Por: Prensa PSL
La corriente del Psuv, Marea Socialista, que se ha venido presentando como el ala crítica en el seno de ese partido, tratando de capitalizar el descontento que crece en las bases del chavismo, presentó un documento a ser discutido en el Congreso Regional de Trabajadores y Trabajadoras del estado Carabobo, de la Central Socialista Bolivariana de Trabajadores (CSBT), el cual se llevó a cabo entre el 2 y el 3 del presente mes, en la sede del Inces de la ciudad de Valencia.
Antes que nada es necesario decir que Marea Socialista, más allá de sus poses críticas, es parte de una central absolutamente arrodillada al gobierno, enemiga acérrima de la autonomía de las organizaciones sindicales respecto al Estado y al partido de gobierno; cuyo presidente no fue elegido por nadie, ni en un congreso con democracia directa y de base, sino designado a dedo por el propio presidente Chávez. Uno de sus principales voceros, el diputado Oswaldo Vera, jugando a esquirol, recientemente le ofreció a Maduro “50 cuadros” de dicha central, para ir a Sidor a romper la justa huelga adelantada por los trabajadores de dicha empresa.
En el documento al que hacemos mención, Marea Socialista (MS) afirma que “estamos en una etapa de crisis y definiciones”, lo cual es cierto, sin embargo, MS adopta una caracterización incompleta y parcializada, como consecuencia de su posición política y de acción comprometida no con la autonomía y libertad de la clase trabajadora en los hechos, si no con el poder que emana de Maduro y el Psuv.
En el Partido Socialismo y Libertad (PSL), creemos que no se trata de una etapa de crisis y definiciones entre una supuesta “revolución”, que encarnaría el actual gobierno, y la contrarrevolución. Eso está muy lejos de la verdad.
Los que elaboraron el documento a ser presentado en el congreso regional de la central gobiernera, mencionan algunas de las graves situaciones que el pueblo trabajador está atravesando, y llaman a la CSBT a “halar” al gobierno hacia los intereses del pueblo y los trabajadores.
Desde el PSL les decimos a los militantes honestos de Marea, a sus activistas obreros y estudiantiles, que a las cosas hay que llamarlas por su nombre, sin eufemismos ni frases engañosas. A los trabajadores hay que decirles la verdad por más dura que esta sea.
La realidad que hoy vivimos todos los trabajadores de este país, independientemente de nuestras posiciones políticas e ideológicas, creamos o no en el “legado” de Chávez, está marcada por la destrucción del salario, debido a una inflación galopante, que ya este año amenaza con llegar a más de 60%. Así como al deambular por distintos supermercados buscando los alimentos para la familia. Sufrir largas colas en los Bicentenarios y mercales, buscando los productos que escasean. A esto se suma la negativa del gobierno a discutir los contratos colectivos, como el caso emblemático de Sidor, donde los trabajadores, en su mayoría chavistas, están haciendo la experiencia con un gobierno que de la boca para afuera se autotitula de “obrerista”, pero que en la práctica viola descaradamente los derechos laborales, criminaliza a los que luchan, sin importar si son militantes o no del partido de gobierno; todo con el aval y el apoyo de la CSBT, central a la cual pertenece Marea Socialista y sus principales dirigentes sindicales.
Es ineludible ante este panorama, la necesidad de denunciar que el mal llamado gobierno “socialista” de Maduro utiliza todo el aparato institucional para implementar su política antiobrera que se evidencia en la parcialidad con el patrono en las Inspectorías del Trabajo; la utilización de la Guardia Nacional Bolivariana y el Sebin para acosar a luchadores sindicales; la utilización de militares para presionar a dirigentes sindicales en las discusiones de contratos colectivo, y otros conflictos laborales, favoreciendo los intereses patronales, como ha sido el caso de la empresa Aerocav. El amedrentamiento mediante la utilización de bandas armadas, ligadas al partido de gobierno, las cuales han llegado hasta el asesinato de trabajadores, como el caso del ferrominero Renny Rojas, mientras se incrimina sin pruebas al trabajador Rodney Álvarez, quien ya lleva más de 3 años preso.
En ese sentido, llama la atención que el documento de MS ni siquiera menciona la huelga de Sidor, el conflicto obrero más importante de los últimos meses en el país, y en el cual un exintegrante de esa corriente del Psuv, José Meléndez, jugó un papel nefasto, lo cual obligó a Marea a tomar distancia del mismo, obligados por el repudio de las bases trabajadoras.
Como decíamos antes, a las cosas hay que llamarlas por su nombre. En rigor, lo que hoy existe en el país es un acuerdo entre el gobierno de Maduro y el empresariado, agrupado en Fedecámaras y Empreven, para descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores. El discurso contra el imperio o contra la derecha, el cual se expresa en una supuesta guerra económica y ahora “bacteriológica”, no son más que potes de humo detrás de los cuales el gobierno oculta su responsabilidad ante la grave situación que atraviesa el pueblo trabajador, mientras pacta con los patronos.
Este pacto se manifiesta en el aumento concertado de los precios de los productos de primera necesidad, muchos de ellos regulados. Así como también la disposición del gobierno de quebrantar la inamovilidad laboral, dándole curso a miles de calificaciones de despido que reposan en las inspectorías. Otro mecanismo que evidencia el pacto de hierro entre el gobierno y los patronos, son las suspensiones de empresas y trabajadores autorizadas por las inspectorías, es el caso de las automotrices, Pepsi, Suramericana de Soplados, Superenvases Envalic, entre otras empresas. Donde los patronos envían a trabajadores a sus casas con salarios reducidos y suspensión de algunos beneficios, violándose flagrantemente los contratos, incluyendo atropellos contra el fuero sindical en algunos casos, con la anuencia gubernamental.
En toda esta política, la CSBT es cómplice y copartícipe, de allí que sea una utopía pedirle a este organismo sindical sin una pizca de independencia, supeditado hasta los tuétanos a la política gubernamental, que pueda “halar” al gobierno hacia los intereses del gobierno. Ni el gobierno ni los burócratas rojos rojitos de la CSBT, tienen el más mínimo interés en ello.
En rigor, su objetivo es hacer pagar a los trabajadores los platos rotos de la crisis, acordando con los empresarios.
No es casual entonces que Stalin Pérez, principal vocero sindical de MS, y flamante asesor de la federación que agrupa a los trabajadores automotrices, encabezada por Christian Pereira, también de Marea Socialista, declarara de manera vergonzante, responsabilizando a los trabajadores de Suramericana de Soplados por la paralización de las automotrices, y llegando al punto del saboteo, al mejor estilo esquirol, al plantear que están pensando en “la posibilidad de montar su propia construcción de tanques de gasolina” (Notitarde 02/10/14). Sin decir ni una sola palabra de apoyo a la lucha de los trabajadores de Suramericana, ni ofrecer el apoyo concreto y poner a la Futacc a la orden de la digna lucha que estos trabajadores vienen desplegando por reactivar la empresa abandona por sus patronos. Ni una sola palabra de aliento, ni mucho menos la posibilidad de coordinar acciones de movilización con los trabajadores de Suramericana de Soplados, y las otras autopartistas que confrontan problemas o paralizaciones.
Nosotros les planteamos a los activistas obreros honestos de Marea Socialista, así como de otras corrientes, la necesidad de que llamemos a todos los trabajadores en lucha en Carabobo, Lara, Aragua, y en todo el país, así como a los sidoristas, vanguardia indiscutible contra el ajuste del gobierno, a realizar un encuentro sindical nacional que discuta un plan de lucha y movilizaciones contra el pacto Maduro-Fedecámaras-Empreven, y contra de las medidas de ajuste que vienen instrumentando.
Antes que nada es necesario decir que Marea Socialista, más allá de sus poses críticas, es parte de una central absolutamente arrodillada al gobierno, enemiga acérrima de la autonomía de las organizaciones sindicales respecto al Estado y al partido de gobierno; cuyo presidente no fue elegido por nadie, ni en un congreso con democracia directa y de base, sino designado a dedo por el propio presidente Chávez. Uno de sus principales voceros, el diputado Oswaldo Vera, jugando a esquirol, recientemente le ofreció a Maduro “50 cuadros” de dicha central, para ir a Sidor a romper la justa huelga adelantada por los trabajadores de dicha empresa.
En el documento al que hacemos mención, Marea Socialista (MS) afirma que “estamos en una etapa de crisis y definiciones”, lo cual es cierto, sin embargo, MS adopta una caracterización incompleta y parcializada, como consecuencia de su posición política y de acción comprometida no con la autonomía y libertad de la clase trabajadora en los hechos, si no con el poder que emana de Maduro y el Psuv.
En el Partido Socialismo y Libertad (PSL), creemos que no se trata de una etapa de crisis y definiciones entre una supuesta “revolución”, que encarnaría el actual gobierno, y la contrarrevolución. Eso está muy lejos de la verdad.
Los que elaboraron el documento a ser presentado en el congreso regional de la central gobiernera, mencionan algunas de las graves situaciones que el pueblo trabajador está atravesando, y llaman a la CSBT a “halar” al gobierno hacia los intereses del pueblo y los trabajadores.
Desde el PSL les decimos a los militantes honestos de Marea, a sus activistas obreros y estudiantiles, que a las cosas hay que llamarlas por su nombre, sin eufemismos ni frases engañosas. A los trabajadores hay que decirles la verdad por más dura que esta sea.
La realidad que hoy vivimos todos los trabajadores de este país, independientemente de nuestras posiciones políticas e ideológicas, creamos o no en el “legado” de Chávez, está marcada por la destrucción del salario, debido a una inflación galopante, que ya este año amenaza con llegar a más de 60%. Así como al deambular por distintos supermercados buscando los alimentos para la familia. Sufrir largas colas en los Bicentenarios y mercales, buscando los productos que escasean. A esto se suma la negativa del gobierno a discutir los contratos colectivos, como el caso emblemático de Sidor, donde los trabajadores, en su mayoría chavistas, están haciendo la experiencia con un gobierno que de la boca para afuera se autotitula de “obrerista”, pero que en la práctica viola descaradamente los derechos laborales, criminaliza a los que luchan, sin importar si son militantes o no del partido de gobierno; todo con el aval y el apoyo de la CSBT, central a la cual pertenece Marea Socialista y sus principales dirigentes sindicales.
Es ineludible ante este panorama, la necesidad de denunciar que el mal llamado gobierno “socialista” de Maduro utiliza todo el aparato institucional para implementar su política antiobrera que se evidencia en la parcialidad con el patrono en las Inspectorías del Trabajo; la utilización de la Guardia Nacional Bolivariana y el Sebin para acosar a luchadores sindicales; la utilización de militares para presionar a dirigentes sindicales en las discusiones de contratos colectivo, y otros conflictos laborales, favoreciendo los intereses patronales, como ha sido el caso de la empresa Aerocav. El amedrentamiento mediante la utilización de bandas armadas, ligadas al partido de gobierno, las cuales han llegado hasta el asesinato de trabajadores, como el caso del ferrominero Renny Rojas, mientras se incrimina sin pruebas al trabajador Rodney Álvarez, quien ya lleva más de 3 años preso.
En ese sentido, llama la atención que el documento de MS ni siquiera menciona la huelga de Sidor, el conflicto obrero más importante de los últimos meses en el país, y en el cual un exintegrante de esa corriente del Psuv, José Meléndez, jugó un papel nefasto, lo cual obligó a Marea a tomar distancia del mismo, obligados por el repudio de las bases trabajadoras.
Como decíamos antes, a las cosas hay que llamarlas por su nombre. En rigor, lo que hoy existe en el país es un acuerdo entre el gobierno de Maduro y el empresariado, agrupado en Fedecámaras y Empreven, para descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores. El discurso contra el imperio o contra la derecha, el cual se expresa en una supuesta guerra económica y ahora “bacteriológica”, no son más que potes de humo detrás de los cuales el gobierno oculta su responsabilidad ante la grave situación que atraviesa el pueblo trabajador, mientras pacta con los patronos.
Este pacto se manifiesta en el aumento concertado de los precios de los productos de primera necesidad, muchos de ellos regulados. Así como también la disposición del gobierno de quebrantar la inamovilidad laboral, dándole curso a miles de calificaciones de despido que reposan en las inspectorías. Otro mecanismo que evidencia el pacto de hierro entre el gobierno y los patronos, son las suspensiones de empresas y trabajadores autorizadas por las inspectorías, es el caso de las automotrices, Pepsi, Suramericana de Soplados, Superenvases Envalic, entre otras empresas. Donde los patronos envían a trabajadores a sus casas con salarios reducidos y suspensión de algunos beneficios, violándose flagrantemente los contratos, incluyendo atropellos contra el fuero sindical en algunos casos, con la anuencia gubernamental.
En toda esta política, la CSBT es cómplice y copartícipe, de allí que sea una utopía pedirle a este organismo sindical sin una pizca de independencia, supeditado hasta los tuétanos a la política gubernamental, que pueda “halar” al gobierno hacia los intereses del gobierno. Ni el gobierno ni los burócratas rojos rojitos de la CSBT, tienen el más mínimo interés en ello.
En rigor, su objetivo es hacer pagar a los trabajadores los platos rotos de la crisis, acordando con los empresarios.
No es casual entonces que Stalin Pérez, principal vocero sindical de MS, y flamante asesor de la federación que agrupa a los trabajadores automotrices, encabezada por Christian Pereira, también de Marea Socialista, declarara de manera vergonzante, responsabilizando a los trabajadores de Suramericana de Soplados por la paralización de las automotrices, y llegando al punto del saboteo, al mejor estilo esquirol, al plantear que están pensando en “la posibilidad de montar su propia construcción de tanques de gasolina” (Notitarde 02/10/14). Sin decir ni una sola palabra de apoyo a la lucha de los trabajadores de Suramericana, ni ofrecer el apoyo concreto y poner a la Futacc a la orden de la digna lucha que estos trabajadores vienen desplegando por reactivar la empresa abandona por sus patronos. Ni una sola palabra de aliento, ni mucho menos la posibilidad de coordinar acciones de movilización con los trabajadores de Suramericana de Soplados, y las otras autopartistas que confrontan problemas o paralizaciones.
Nosotros les planteamos a los activistas obreros honestos de Marea Socialista, así como de otras corrientes, la necesidad de que llamemos a todos los trabajadores en lucha en Carabobo, Lara, Aragua, y en todo el país, así como a los sidoristas, vanguardia indiscutible contra el ajuste del gobierno, a realizar un encuentro sindical nacional que discuta un plan de lucha y movilizaciones contra el pacto Maduro-Fedecámaras-Empreven, y contra de las medidas de ajuste que vienen instrumentando.
Este plan debe partir de exigir un aumento general de salarios, que el salario mínimo se iguale a la canasta básica y sea ajustado cada 3 meses de acuerdo a la inflación. El rechazo contundente a todos los despidos y por tanto que le eliminen todos los procedimientos abiertos en Inspectoría. Que se mantenga la inamovilidad y sean reenganchados todos los despedidos. Rechazar el aumento de precios de los productos regulados. Que se discutan todos los contratos colectivos. Rechazo al intento del gobierno de imponer el contrato colectivo de Sidor. Que sea discutido y aprobado en asamblea. No a la criminalización de la protesta. Por la libertad de Rodney Alvarez, los sidoristas detenidos y demás trabajadores presos o con medidas cautelares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con todos tus comentarios y opiones