Ezzati, fue expulsado de la última reunión de la Confech.
La Concertación
La Concertación gobernó el país durante 20 años, siguiendo
la línea trazada por el acuerdo de estos partidos con la Dictadura de Pinochet:
defender la constitución de los 80, que luego sería reafirmada por Lagos;
profundizar el modelo económico neoliberal y mantener en la impunidad a los
empresarios, políticos y militares vinculados con la Dictadura. La trenza
Concertación- Derecha que gobierna esta país ya ha enfrentado a los
estudiantes, cuando en el 2006 el Gobierno de Bachelet se opuso a los
estudiantes secundarios, y legalizó el lucro de los sostenedores y dueños de
Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales.
Por eso los concertacionistas se niegan siquiera a mencionar
la “blasfemia” de educación gratuita o nacionalización del cobre. Sus
principales representantes llaman a traspasar el debate al Parlamento, con un
acuerdo previo entre algunos dirigentes de la CONFECH, del Colegio de
Profesores y unos pocos dirigentes los secundarios. Algunos de ellos hablan
incluso de llevar a cabo el plebiscito que impulsan los universitarios, a
sabiendas que los votos de la DC en el Parlamento, le garantizan a la Derecha
evitar llevarlo a cabo. Hoy se suman oportunistamente al llamado de la CUT,
para seguir disfrazados de amigos de los trabajadores.
La burocracia comunista
La mayoría de los estudiantes universitarios y secundarios
tienen razón al rechazar la mediación de la Iglesia y la Concertación en el
Parlamento. Ambos sectores no pueden ser mediadores porque están derechamente
en contra de la educación gratuita y la renacionalización del cobre para
financiarla.
De los secundarios sólo el sector liderado por la Jota
insistió en apoyar esa burda maniobra. El Gobierno saludó entusiasta esta
táctica y se entrevistó largamente con Tellier (Diputado y máximo dirigente
Comunista) por teléfono un día antes de su fallido intento de doblegar a los
estudiantes con represión. Tellier declara, con orgullo de burócrata
domesticado por el régimen, a través de los medios de comunicación (La Tercera
7 de Agosto) que ellos son responsables de que el movimiento estudiantil
mantuviera demandas solo gremiales demarcándose una vez más de la educación
gratuita y la renacionalización del cobre que ya habían sido resueltos por el CONFECH,
pero luego ignorados por todos los dirigentes comunistas.
El escaso apoyo que tiene entre los estudiantes la Derecha,
y el cada vez menor apoyo a la Concertación, le exigen al Gobierno contar con
aliados seguros dentro de las filas estudiantiles. No es secreto para nadie la
unidad tradicional entre los comunistas y la Concertación, con acuerdos
electorales y políticos a todo nivel. Fueron estos quienes lograron el éxito de
la táctica de desarme que llevó a cabo el Gobierno de Bachelet en el 2006, cuando
sus dirigentes llevaron la lucha a la “mesa de trabajo” impulsada por el
Gobierno y el Parlamento. Hoy su ligazón sigue siendo total, los comunistas se
niegan a hablar de educación estatal y gratuita, reemplazándola por “pública y
de calidad”.
La política de estos dirigentes ha sido contener un
movimiento que los desborda constantemente y que en contra de lo que ellos han
querido ha impuesto en las calles la lucha por la estatización de la educación,
su gratuidad y la renacionalización del cobre para financiarla. En la práctica
están sosteniendo a un Gobierno del que se dicen opositores. Lo sostienen,
porque ellos también defienden que exista una Universidad Arcis cuyos dueños
son Comunistas; Otras tantas universidades de Concertación y la derecha, y por lo
menos una docena en manos de la Iglesia Católica (Del mismo Ezzati que se
ofrece de “desinteresado mediador”,) lo mismo sucede con la absoluta mayoría de
los colegios subvencionados.
La Concertación y los comunistas, el acuerdo a “Puertas
cerradas” con el Gobierno.
Desde la dirección del movimiento, la Concertación y los
comunistas buscan establecer una mesa de trabajo con el Gobierno para empujar
demandas a “corto” y “largo” plazo. Táctica utilizada por Bachalet en el
“Pinguinazo” del 2006, con la que desmontó el movimiento estudiantil y dejó las
demandas en terreno muerto. El “largo plazo” nunca se cumplió, y en el
Parlamento la LOCE se cambió por su hermana gemela, pero más privatizadora, la
LGE. Hoy estos sectores buscan levantar demandas a corto plazo, que mantengan
el lucro en la educación: bajar el interés de los créditos bancarios para
estudiantes, subir unos cuantos millones el aporte a la UES tradicionales, y
dar algunas migajas a los secundarios.El 80% de los estudiantes más pobres de la educación
superior, simplemente no existen en sus demandas. Sirven más desangrándose en
las universidades privadas, Centros de Formación Técnica e Institutos
Profesionales. Por eso buscan dejar todo lo relevante de las demandas
estudiantiles, las que buscan solucionar de fondo el problema del
endeudamiento, el lucro, el acceso y financiamiento de los estudiantes más
pobres, perdidas en un papeleo eterno en el Parlamento.
Seguir avanzando
La movilización estudiantil, con sus multitudinarias marchas
y los masivos caceroleos en todo el país, ha demostrado que el pueblo quiere
cambios de fondo en la educación, es decir, la demanda de educación gratuita y
estatal para todos los niveles.
La única forma de poder triunfar es profundizar y
desarrollar la movilización. La Concertación y los comunistas buscan detener el
proceso, tratando de mantener la lucha sólo en los límites del movimiento
estudiantil. Por eso la tarea más urgente es incluir activamente a los
trabajadores y al pueblo en la lucha. En las comunas se están conformando
asambleas que comienzan a incluir a todos los actores sociales en apoyo al
movimiento. El rol progresivo de estos organismos embrionarios sólo puede
madurar con el apoyo del movimiento estudiantil.
En este momento, sólo la
CONFECH, el principal organismo de los universitarios, puede dar el gran salto.
Las bases debemos exigir a los dirigentes la apertura de la CONFECH para
incluir a todos los sectores en la lucha.
Para avanzar hacia el triunfo, debemos imponer las demandas
estudiantiles como un programa del pueblo y los trabajadores, sostenido por la
movilización y el paro nacional indefinido. Desde el MST decimos:
Ninguna confianza en la negociación de los parlamentarios
de la Concertación y el Partido Comunista con el Gobierno.
La negociación entre la Concertación, los comunistas y el
Gobierno en el Parlamento, es una táctica para desplazar a los estudiantes y
maquillar el lucro en la educación. No cometamos el error del 2006, confiando
en los políticos que son a su vez los principales empresarios de la educación.
El Parlamento jamás ha cambiado las cosas en favor de los trabajadores, los
pobladores y los estudiantes. Es una institución binominal impuesta por la
Dictadura de Pinochet, al servicio de los principales grupos económicos
chilenos e imperialistas.
El plebiscito de la Concertación y el Partido Comunista
v/s el plebiscito de los estudiantes, los trabajadores y el pueblo.
Muchos actores políticos y sociales han llamado a un
plebiscito para que el pueblo dirima qué educación quiere, sin embargo
todos estos llamados tienen un defecto inhabilitante: se lo quiere hacer dentro
de los marcos de la dictatorial y por lo tanto antidemocrática Constitución del
80. Los dirigentes estudiantiles comunistas (Camila Vallejos, Camilo
Ballestero, Fredy Fuentes), buscan impulsarlo como una forma de detener la
lucha y contener la radicalización del movimiento. Piden que sea vinculante, e
incluya a la Concertación para luego pasar la discusión al Parlamento. Ellos están
muy de acuerdo con el Gobierno y la Iglesia, tratando siempre de mantener la
lucha y la negociación en los márgenes de las instituciones y la legalidad
heredada de la Dictadura. Por eso se niegan a llevar hasta el final su
propuesta, y lo mantienen como un mero chantaje al Gobierno.
Por el contrario, para que el plebiscito tenga un
carácter revolucionario, deben ser los estudiantes y trabajadores de base de la
CONFECH, los secundarios, el Colegio de Profesores y la CUT quienes lo
convoquen y realicen. Denunciando activamente al Gobierno, al Parlamento y la
Constitución, como instituciones y marco legal ilegitimo, antidemocráticos e
incapaces de resolver la crisis. El plebiscito debe realizarse en los colegios,
universidades y sindicatos como las sedes naturales para que lo organicen en
asambleas multisectoriales. Plebiscitando las verdaderas demandas
estudiantiles: educación gratuita, estatización, pase escolar gratuito los 365
días del año, y renacionalización del cobre para financiar las demandas. Por eso
es necesario impulsar nacionalmente retomas de todas las casas de estudio, para
transformarlas en núcleos de propaganda y organización del pueblo. Sin pedir
que sea el Parlamento quien lo apruebe, o se cambie “uno que otro artículo” de
la Constitución para llevarlo a cabo.
Recuadros
El gran desafío que queda por cumplir.
Este proceso nos deja demostrado que la Concertación y los
dirigentes del Partido Comunista no quieren terminar con esta injusta sociedad,
y con el poder de los grupos económicos que controlan el país. Por eso no
quieren llevar el proceso de lucha hasta el final, enfrentando a los
empresarios para arrebatarles nuestro derecho a una educación gratuita y
estatal. Ellos mismos son empresarios de la educación.
Sin embargo, también queda demostrado que hay miles de
compañeras y compañeros dispuestos a enfrentar al Gobierno y los
empresarios para construir una sociedad más justa. Esos miles sabemos que los
parlamentarios de la Concertación y del Partido Comunista son lo mismo que la
Derecha. A la vez que tenemos absoluta claridad sobre la importancia de incluir
en la lucha a trabajadores y pobladores. No basta con rechazar lo que existe,
debemos construir una nueva dirección política consecuente, verdaderamente
democrática y dispuesta a terminar esta sociedad represiva, explotadora, que
pone el sufrimiento de millones de personas al servicio de los negocios de los
grandes grupos económicos y el imperialismo.
Debemos pasar de la simple coordinación de los que luchamos,
a la unidad real con un programa y una organización para la lucha. Los jóvenes
tenemos que cambiar la sociedad que nos impuso la Dictadura de Pinochet y sus
aliados de la Concertación.
Fuera Piñera y sus aliados de la Concertación ¡Que se
vayan Todos!
Este Gobierno se niega a responder el llamado de millones de
chilenos, sólo por cuidar sus negocios e intereses. En cambio usa la violencia
y la más brutal represión para acallar las voces de los que luchan. Muchos de
sus principales representantes claman por la intervención de los militares (ver
declaraciones del Alcalde de Santiago, Pablo Zalaquet).
Su propósito es terminar lo que inicio Pinochet y la
Concertación: acabar con todos los derechos sociales; privatizar lo que queda
de estatal en la educación, la salud, la vivienda y flexibilizar al máximo los
derechos laborales; imponer bajos sueldos y alzas; cuidar los intereses de los
grandes empresarios; mantener la antidemocrática constitución para reprimir
cuando quieran a los trabajadores y sus familias, y mantener en la más asquerosa
impunidad a los empresarios (caso colusión farmacias, La Polar entre otros).
Mientras ellos gobiernen, las crisis económicas que ellos
provocan serán resultas con el sufrimiento de nuestras familias seguirá siendo
precario e incierto. La única salida posible es que sean los trabajadores, los
estudiantes y los pobladores, quienes resuelvan juntos y democráticamente la
crisis. Asamblea Constituyente y Gobierno de los trabajadores, los estudiantes
y el pueblo para reordenar el país en beneficio de los asalariados, los
estudiantes y los pobladores.
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