Tenía días la fuga de gas en la
refinería de Amuay
Justo Barráez Pérez
Quinto Dia.
Solo eso explica que se hayan vaporizado 35 mil barriles de olefinas. Un químico especialista y quien trabajó para Pdvsa por 16 años, dice que la razón sería el desperfecto en el sello mecánico de la bomba P200
“El
25 de agosto del 2012 los venezolanos vieron con asombro, por TV, la
tragedia que conmocionó a toda Venezuela, producto del escape masivo de
grandes cantidades de Olefinas y una chispa detonante que desata la
deflagración (explosiones de nubes de gas inflamable)”, es lo primero
que explica el experto petrolero y en química Emilio Herrera.
La información que maneja sobre la explosión en Amuay
es que funcionarios de la Guardia Nacional del Destacamento 44
presentaron dificultad para respirar, a causa del gas, y logran
organizar las primeras cuadrillas para el desalojo en transportes. “He
ahí el primer error”, asegura.
“Por Venezolana de Televisión el capitán de apellido Espimer dijo que un operador del CRP Paraguaná,
les notificó que desalojaran las inmediaciones de la refinería porque
podían tener problemas de asfixia. Ese es el segundo error garrafal. El
problema no era de asfixia, era de incendio ante la gran cantidad de
hidrocarburos en el ambiente”.
– ¿Entonces, qué fue lo que realmente pasó en Amuay?
Ocurrió
un escape masivo de olefinas, muy probablemente por un desperfecto que
se presentó en el sello mecánico de la bomba P200. La información, desde
el interior de la refinería Amuay,
es que la bomba tenía un desperfecto en el sello mecánico; estaba todo
el mundo confesó de que la fuga estaba presente. Cuando un sello
mecánico tiene un desperfecto uno elige las horas de la noche, por las
condiciones atmosféricas, menos temperatura, para colocar esa bomba
porque la fuga va a ser menos voluminosa. La información que se me
suministró es que ponían de día la bomba P200 que no tenía ningún
problema. En la noche colocaban la bomba P200 que tenía problema en el
sello mecánico, y que no se había reparado porque no había
disponibilidad de repuesto.
– ¿Y eso ha ocurrido antes?
Manejé
situaciones parecidas a esas y la decisión era que para tener la bomba
en el taller esperando por el repuesto, prefiero tenerla disponible con
toda y la falla que tenga. Bajo esa filosofía de operación, que es
normal, solo hizo falta un hecho. El viernes 24 de agosto 2012, por
primera vez en el año, llovió en Punto Fijo y cuando llueve se retira
del medio ambiente unos 3 o 4 grados de temperatura. Ese día que llueve
la bomba, que presentaba la fuga por el sello, se deja en servicio, pero
como todo desperfecto mecánico evolucionó el escape de manera
incontrolable, al extremo que el escape de Olefinas inundo completamente
las instalaciones físicas del D-44 GN, así como a la empresa Puramin,
comercios y zonas adyacentes. Era tal el escape que los vehículos que
pasaban entre 12.30 y 12.45 de la medianoche se apagaban, porque todo el
aire disponible había sido desplazado por la presencia de olefinas.
– ¿Y eso se puede demostrar?
Ah
es que hay una forma inteligente de evaluar científicamente la cantidad
de hidrocarburos derramados. El presidente Chávez discute con la
periodista colombiana, cuando ella le dice que vecinos adyacentes a la
refinería Amuay le informaron que previo a la explosión olían a gas; el presidente Chávez, con apoyo de varios gerentes del CRP Paraguaná,
dijo que eso no podía ser, ya que si olía a gas alguien hubiera tomado
acciones en torno al escape. Lo que no sabe el Presidente es que las
olefinas, cuando salen de las unidades de proceso, salen con el
contaminante mercatanos que tiene olor a huevo descompuesto, sólo que la concentración cuando salen los mercatanos de olefinas es de 2 ppm concentrado (2 partes de mercatanos
por cada millón de partes de hidrocarburos). 2 ppm es insignificante,
pero si se derrama por impericia al medio ambiente una gran cantidad de
olefinas, el olor comienza a ser ofensivo. La devastación que ocurrió
evidencia que la cantidad de gas era inconmensurablemente grande.
– ¿Se puede comprobar científicamente la cantidad de hidrocarburo que había en el ambiente?
Existe
una manera científica de desmostar que la fuga de gas existía hace un
tiempo. Desde el área de bomba P200A y P200B al destacamento 44 GN, hay
800 metros, la nube explosiva acabó completamente con ese destacamento y locales comerciales de la
zona. Un ingeniero de estructura puede decir qué cantidad de energía se
necesita para demoler una edificación como la del D-44. Conociendo la
distancia, desde el escape de hidrocarburos, y la energía, se calcula la
masa, los kilogramos, las toneladas, los pies cúbicos, los galones de
hidrocarburos derramados. Para vaporizar 35 mil barriles de olefinas, la
fuga escapada no fue de horas, sino días y días para dejar escapar esa
cantidad.
– ¿Se sabrá por las investigaciones qué pasó?
Ese
cálculo lo he pedido a la fiscal nacional, Dra. Roció Gásperi,
comisionada y jefa asignada por la Dra. Luisa Ortega Díaz para las
investigaciones del caso Amuay. He participado e incluso fui presidente
en investigaciones de accidentes anteriores en la refinería, con y sin
fatalidades, pero en 10 días teníamos el grueso de los resultados de lo
que había pasado. Me preocupa que a más de 40 días de la tragedia no
haya una vocería oficial que diga preliminarmente que hubo una fuga que
fue desatendida, la fuga encontró un punto de ignición y se produjo la
deflagración y ocurrió la destrucción.
– ¿Qué paso con las zonas de seguridad de la refinería?
Todos quienes trabajan en la refinería de Amuay saben que el D-44 de la GN y el llamado Campito
formaba parte de la zona de seguridad. El destacamento no podía estar
en ese sitio como tampoco el cordón poblacional alrededor del CRP Amuay,
que existe idéntico en Cardón; no he visto una medida de prevención,
porque puede ocurrir no solo una impericia sino hechos naturales, como
por ejemplo un terremoto.
– ¿Qué propuesta o recomendaciones da usted para resolver esta situación?
Un
aspecto de mayor seguridad es que en todo círculo de las refinerías
venezolanas llámese CRP Amuay, Cardón, la Isla, el Palito, Guaragua en
Puerto la Cruz, tienen las unidades de Alquilación, que son altamente
complejas y producen componentes para la gasolina, y éste componente que
producen se llama Alquilato, que se forma solamente utilizando Acido
Fluorhídrico (HF), sustancia química tóxica y letal que se encuentra en
los inventarios de la refinería. Amuay tiene
75 toneladas de Acido Fluorhídrico (HF) y 55 en el CRP Cardón. Si por
razones naturales o inherentes a actividades antropogénicas esas 130
toneladas de Acido Fluorhídrico (HF) llegan
a escapar, eso se convierte inmediatamente en vapores. No hay cuerpo de
bomberos que luchen contra una nube de HF, ni hay técnicas que lo
enfrenten, porque el HF donde se vaya desplazando va dejando una montaña
de cadáveres.
– ¿Qué se tiene que hacer frente a ese peligro?
Le he hecho invitación al Gerente General del CRP Paraguaná Ing. Jesús Luongo, al Alcalde de Carirubana,
Alcides Goitía y a la gobernadora Stella de Montilla para que se diseñe
en la inmediatez un programa en la comunidad para responder ante una
emergencia. Pero hay un cliché de que si a la comunidad se le informa de
los riesgos que están implícitos en las refinerías de Venezuela, puedan
surgir sentimientos de animadversión hacia la refinería. Yo creo que la
colectividad sabe que esa industria le genera bienestar y riqueza, y si
la población sabe cómo actuar en casos de emergencia, no ocurre el
estado de paranoia y esquizofrenia que ocurrió el 25 de agosto. Incluso la avenida Alí Primera,
que están en la inmediatez de la refinería, es un factor de riesgo, no
le pase lo mismo que al comando 44 de GN. No se puede creer que una
refinería compleja como lo es Amuay, con 670 mil barriles, es instalar una empresa de chocolates o helados.
– ¿Cómo se deja que un sello mecánico o una bomba en desperfecto ocasione tamaño desastre?
Te
habla quien sabe cómo opera una refinería. A mí se me presentaron
escapes a través de los sellos de las bombas y para no sacar la bomba
mientras Bariven me
garantizaba el repuesto; yo tenía 8 operadores por guardia y destinaba a
un hombre exclusivamente allí donde tenía la fuga para que me reportara
si el escape evolucionaba o no. Puedo asegurar que allí donde ocurrió
la fuga no había personal en esa área porque está supeditada a un hombre
llamado recorrida, que pasa
cada media hora o cuarenta minutos, observa sin bajarse de la camioneta
e informa de la evolución de la fuga. Esa forma de evaluar no es la
correcta, allí se debió tener un hombre permanente, esperar el repuesto y
retirar la bomba.
– ¿Por qué no funcionaron las alarmas?
Esa
zona siempre contó con equipos de instrumentación con señal a la sala
de control. Allí había alarmas visuales, sonoras y detectores de
hidrocarburos y ninguno de estos tres elementos de ayuda en casos
sinérgicos, funcionaron. Alguien debe explicar qué pasó con la
instrumentación en un área de alta criticidad, porque estamos
hablando de gases licuados del petróleo. Esta área donde se almacenan
productos altamente volátiles y combustibles: olefinas, isobutanos,
enebutano y propano. Con eso no se juega. Allí es indispensable tener
detectores y alarmas y eso no funcionó. Allí hubo impericia,
inexperticia, inexperiencias y un poco de irresponsabilidad en quienes
deben tomar decisiones y hacer las inversiones que se requieren. Alguien
tiene que decirnos quién dejó de hacer lo que tenía que hacer.
Esa noche antes de la deflagración, testigos dicen que se apagaron los carros en la avenida Alí Primera, pero además aseguran que no habían unidades bomberiles en el sitio antes de la deflagración ¿Funcionó el protocolo de seguridad en casos de emergencia?
Durante
la emergencia, dada la magnitud, en principio no hubo coordinación. Hay
que ver la propia televisora del Estado mostrando imágenes de cómo los
bomberos atacaban el incendio de los tanques 202 y 203; en una operación
de este calibre no hubo una coordinación acorde con el protocolo de
seguridad. Se veían civiles y periodistas muy cerca de la zona de
seguridad y en uno de esos videos vemos cómo actuaron los bomberos. Hubo
falta de entrenamiento continuo. Este es un fenómeno de ingeniería de
fuegos, que se llama nube de vapor no confinada y eso causó mucha
descoordinación.
– ¿Han ocurrido eventos similares en el CRP Paraguaná?
Es la primera vez que tenemos 43 víctimas fatales, 9 tanques y se cayeron estructuras adyacentes.
El ministro de Ambiente Alejandro Hitcher catalogó como “estupidez” los pronunciamientos de los ambientalistas en el caso de Amuay.
Obviamente
que hubo impacto ambiental, afectación negativa de los cuerpos de agua,
suelo y calidad del aire atmosférico. Se quemaron completamente los
tanques P202 y P203 todo este componente de masa catalítica se convirtió
en dióxido de carbono y vapor de agua, que son elementos primigenios
del llamado Efecto Invernadero. Posteriormente
el fuego evolucionó hacia el tanque 204, el de Alquilato, que se
consumió y se convirtió en dióxido de carbono y vapor de agua. Las
inmensas columnas de humo negro, indica que hay enormes cantidades de
carbono y de monóxido de carbono. Adicionalmente, la cantidad de
hidrocarburos que pudo derramarse, a través del uso de la espuma y el
agua. El impacto ambiental fue significativo, pero quedó opacado por el
número de fatalidades. Le pregunto al ministro Hitcher ¿a dónde fueron a
parar los miles de millones de toneladas del dióxido de carbono, vapor
de agua y el particulado sólido incompleto lanzado al medio ambiente
después de haberse consumido toda la nafta catalítica de los tanques
202-203 y todo el alquilato que es un combustible ligeramente más pesado
que la nafta catalítica, y es más contaminante y la nafta catalítica
tiene presencia de PP de azufre y alquilato?.
– ¿El ministro Ramírez hizo lo correcto en esta tragedia?
El
ministro Ramírez en pleno incendio del tanque 202 y 203, se vio muy
nervioso y tembloroso, ofreció que en 48 horas iba a restablecer las
operaciones en la refinería de Amuay. El ministro mentía descaradamente,
porque se estaban quemando los tanques que almacenan nafta- catalítica y
no podían entrar en funcionamiento porque el tanque no se construye en
medio día y además se requiere de una logística, programación y
planificación. Quien debió hablar, no fue el ministro, sino el Ing.
Luongo que conoce la refinería de Amuay. Incluso se aseguró que no iba a
alcanzar otro tanque, pero al día siguiente alcanzó al tanque de
alquilato; el protocolo deja de existir cuando hablan otras personas que
no conocen el área de trabajo. Y está demostrado que el ministro
mintió, porque a 40 días de la tragedia, la refinería sólo se ha
reactivado a 50% de su capacidad ya que no cuentan con los recipientes
de almacenamiento del producto. Por ello los presupuestos de
mantenimiento no pueden sufrir reconducciones o desviaciones, porque el
costo es muy alto y está en juego la confiabilidad de las instalaciones y
la integridad de quienes hacen vida en las refinerías.
– ¿Qué pasa cuando los presupuestos son reconducidos en las refinerías?
En
las refinerías los presupuestos de mantenimiento sufren al año hasta
dos reconducciones, ya que por ejemplo el presupuesto del 2013 fue
elaborado en julio o agosto de este año. Cuando se ahorra en
mantenimiento se está descuidando la parte de seguridad y la
confiabilidad de las operaciones y al destinar o desviar recursos de la
actividad nodular o del negocio, tarde o temprano las plantas pasan
factura, se les acorta la vida útil y empiezan a haber escapes
imprevistos de hidrocarburos.
– ¿No se le hizo mantenimiento?
Si,
si lo hubo. En febrero de 2012 se le hizo mantenimiento al Complejo de
Conversión Media, pero fue posdatado, y debió haberse hecho en los
último meses del 2011. En esta oportunidad se extendió mucho el período
de mantenimiento y las unidades, que son entes físico mecánicos
susceptibles de fallas, fallaron.
– ¿Qué enseñanza nos deja esta tragedia de Amuay?
Los
mantenimientos mayores, que se hacen cada cuatro años, no deben
posdatarse. No debe reconducirse la partida de mantenimiento. Las
actividades medulares y coyunturales de la industria deben privilegiarse
por encima de otro tipo de actividad, la industria petrolera, de ahora
en adelante, debe darse al negocio petrolero, los trabajadores deben
aprender más del trabajo de refinación, deben saber más de seguridad y
no deben eludir la responsabilidad.
¿Quién es Emilio Herrera?
Es
catedrático. Magíster en ingeniería química mención refinería. Formado
en Estados Unidos en Negocios. Ha desempeñado en la industria petrolera,
y por espacio de 16 años, funciones de Ingeniero de Procesos de
refinación: servicios y suministros, de alquilación, proceso en
producción de hidrogeno, de hidrodesulfuración, de flexicoquer,
desintegración catalítica.
Se
desempeñó en actividades de mando y comando: supervisor, gerente,
superintendente. En el 2002 era el superintendente del desintegrador
Catalítico conocido como Frexi-Crair de Amuay.
TSU
en química y procesos químicos. Analista químico. Especialista en
ingeniería en procesos. Licenciado en ingeniería química. Realizó
estudios de liderazgo Metodista
en Estados Unidos. Participó en la modificación del patrón de la
refinería de Alquilación en la ciudad de Chicago. Obtuvo estudios en
gerencia y alto desempeño en la universidad de Virginia en Estados
Unidos. Representó a Venezuela en muchos países durante la negociación
petrolera.
Actualmente es catedrático y dicta un diplomado en Seguridad en el tecnológico José Leonardo Chirino. Es profesor en varias universidades del estado Falcón.
Tomado de Quinto Dia 19 1l 26 de Octubre 2012
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