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jueves, 13 de agosto de 2015

Para el debate: ¿De cuál bachaqueo están hablando?, ¿sobre cuál bachaquero vamos?


Por Juan Mendoza [Tomado del Libertario digital]

Las recientes declaraciones del presidente Nicolás Maduro Moros en las cuales señala que aplicará la OLP (Operación Liberación del Pueblo) contra el bachaqueo ha generado una serie de inquietudes.

El propio nombre OLP genera alguna disonancia pues implica una separación interesada (como toda separación discursiva) del pueblo. Algunos han denunciado que en las operaciones realizadas en algunos sectores como la Cota 905 los delincuentes abatidos y apresados no son los "pesos pesados" de las bandas organizadas, esto puede tener varias interpretaciones y ninguna posiciona bien la transparencia y la voluntad del gobierno en torno a esta iniciativa. Amanecerá y veremos.

Sin embargo, hablaremos del bachaqueo. Es preciso puntualizar de cual bachaqueo hablaremos. No nos interesa abordar por ahora el bachaqueo de dólares, ni el bachaqueo de combustibles, ni el bachaqueo de celulares vtelca, ni el bachaqueo de computadoras vtelca, ni el bachaqueo de vehículos Cherry, ni el bachaqueo de entradas para el "Clásico de la Chinita", ni el bachaqueo de entradas para conciertos de Arjona, ni el bachaqueo de entradas de cine (porque a mi juicio todos estos son tipos de bachaqueo). Asumimos que el bachaqueo referido es el de productos de primera necesidad como alimentos y otros que son llevados diariamente a Colombia, el Caribe y otros países.

Nadie es ajeno a esta situación, y menos los zulianos que algunos podrán decir inauguramos esta situación desde finales del año 2012. Esto no es del todo verdad, la problemática descabellada de apoderamiento de supermercados puede decirse que se hace insostenible desde principios del presente año. Desde finales de 2013 ya las colas se hacían presentes en los supermercados. Pero, recordando denuncias y testimonios poco nuevos, el bachaqueo de los alimentos de Mercal, los cuales salían hacía Colombia por vías "irregulares", surge desde su inicio en 2003.
Abordando el bachaqueo de alimentos y productos de primera necesidad, debemos hacer una distinción. Existe un bachaquero que hace cola todos los días en distintos supermecados en donde consigue productos para satisfacer necesidades inmediatas y dispone de otros para revender a sobreprecio cometiendo el delito de especulación. Pero existe otro bachaquero, el dueño de camiones, el conectado con grupos en otros países, el que tiene acceso a aviones y barcos, y posee el poder económico y político para dirigir la salida de grandes cantidades de productos hacia países vecinos. Este es otro elemento, el discurso oficial visibiliza el contrabando en la frontera hacía Colombia, pero vale repasar el contrabando hacia Brasil, y el contrabando hacia el Caribe por vías no terrestres (aspecto marítimo y aéreo que lo hace más interesante). Al primero lo llamaremos bachaquero revendedor y al segundo bachaquero empresarial (sin pedirles disculpas a los empresarios, pues nuestra parásita burguesía ha sido corresponsable de educar a este país en las lógicas de la "viveza criolla" y la incapacidad productiva).

El bachaquero revendedor nace gracias al bachaquero empresarial. Durante los primeros meses de esta problemática, las grandes colas eran generadas con la llegada de algunos vehículos donde se transportaban decenas de personas. Éstos extraen productos durante todo el día que luego disponen a entregarles a sus dirigentes, quienes les cancelan un jugoso pago diario. Es evidente que algunos han decidido no establecer esta relación, sino sencillamente revender a sobreprecio. Esta cadena involucra desde empleados de supermercados hasta transportistas, sin hablar de policías que alegremente reparten bolsas de productos a bachaqueros revendedores.

Algunas medidas disociadas como poner a barrer a los bachaqueros revendedores por parte de algunos alcaldes del país no hace sino, además de generar contradicciones legales y políticas con los órganos del poder judicial, pretender centrar nuestra atención en el extremo equivocado del problema. Es fácil confundirnos, el bachaquero que vemos, el concreto, el cotidiano, al que odiamos xenofóbicamente es el bachaquero revendedor. Por eso es sencillo por parte de los órganos ideológicos y propagandísticos oficiales decirnos que ese es el culpable. Si bien es cierto, hay que tomar cartas en el asunto y hacer cumplir la ley contra estos revendedores (cosa que en Venezuela no es cotidiana, sino extraordinaria), debemos resaltar la importancia de colocarle el punto a la i.

¿Quién le pondrá el cascabel al gato?, ¿Quién hará pagar a los bachaqueros empresariales? Es duro. No hay que escavar mucho en la investigación para evidenciar que algunos voceros empresariales cercanos a FEDECAMARAS han reconocido que algunos productores "se ven en la obligación" de vender sus productos en otros países. De igual modo es curiosa la propuesta del Gobernador del Zulia sobre el comercio de combustible en la frontera en moneda extranjera. Es difícil pensar que la OLP atentará contra los intereses de empresarios financistas de políticos que ocupan posiciones de poder interesantes: alcaldes, gobernadores, concejales, diputados, ahora candidatos a la Asamblea Nacional. Ser juez y parte señala de antemano cual será el desenlace.

Además, analizar la situación de la OLP sin ver las contradicciones políticas entre el sector policial y el sector militar (ministerio de interior/PNB y ministerio de defensa/FANB/CICPC) tampoco podría llegar al fondo de la complejidad del tema del contrabando y de esta iniciativa, la cual es parte del posicionamiento de grupos de poder enfrentados a lo interno del gobierno nacional.

Es fácil, repito, seguir engañando al pueblo alimentando el odio entre hermanos y la xenofobia (en el caso del pueblo Wayuu) al indicar como el enemigo a quien es sólo una parte de la cadena, o incluso, consecuencia del problema y no el problema en sí mismo. Podemos decir que el sector empresarial y político que bastante dinero ha hecho con los diferentes tipos de bachaqueo (los tipos de cambio que hacen del dólar la mercancía más barata, los productos vtelca, los vehículos Cherry, el combustible… la lista es larga) simplemente se ha percatado que la situación está fuera de control y eso debe solventarse en un año electoral. Trapos de agua tibia. El bachaquero empresarial (la burguesía y la élite política) necesita acabar con el bachaquero revendedor (el vivo de la cuadra). Parecido a la medida contra los raspacupos, hacerle creer al pueblo que la fuga de divisas es responsabilidad de los dólares asignados a los viajeros, dejando el cascabel suelto y al gato corriendo con respecto a las empresas de maletín a las cuales se les asigna el grueso de las divisas.

Es difícil ver la complejidad del problema, más difícil verla para quien ve la realidad desde los lentes del discurso oficial. Quien haya visitado la Guajira en los últimos años entiende las condiciones de miseria a las cuales está sujeta esa población. Además, existen investigaciones desde diversos espacios que desenmascaran algunos modos operandi y secretos a voces pocas veces dicho sobre el contrabando. Estas pequeñas palabras buscan mover el avispero. El debate nacional en torno a este tema debe hacer pagar a los culpables de dejar el cascabel suelto.

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