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sábado, 8 de agosto de 2015

Bolivia: La rebelión del pueblo de Potosí


Por: Alternativa Revolucionaria del Pueblo Trabajador ARPT-La Protesta

Potosí vivió durante casi un mes una extraordinaria huelga general, con movilizaciones masivas, de centenares de miles de personas, y con una marcha a La Paz de mineros y pobladores potosinos que tuvo choques con la policía, expresaron a dinamitazos su furia contra el gobierno, y fueron duramente reprimidos, aunque sin víctimas fatales.

Las 26 demandas

Desde hace años se reclaman 26 demandas. En el 2010 hubo otro movimiento similar y con las mismas demandas, que terminó con la promesa del gobierno de Evo Morales de satisfacerlas. Las demandas incluyen que el Estado nacional construya una fábrica de cemento, una refinadora de minerales, un aeropuerto, tres hospitales, crear puestos para médicos y enfermeras en los hospitales públicos, una fábrica de vidrio, crear puestos para trabajadores sociales y psicólogos en las unidades educativas secundarias. La marcha y huelga fue encabezada por el COMCIPO (Comité Cívico Potosinista, que agrupa a sindicatos, organizaciones sociales, populares y estudiantiles).

Pobreza

Potosí es uno de los 9 Departamentos de Bolivia. El de más pobreza del país y la región más pobre de Sudamérica. El 60% de su población es pobre, 1 de cada 10 niños mueren antes de cumplir un año. El campo vive en pobreza extrema y la crónica falta de trabajos regulares sólo se amortiguó en los últimos años en base al aumento de los precios de minerales que crearon decenas de miles de trabajos precarios (es decir sin seguridad social, sin estabilidad) en las llamadas Cooperativas mineras, en realidad grandes empresas que emplean mano de obra y que no pagan impuestos, que además pactan con las transnacionales para la comercialización o para tercerizar los trabajos que requieren más mano de obra.

Ahora la caída de precios de los minerales, está motivando el despido de gran parte de los trabajadores. Y esto la disminución de toda la actividad económica, en primer lugar del pequeño comercio que ocupa a gran parte de la población. Es la raíz económica del movimiento actual.

“Vale un Potosí”

Sin embargo Potosí es riquísimo en minerales. Históricamente Potosí y su Cerro Rico fueron en la colonia una de las principales fuentes de acumulación del capitalismo naciente hace 500 años. El dicho era “vale un Potosí”, para hablar de algo de valor extraordinario. Con su plata se hicieron gran parte de las monedas europeas y Potosí en 1630 era una de las dos ciudades más grandes y ricas del mundo. La otra cara de esto es que 8 millones de indígenas esclavizados murieron sacando plata del Cerro Rico.

Hoy sigue la misma estructura económica. Cuatro transnacionales se llevan la mayor parte del mineral: la japonesa Sumitomo Corp, que controla la empresa minera privada más grande del país, San Cristóbal; la estadounidense Coeur D´Alene Mine CO, que opera Manquiri; la canadiense Pan American Silver, que está a cargo de San Vicente; y la suiza Glencore, a cargo de Sinchi Wayra. Sólo San Cristóbal cubre el 44 por ciento del total nacional y la Minera Manquiri, que opera en el Cerro Rico de Potosí, absorbe el 22 por ciento del total nacional. Estas transnacionales aportan al Estado aproximadamente un 13% de lo que se llevan, pero además no pagan el agua, por lo que el balance neto de su aporte es cercano a cero. Además están asociadas con grandes Cooperativas empresarias que pagan aún menos impuestos (de hecho son subsidiadas por el Estado que les dio maquinaria a crédito que nunca pagaron). Se calcula que Potosí produce “legalmente” unos 2.000 millones de dólares en minerales. Además está lo que se va sin control, que algunos expertos calculan en otros 2.000 millones. El 90% del mineral se exporta en bruto, sin elaborar, gran parte en piedra. No hay fábricas en Potosí.

¡Expropiar y expulsar transnacionales!

Por eso, aunque no formaba parte de los reclamos del COMCIPO, gran parte del pueblo movilizado en la huelga planteaba sacar a las transnacionales. Incluso una de las primeras acciones fue marchar y ocupar la Mina Manquiri, que permaneció ocupada por el pueblo durante toda la huelga. Marco Pumari, vicepresidente del COMCIPO y estudiante, señaló: “la transnacional no están aportando nada, al final de cuentas debe irse, no deja ningún beneficio al departamento especialmente a la ciudad… La ganancia que tiene es mucha, yo creo que ha recuperado todo el capital (invertido) y toda la infraestructura debería pasar al estado para que el estado administre”.

Sin embargo esta no fue la posición del COMCIPO. El vicepresidente Álvaro García Linera, por su parte hizo, durante la huelga, un acto en la mina San Cristóbal, también transnacional, comprometiéndose públicamente a que no iba a haber ninguna nacionalización y afirmó que “Bolivia necesita muchas más San Cristóbal”.


Gualberto Arenas
(secretario general del Partido
de Trabajadores PT)
Desde ARPT-La Protesta (UIT-CI) y desde el Partido de Trabajadores, Gualberto Arenas, secretario
general del PT, denunció esta posición del vicepresidente como proimperialista, convocó a apoyar al pueblo potosino, señalando Potosí expresaba un problema de todo el país y llamó a luchar por expropiar y expulsar a las transnacionales, como única salida de fondo.

Ruptura con el MAS

La huelga de Potosí culminó con una negociación frustrada con el gobierno. Evo Morales dijo que los reclamos de Potosí “le dan risa”. La huelga se levantó sin lograr nada, el 3 de agosto. Había agotamiento, en Potosí no se conseguía ni comestibles, por el bloqueo total de sus carreteras.

Pero el día nacional, 6 de agosto, hubo otra inmensa manifestación en Potosí con los mismos reclamos, contra el gobierno de Evo Morales.

El proceso política nacional está marcando un acelerado proceso de ruptura con el MAS. El partido gobernante sacó el 61% de los votos en octubre del año pasado (elecciones nacionales) y el 41% en las elecciones departamentales en abril de este año. Perdió en 8 de las 10 ciudades principales, incluyendo la emblemática ciudad de El Alto. Pero ganó en Potosí. Ahora, la gran huelga potosina, es otro gran paso en esa ruptura, ya no electoral, sino en la lucha de clases. “¡Nunca más, MAS!” se gritaba en las calles potosinas.

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