Por: Tomás Guardiola*
(Revista Continuidad y Cambio)
Jue 27/06/2013
Ayer la UCV, luego de 17 años decide ir a un paro general indefinido. En mis reiteradas intervenciones en las Asambleas de Profesores, dije, que era una decisión extremadamente delicada, que debíamos pensarla, repensarla y re-re-pensarla.
Yo nunca estuve de acuerdo con el paro indefinido, las razones son prácticamente las mismas por las cuales vote NO la vez anterior. Las vuelvo a nombrar:
1) Creo que luego de dos semanas dejaremos la universidad sola.
2) Con un paro general indefinido perdemos todos.
3) No hay garantía de que, luego de que nos paremos, logremos los objetivos.
4) Damos la excusa perfecta para que intervengan la universidad.
A pesar de todo esto, sabía que ayer ganaría el SI, y les confieso, que, tenía un dilema existencial, si apoyar el paro para fortalecer la lucha de los profesores o por el contrario, seguir estando tranquilo con mi conciencia y negarme sistemáticamente a los paros indefinidos.
La decisión no fue fácil, luego de consultar a mis amigos y colegas universitarios. Rico me decía que la intervención de la universidad no se fundamentaba en un paro, que, efectivamente la universidad ya, de hecho está intervenida. Ocarina Castillo, en la asamblea valientemente apoyó el paro, Eleazar Narváez me comenta que apoyará el paro y desde hace tiempo Luis Fuenmayor Toro, en sus reiteradas intervenciones en las asambleas de profesores, explicaba por qué debíamos ir al paro.
Por su parte, Mariela Castillo me manifestó su preocupación por la universidad. José Rafael "Chichi" León me dijo que la principal razón por la que no apoyaba al paro era porque es una decisión de los profesores activos. Cecilia García-Arocha me dijo que no apoyaría un paro universitario, Nicolás Bianco me argumenta que un paro a 4 semanas de las vacaciones es inconveniente. Emeterio Gómez me dice que a pesar de estar alejado de la universidad, cree que lo mejor es no pararse y Ventura Echandía y Blas Dorta también están en contra del paro.
Decidí finalmente votar que NO y estar tranquilo con mi conciencia. Ahora bien, me pregunto ¿Debo cuestionar la decisión de mis colegas que votaron por el SÍ? ¿Qué le digo a Andrés Pérez, el mejor profesor de la Escuela de Matemática que jamás se había parado y que ahora decidió pararse? ¿Es que acaso Ángel Padilla no tiene razón cuando grita que no puede mantener a su hijo? ¿Qué les digo a los profesores que se niegan a seguir ganando un sueldo miserable e indigno? ¿Acaso no tienen razón los profesores que apoyaron el SI cuando afirman que ya, prácticamente, la universidad está intervenida?
No puedo cuestionar a mis colegas que decidieron parar la universidad. No puedo, moralmente hablando, tengo las mismas razones que ellos para luchar. Me niego a seguir recibiendo un salario miserable, indigno y humillante. Me niego a que la universidad que me vio nacer se doblegue al pensamiento único que pretender destruir a la universidad que, en libertad y en democracia, formaron a quienes hoy desean verla destruida. Me niego a que no hayan recursos para la investigación, bibliotecas bien dotadas y suscripciones a las revistas. Me niego a seguirle diciendo a Carely "no tengo" cuando ella me manda a comprar leche, pan y queso para la cena. Me niego a seguir negándole una cotufa a Tomasito cuando se baja del autobús escolar porque no tengo 12 Bs en el bolsillo porque este salario me está matando de hambre. Me niego a seguir diciéndoles a mis padres que me ayuden económicamente cuando tengo una eventualidad. Me niego a seguir yendo a las ferias de libros, solamente a ver lo último que publican las editoriales pero sin poder comprar nada porque no tengo. Me niego a no poder ayudar a Carely con los gastos de la casa porque decidí ser profesor universitario. Me niego a no poder cubrir los gastos de grado de Tomasito que va a primer grado y tiene su graduación en julio y no estamos seguros de poderlo mandar a su primera graduación. Me niego a seguirle diciendo a los amigos de laboratorio "Compren ustedes el jugo del almuerzo, estoy pelando", Me niego a seguir siendo discriminado, porque decidí buscar el conocimiento y el saber. Me niego a seguir formando a los hijos de los demás sin poder tener los recursos para educar a mi papacho. Me niego a tener que irme del país porque un grupito decidió acabar con la universidad.
Pues, saben que. A pesar de no estar de acuerdo con parar la universidad, no voy a descansar hasta que a este gobierno le salga una luz en la conciencia y entienda de una vez por todas, que la universidad es importante para el país. No descansaré hasta que nuestra justa lucha por una vida con dignidad la hayamos alcanzado. Estaré junto a mis colegas, a los estudiantes, a los empleados y obreros de la universidad diciéndole a este gobierno que pisotea a todo el mundo que la universidad se respeta y que la defenderemos con lo que sea.
A partir de hoy, saldremos apoyar a nuestros colegas del resto de las universidades, hasta que logremos nuestro derecho a la vida con dignidad. Si tendremos que llegar hasta la UNESCO, para denunciar lo que este gobierno está haciéndole a nuestras universidades, lo haremos.
Hago un llamado a todo el país, a las madres de nuestros egresados, a los médicos que también padecen de las mismas necesidades que nosotros, a los profesores de educación media, a los trabajadores de las industrias básicas de Guayana, a la sociedad que ahora le ponen un chip como si fueran animales para comprar comida. Es hora Venezuela, de decirle a este gobierno, ¡BASTA!
Rechazo categóricamente, que se pretenda decir que la lucha de los profesores universitarios por una vida digna es política. El derecho a exigir una vida digna es irrenunciable y, a partir de hoy los profesores universitarios saldremos a la calle a decirle a este gobierno que nos hartamos de tanta humillación. Y no vamos a doblegarnos ante ningún gobierno, no lo hicimos en el pasado, ni lo haremos en el futuro. Los derechos a una vida con dignidad se respetan y así lo haremos sentir.
Hoy saldremos al paseo los ilustres a los semáforos, a partir de las 10 am con nuestras pancartas. Yo saldré a limpiar los vidrios de los carros que esperan el cambio de luz. Los muchachos estudiantes harán un recorrido interno desnudos y se unirán a nosotros.
Todos los días hay que salir a la calle. No abandonar nuestra universidad. Saldremos adelante, triunfare-mos, tenemos la razón, y la verdad. Ganaremos, saldremos victoriosos. Viva la Academia, Viva la Universidad. Viva la UCV ayer, hoy y siempre.
Se les quiere
* Tomás Guardiola
Profesor UCV
Jefe del Departamento de Matemática,
Facultad de Ciencias - Caracas,
7 de junio 2013
Revista Continuidad y Cambio
Año 2, Suplemento 2, Junio 2013
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