La siderúrgica, antes la principal de América Latina y El Caribe, produjo en el 2015 un cuarto de su capacidad instalada Archivo |
Correo del Caroní
María Ramírez Cabello
La producción de acero será detenida como ocurrió durante la sequía entre 2009 y 2010 cuando fueron apagados varios hornos de la industria, reestatizada en 2008. Ese año también se desincorporaron 360 celdas de la reductora de aluminio Venalum.
Las acerías de planchones y palanquillas de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), paralizadas desde mediados de enero, no arrancarán en los próximos días como tenía previsto la directiva de la industria, debido a la crisis eléctrica que ha llevado al embalse de la central Hidroelectrica Simón Bolívar en Gueri a menos de seis metros del colapso.
“Solo estarán laborando la planta de pellas (una sola línea) y Midrex”, informó una fuente de la industria, que prefirió mantener su nombre en reserva.
El delegado de la acería de palanquillas de Sidor, Carlos Ramírez, detalló que el miércoles la acería quedó lista -a las siete de la noche- para encender tras la llegada de refractarios, pero aguardaban luz verde por parte de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).
Este jueves, dijo, Corpoelec informó que las acerías no podían arrancar, por lo que la producción de acero permanecerá detenida, como ocurrió durante la sequía entre 2009 y 2010 cuando fueron apagados varios hornos de la industria, reestatizada en 2008; desincorporadas 360 celdas de la reductora de aluminio Venalum y desmantelada una línea de producción de aluminio de Alcasa, todas en la zona industrial de Guayana.
Ramírez precisó que requerían en promedio 135 MW para la acería de palanquillas y 140 MW para la acería de planchones para operar con un horno cada una, un nivel mínimo para una siderúrgica con una capacidad instalada de 5,1 millones de toneladas de acero, de los cuales Produjo apenas un cuarto en 2015.
Aunque la estatal no se ha pronunciado públicamente al respecto, “es una realidad”, advirtió el trabajador, quien destacó que hasta ahora los trabajadores se mantienen en sus puestos de trabajo acudiendo principalmente durante la jornada diurna, pero “allí todo está apagado”.
Según reportes de Corpoelec, la planta A instalada en Sidor genera apenas un 10% de su capacidad instalada
Termoeléctricas de adorno
La interrupción de los hornos de las acerías de Sidor, a escasos kilómetros de la central hidroeléctrica de Guri, la más importante de Venezuela, se da pese a que durante la sequía del 2010, el Ejecutivo Nacional aprobó la instalación de dos plantas termoeléctricas en los patios de la industria con una capacidad total de 430 MW, que se esperaba surtieran a la empresa y aportaran al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
Las plantas permanecen en los patios de la industria sin aportar energía eléctrica, pese a la millonaria inversión realizada durante la gestión del ex ministro de Industrias y presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Rodolfo Sanz.
“Nosotros vamos a seguir dependiendo del SIN, pero estas plantas van a contribuir a soportar bajones de energía o crisis como la que se registró en el 2010”, aseguró en 2011 el entonces presidente de la estatal, Carlos D’Oliveira.
Sanz había prometido que al menos la planta A (175 MW) entraría en operación en mayo de 2010, pero casi seis años después la generadora sigue inactiva por falta de gas, según fuentes de la industria, al igual que la planta B, cuya instalación no fue concluida.
Ambas plantas fueron contratadas bajo el millonario convenio suscrito con la empresa Derwick Associates, propiedad de los llamados “bolichicos”, que resultó en un foco de corrupción, unidades usadas y falta de previsión, pues las plantas no cuentan con suministro de gas suficiente para operar.
Según Sanz, Sidor estaba hecha para atesorar las generadoras termoeléctricas. "Sidor reúne condiciones fundamentales para instalar más 800 MW de energía eléctrica, ventajas que no poseen otras empresas, ni otras ciudades del país, algunos elementos con los que contamos son suministro de gas, un sistema de captación de agua industrial y contra incendios, además de una amplia extensión de terreno para la instalación de las mismas", dijo en marzo de 2010.
Para los primeros 425 MW, conformados por la planta termoeléctrica A y B, se invirtieron, según Sanz, más de 190 millones de dólares, sumados a los $ 169 millones para la instalación y equipos auxiliares y $ 80 millones para servicios adicionales, asumidos por Sidor.
Techo eléctrico en Guayana
El experto eléctrico, José Aguilar, ha señalado en distintas entrevistas que la restricción eléctrica impuesta a Guayana es lo que ha retrasado el colapso eléctrico nacional, considerando que el suministro eléctrico a las industrias de la región es el mismo de la década de los 80’.
“El Gobierno ha venido sigilosamente racionando a Guayana y todo el estado Bolívar de manera brutal, porque no hayan cómo hacer para que Guri baje su caída pero el daño está hecho”, dijo.
Para producir a plena capacidad, precisó, la industria siderúrgica requiere 21 GWh, pero consume menos de 2 GWh.
La privación eléctrica se extiende al resto de las industrias de Guayana, que reciben poco más de un tercio de la energía que requieren para sus procesos operativos. Muestra de ello es que seis años después del apagado de hornos en Sidor y la desincorporación de celdas de aluminio primario en Venalum y Alcasa, estás industrias han seguido operando con iguale o peores ritmos de producción por el techo eléctrico al que están sometidas.
Las acerías de planchones y palanquillas de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), paralizadas desde mediados de enero, no arrancarán en los próximos días como tenía previsto la directiva de la industria, debido a la crisis eléctrica que ha llevado al embalse de la central Hidroelectrica Simón Bolívar en Gueri a menos de seis metros del colapso.
“Solo estarán laborando la planta de pellas (una sola línea) y Midrex”, informó una fuente de la industria, que prefirió mantener su nombre en reserva.
El delegado de la acería de palanquillas de Sidor, Carlos Ramírez, detalló que el miércoles la acería quedó lista -a las siete de la noche- para encender tras la llegada de refractarios, pero aguardaban luz verde por parte de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).
Este jueves, dijo, Corpoelec informó que las acerías no podían arrancar, por lo que la producción de acero permanecerá detenida, como ocurrió durante la sequía entre 2009 y 2010 cuando fueron apagados varios hornos de la industria, reestatizada en 2008; desincorporadas 360 celdas de la reductora de aluminio Venalum y desmantelada una línea de producción de aluminio de Alcasa, todas en la zona industrial de Guayana.
Ramírez precisó que requerían en promedio 135 MW para la acería de palanquillas y 140 MW para la acería de planchones para operar con un horno cada una, un nivel mínimo para una siderúrgica con una capacidad instalada de 5,1 millones de toneladas de acero, de los cuales Produjo apenas un cuarto en 2015.
Aunque la estatal no se ha pronunciado públicamente al respecto, “es una realidad”, advirtió el trabajador, quien destacó que hasta ahora los trabajadores se mantienen en sus puestos de trabajo acudiendo principalmente durante la jornada diurna, pero “allí todo está apagado”.
Según reportes de Corpoelec, la planta A instalada en Sidor genera apenas un 10% de su capacidad instalada
Termoeléctricas de adorno
La interrupción de los hornos de las acerías de Sidor, a escasos kilómetros de la central hidroeléctrica de Guri, la más importante de Venezuela, se da pese a que durante la sequía del 2010, el Ejecutivo Nacional aprobó la instalación de dos plantas termoeléctricas en los patios de la industria con una capacidad total de 430 MW, que se esperaba surtieran a la empresa y aportaran al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
Las plantas permanecen en los patios de la industria sin aportar energía eléctrica, pese a la millonaria inversión realizada durante la gestión del ex ministro de Industrias y presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Rodolfo Sanz.
“Nosotros vamos a seguir dependiendo del SIN, pero estas plantas van a contribuir a soportar bajones de energía o crisis como la que se registró en el 2010”, aseguró en 2011 el entonces presidente de la estatal, Carlos D’Oliveira.
Sanz había prometido que al menos la planta A (175 MW) entraría en operación en mayo de 2010, pero casi seis años después la generadora sigue inactiva por falta de gas, según fuentes de la industria, al igual que la planta B, cuya instalación no fue concluida.
Ambas plantas fueron contratadas bajo el millonario convenio suscrito con la empresa Derwick Associates, propiedad de los llamados “bolichicos”, que resultó en un foco de corrupción, unidades usadas y falta de previsión, pues las plantas no cuentan con suministro de gas suficiente para operar.
Según Sanz, Sidor estaba hecha para atesorar las generadoras termoeléctricas. "Sidor reúne condiciones fundamentales para instalar más 800 MW de energía eléctrica, ventajas que no poseen otras empresas, ni otras ciudades del país, algunos elementos con los que contamos son suministro de gas, un sistema de captación de agua industrial y contra incendios, además de una amplia extensión de terreno para la instalación de las mismas", dijo en marzo de 2010.
Para los primeros 425 MW, conformados por la planta termoeléctrica A y B, se invirtieron, según Sanz, más de 190 millones de dólares, sumados a los $ 169 millones para la instalación y equipos auxiliares y $ 80 millones para servicios adicionales, asumidos por Sidor.
Techo eléctrico en Guayana
El experto eléctrico, José Aguilar, ha señalado en distintas entrevistas que la restricción eléctrica impuesta a Guayana es lo que ha retrasado el colapso eléctrico nacional, considerando que el suministro eléctrico a las industrias de la región es el mismo de la década de los 80’.
“El Gobierno ha venido sigilosamente racionando a Guayana y todo el estado Bolívar de manera brutal, porque no hayan cómo hacer para que Guri baje su caída pero el daño está hecho”, dijo.
Para producir a plena capacidad, precisó, la industria siderúrgica requiere 21 GWh, pero consume menos de 2 GWh.
La privación eléctrica se extiende al resto de las industrias de Guayana, que reciben poco más de un tercio de la energía que requieren para sus procesos operativos. Muestra de ello es que seis años después del apagado de hornos en Sidor y la desincorporación de celdas de aluminio primario en Venalum y Alcasa, estás industrias han seguido operando con iguale o peores ritmos de producción por el techo eléctrico al que están sometidas.
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