Por Gabriel Massa / Corriente Socialista de los Trabajadores CST-PSOL / Brasil
La huelga, que fue ejecutada por la fuerza de los trabajadores de base, es un verdadero desafío para las políticas ultraconservadoras de la administración Trump que intentan flexibilizar los derechos laborales. No obstante, fueron otras luchas exitosas las que alentaron esta huelga, como los empleados de la cadena de comida rápida, el personal de los hoteles y los maestros en varios estados que lograron aumentos salariales significativos y más recursos para la educación pública.
La huelga fue apoyada por los trabajadores de Ford y Fiat-Chrysler, que suman más de 100,000 trabajadores, y trabajadores de autopartes de los proveedores mexicanos de GM. La burocracia sindical de la UAW, sin embargo, se niega a incorporar a los trabajadores de otras empresas a la paralización, con el pretexto de que el acuerdo con General Motors servirá como referencia para cerrar acuerdos con las otras empresas.
Según el estatuto sindical, a partir del día 15 de paro laboral, cada trabajador debe cobrar un "salario" de $ 250 por semana del fondo de huelga sindical. Desde la base surgió la demanda de que el sindicato aumente este auxilio a $ 750 por semana. Desconfiando del liderazgo sindical, los trabajadores advirtieron que cualquier intento de la burocracia de aceptar menos de lo exigido será rechazado.
Sin duda nos enfrentamos a un gran conflicto. Por un lado, una de las corporaciones multinacionales más grandes del mundo, protegida por las políticas anti-laborales de un gobierno ultra reaccionario, por el otro, la fuerza de los trabajadores que intentan superar los obstáculos impuestos por un liderazgo sindical burocrático. El triunfo de los trabajadores servirá como incentivo para grandes sectores de trabajadores. Por lo tanto, comprometemos toda nuestra solidaridad a esta importante lucha.
La huelga, que fue ejecutada por la fuerza de los trabajadores de base, es un verdadero desafío para las políticas ultraconservadoras de la administración Trump que intentan flexibilizar los derechos laborales. No obstante, fueron otras luchas exitosas las que alentaron esta huelga, como los empleados de la cadena de comida rápida, el personal de los hoteles y los maestros en varios estados que lograron aumentos salariales significativos y más recursos para la educación pública.
La huelga fue apoyada por los trabajadores de Ford y Fiat-Chrysler, que suman más de 100,000 trabajadores, y trabajadores de autopartes de los proveedores mexicanos de GM. La burocracia sindical de la UAW, sin embargo, se niega a incorporar a los trabajadores de otras empresas a la paralización, con el pretexto de que el acuerdo con General Motors servirá como referencia para cerrar acuerdos con las otras empresas.
Según el estatuto sindical, a partir del día 15 de paro laboral, cada trabajador debe cobrar un "salario" de $ 250 por semana del fondo de huelga sindical. Desde la base surgió la demanda de que el sindicato aumente este auxilio a $ 750 por semana. Desconfiando del liderazgo sindical, los trabajadores advirtieron que cualquier intento de la burocracia de aceptar menos de lo exigido será rechazado.
Sin duda nos enfrentamos a un gran conflicto. Por un lado, una de las corporaciones multinacionales más grandes del mundo, protegida por las políticas anti-laborales de un gobierno ultra reaccionario, por el otro, la fuerza de los trabajadores que intentan superar los obstáculos impuestos por un liderazgo sindical burocrático. El triunfo de los trabajadores servirá como incentivo para grandes sectores de trabajadores. Por lo tanto, comprometemos toda nuestra solidaridad a esta importante lucha.
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