Por Patricia Marcano (La Razón)
26% de los caraqueños no reciben agua potable a diario
21 de julio 2015. El censo del INE reflejó que 26% de los caraqueños no recibe agua potable todos los días. A más de 400.000 personas les llega agua cada 8 días, dos veces al mes o cada 21 días, como en el caso de los habitantes de El Junquito, Petare y Mariche
5.000 litros por segundo. Entre 25% y 30% del agua potable que llega al Área Metropolitana de Caracas se pierde, se fuga dentro de las casas o por fisuras en la red de tuberías . Una cantidad exagerada en palabras de especialistas, y que si se ubica en contexto habla de las dimensiones del problema que esto representa en una región capital donde la distribución de agua no es equitativa.
El promedio de 5.000 litros por segundo equivale a 18.000.000 de litros de agua cada hora y 432.000.000 litros por día. Si se compara esa cantidad con una represa, se tiene que cada 21 días se pierde toda la cantidad que es capaz de almacenar el embalse de La Mariposa, ubicado en Caracas.
“Es demasiado 5 mil litros por segundo. Siempre en un sistema habrá pérdidas, pero que sea más de 20% de agua es mucho, incluso hay quienes dicen que la pérdida es de 40%. Necesitamos una buena administración del sistema de agua potable y eso no está ocurriendo”, sostiene Roger Martínez, urbanista, profesor e investigador del Instituto de Estudios Regionales y Urbanos (Ieru) de la Universidad Simón Bolívar (USB)
Martínez basa sus apreciaciones en evidencias. Coordinó un estudio que fue presentado al Instituto Metropolitano de Urbanismo, titulado Análisis de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario en el Área Metropolitana de Caracas, donde con base en los resultados del Censo de Población y Vivienda 2011, del Instituto Nacional de Estadística (INE), y con datos oficiales de Hidrocapital sobre la cantidad de agua potable que llega a Caracas (18.000 litros por segundo o 18 metros cúbicos), determinaron cómo se distribuye el líquido en la capital. Los datos están actualizados hasta 2014.
De ese 30% que se despilfarra, 65% ocurre dentro de las viviendas, industrias o empresas
La información recabada por el INE hace 4 años ya reflejaba parte del problema. Del total de habitantes del Área Metropolitana de Caracas, 73,6% recibe agua a diario, de forma permanente. 12,9% tiene el suministro cada dos o tres días; una vez a la semana o cada ocho días es la realidad vivida por 7,1% de los caraqueños, mientras que 6,3% manifestó recibir agua cada 15 días.
“Con toda la información hicimos una aproximación porque la realidad de cuál es la cantidad de agua que llega a cada sector debe obtenerse de la medición en cada zona, pero no hay medidores en todas”, explica Martínez.
Entre los cálculos obtenidos estuvo el de las fugas. En 2014 se perdía un promedio de 5,33 metros cúbicos (5.330 litros) por segundo. Eso representa 25% del agua que requiere la región metropolitana (26 metros cúbicos) y 30% del total que distribuye Hidrocapital según sus cifras oficiales (18 metros cúbicos por segundo).
“Estamos regalando el agua y ese regalo nos está saliendo caro, porque necesitamos cobrar para hacerle mantenimiento al sistema”
El ingeniero Norberto Bausson, quien fue vicepresidente de Hidrocapital entre 1992 y 1999, detalla que de ese 30% que se despilfarra, 65% ocurre dentro de las viviendas, industrias o empresas. A esto Martínez agrega que otra cantidad
se pierde a través de fisuras porque las tuberías se vencen, tienen una vida útil de 50 años y en el caso de Caracas la mayoría data de 1950.
“Por eso debe haber un programa serio, fuerte y planificado de sustitución o reparación de tuberías, y creo que lo hay, pero en la medida en que se reducen los recursos y no se paga lo que realmente cuesta la producción y mantenimiento de la red, se afecta la red. Estamos regalando el agua y ese regalo nos está saliendo caro, porque necesitamos cobrar para hacerle mantenimiento al sistema”, advirtió el profesor de la USB.
Las tarifas del servicio de agua potable están reguladas por la Ley Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y Saneamiento, publicada en Gaceta Oficial en 2011. El precio varía según el uso (industrial, comercial y residencial) y hace cuatro años Hidrocapital cobraba Bs 1,55 por metro cúbico de agua, en promedio.
En mayo de este año la tarifa “residencial 4” de Hidrocapital estaba wn Bs 2,8 por metro cúbico y en julio subió a Bs 3,8. El monto se incrementa según la cantidad de litros consumidos (si el gasto está entre 38 y 94 se pagan Bs 6,65 por metro cúbico).
En zonas altas de Caracas el agua llega ocho días al mes como en El Junquito, o cada 21 días como en MaricheEn zonas altas de Caracas el agua llega ocho días al mes como en El Junquito o cada 21 días como en Mariche. Foto: Leo Ramírez / AFP
De lo mucho, poco
El estudio realizado por investigadores de la USB determinó la demanda por persona y por sectores. En promedio el caraqueño consume unos 510 litros de agua por persona por día, una cantidad exagerada y que se asemeja a la reclamada hace un año por el presidente de Hidrocapital, Ernesto Paiva: “el promedio debería ser de 250 litros por habitante por día, en la región capital estamos en 550, muy alto”. Lo dijo 30 días después de haberse iniciado un plan de racionamiento de agua en la capital.
Bausson, quien también fue presidente del Instituto Municipal de Aguas y Acueductos de Sucre (Imas) entre 1992 y 1999 y luego de 2009 a 2012, señala que incluso cuando otras mediciones indican que el promedio del caraqueño es de 380 litros de agua por día, la cantidad sigue siendo alta y duplica al promedio de varias ciudades latinoamericanas.
Pero lo cierto es que esos 510 litros no los disfrutan o gastan todos, aclara el investigador de la USB. “No le estamos dando esa dotación a la gente, eso es falso, además la gente lo señaló en el censo. Hay sectores que necesariamente están recibiendo una dotación por debajo a los 150 litros por persona por día y esa cantidad no es mala, en otros países es menor, en sectores pobres de Perú no pasan de 50 litros por persona por día”, indicó Martínez.
Así, las zonas que reciben menos de 150 litros por persona/día son El Junquito, la carretera vieja Caracas-La Guaira, Hoyo de la Puerta, Turgua, Sabaneta, La Unión, Gavilán, Petare, Filas de Mariche y sectores adyacentes a la autopista Guarenas-Guatire. Están alejados de las redes formales de distribución y el suministro es precario.
“Los que vivimos en Caracas sabemos que hay déficit de agua en toda la ciudad, esa es la sensación y es la realidad”
El segundo bloque, con una dotación entre 150 litros y 450 litros por persona/día fue detectado en las zonas de Macarao, Las Adjuntas, Antímano, Mamera, Catia, Avenida Sucre, La Vega, El Valle, Coche, El Cementerio, Santa Mónica, Santa Cruz del Este y Minas de Baruta. A estos llega una dotación entre 150 y 450 litros por persona/día, con una baja calidad por la inexistencia de una red formal de distribución.
Y están otras donde los litros por habitante/día superan los 450 litros y pasan de 1.000 y hasta de 2.000 como es el caso de Fuerte Tiuna y el Casco Central de Caracas. Se trata de Caricuao, Zoológico, La Yaguara, San Martín, Montalbán, El Paraíso, San Bernardino, Sabana Grande, Chacao, Bello Monte, Las Mercedes, Prados del Este, La Trinidad, Alto Hatillo, La Lagunita, Los Naranjos, Cementerio del Este (La Guairita), El cafetal, Los Ruices, Boleíta, La Urbina, Macaracuay, Fuerte Tiuna y Casco Central.
“Los que vivimos en Caracas sabemos que hay déficit de agua en toda la ciudad, esa es la sensación y es la realidad”, expresa Martínez, quien además frente a estas desigualdades plantea dos posibilidades: buscar más agua o racionalizar el consumo. “Yo apuesto por lo segundo”, dice el urbanista.
La proliferación de camiones cisternas demuestra que no todos en Caracas tienen acceso al agua potable. Los más pobres pagan más por el agua. El metro cúbico de agua en una cisterna cuesta entre Bs 133 y Bs 200. Por tubería se paga apenas Bs 2
Con él coincide el ingeniero Bausson: “el problema no es la cantidad de agua, el problema está en que el deterioro de redes, de las plantas tratamiento, tanques, estaciones de bombeo y el despilfarro de agua por fisuras, dentro de viviendas, comercios e industrias es tal que el agua no es suficiente. Es paradójico totalmente”.
Además hace una observación, y es que los sectores más pobres terminan pagando más. “El agua que llega por tubería a esos sectores cuesta 2 bolívares por metro cúbico, un camión cisterna cobra entre 130 y 200 bolívares por metro cúbico. Tienes una tarifa social de 10 bolívares promedio al mes y un botellón de agua en 100 bolívares. Los que pagan más cara el agua son los más pobres del país y un indicador de que no hay una buena distribución de agua es la proliferación de cisternas, no solo en Caracas sino en las principales ciudades”, expresó Bausson.
Ni tan potable
Esa desigualdad de recibir menos cantidad de agua que otros sectores va acompañada de la existencia de lapsos muy largos sin servicio. Héctor Balda, vecino de la urbanización Luis Hurtado, (kilómetro 12 de El Junquito), comenta que en esa zona, donde habitan unas 5.000 familias, el agua les llegaba normalmente solo siete días continuos al mes. “Después pasábamos tres semanas sin agua hasta que llegaba de nuevo. Eso es lo normal”.
Pero hace cinco años la situación empeoró cuando una subcontratista de Hidrocapital comenzó a administrar la subestación que distribuye agua a los kilómetros 8, 10, 12, 16 y 21 de El Junquito.
“Con el cuento de que el tanque estaba vacío o la bomba dañada no nos colocaban agua y nos sugerían comprar camiones cisternas. Tenían un negocio con los camiones, incluso nos decían que si no queríamos cisternas que nos mudáramos de El Junquito. Los denunciamos y hace cuatro meses Hidrocapital volvió a tomar las riendas. Llegamos a tener períodos de dos meses sin agua y ahora volvimos a los siete días por mes”, relató Balda.
Al otro extremo de la capital, recibir agua cada 21 días también es lo normal. Así viven en las zonas altas de Petare y Filas de Mariche, parroquias del municipio Sucre (estado Miranda) que junto a La Dolorita y Caucagüita reciben el líquido administrado por el Instituto Municipal de Aguas y Acueductos de Sucre (Imas).
“Aunque el agua salga potable desde las plantas de tratamiento, si esas tuberías han pasado por períodos donde se mantienen unos días llenas y otros días vacías, racionando la distribución, el agua que va a llegar a las casas ya no será potable”.
Su presidenta, Tatiana Noguera, explica que dependen básicamente del servicio de presiones que les envía Hidrocapital, la hidrológica estatal, y esa dependencia es casi total: 80%. “Nosotros no manejamos la fuente de agua, solo distribuimos a través de la estación 25 que está en La Guairita, a través de tres alimentadores, a esas zonas problemáticas”, detalla.
Los ciclos de servicio, que según la zona varían de dos veces por semana, un día a la semana, cada 15 o 21 días, en el extremo, se agudizaron desde el año pasado cuando se aplicó un plan de racionamiento por la sequía y la caída de los niveles de agua del embalse Lagartijo.
La circunstancia, explica Noguera, llevó a Hidrocapital a dejar de enviarles presiones altas durante los siete días de la semana a solamente dos y por 24 horas cada día. “No es que no hay agua, sino que la falta de presión complica mucho más el servicio en zonas altas. Hacemos esfuerzos colocando válvulas y dispositivos para mejorar la distribución, pero mientras no se maneje la fuente se nos dificulta tener un servicio óptimo”.
Los reclamos de los vecinos, que a principios de año protestaron en varias oportunidades, valieron el aumento de la presión enviada por Hidrocapital a 30 horas en lugar de 24, pero igual durante dos días a la semana.
El ingeniero Bausson, especialista en acueductos, advierte que estos sistemas no están preparados para los racionamientos ni para dejar de enviar agua por sus tuberías, “no se hicieron para eso, eso daña las tuberías, la calidad del agua y al final el que se perjudica es el ciudadano”, dice tajantemente.
Aunque el agua salga potable desde las plantas de tratamiento, Bausson asegura que si esas tuberías que la van a transportar han pasado por períodos donde se mantienen unos días llenas y otros días vacías, racionando la distribución, “el agua que va a llegar a las casas ya no será potable”.
El agua que sale del chorro debería hervirse. Se debe hervir, filtrar o desinfectar con gotas de cloro el agua que llega a la casa.
El urbanista y profesor de la USB, Roger Martínez, da una de las explicaciones: “cuando la tubería está rota y mandas agua, se bota hacia fuera. Pero cuando no mandas y el tubo está vacío, pero afuera hay humedad porque en ese terreno también pasan aguas de cloacas, esa agua contaminada se va a meter al tubo y los gérmenes van a estar allí. Cuando manden agua la persona va a recibir en su grifo esa agua contaminada, con bacterias, turbias. Si la dejas correr se aclara pero ¿y si te mandan una cantidad mínima y tienes que aprovecharla? No la vas a dejar correr porque se te acaba”.
Por ello recomienda hervir, filtrar y/o desinfectar con gotas de cloro el agua que llega por tuberías, sobre todo en estas zonas.
Datos del Min-Salud correspondientes al Distrito Capital (año 2012), analizados por Martínez para una investigación anterior sobre el manejo del agua potable en Caracas (publicada por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, Ildis), reflejaban que las zonas con peor distribución de agua potable registraban el mayor porcentaje de enfermedades de transmisión hídrica, es decir, por el consumo de agua contaminada, no potable.
Ese año la mayoría de los casos se registraron en El Junquito y en Santa Rosalía. Diarreras, Amibiasis, Giardiasis y Hepatitis A son algunas de las patologías que pueden presentarse.
“En El Junquito hay muchas diarreas, pero también en Caricuao, donde tienen más agua. Ahí ves que no solo es un tema de mejorar la distribución, sino también de información, y que no puedes cambiarlo simplemente poniendo más tubos, sino educando a la gente”, apunta Martínez.
Tarifas de Hidrocapital no permiten costear el mantenimiento de la red Las tuberías tienen una vida útil de 50 años, después comienzan a colapsar.
0,3% del PIB sería suficiente
El acueducto metropolitano se enfrenta a varios problemas. “Todo se juntó”, dice Bausson. Las zonas populares altas no tienen redes formales, se abandonaron los programas de macromedición y micromedición y por ende no se sabe con exactitud cuánta agua está llegando y cuánta se está escapando, se deterioraron las redes, las plantas de tratamiento, las estaciones de bombeo y además se necesita personal técnico especializado para manejar un acueducto que tiene más de 60 estaciones de bombeo que distribuyen el agua cuando llega a la capital, señala el ingeniero.
Roger Martínez recuerda que según organismos internacionales, los países deberían invertir anualmente 0,3% del PIB al sector de agua potable y saneamiento. En el caso venezolano, la suma equivale a 1.785 millones de dólares.
Eso permitiría, en los próximos 15 años, llegar a la cobertura universal de agua potable, aumentar de la capacidad, optimizar el servicio, mejorar drenajes y canalizaciones y efectuar el tratamiento de aguas residuales (cloacas) para reutilizarlas en riego, algo que hasta ahora no ha sido una prioridad cultural de los venezolanos y menos una prioridad política, reclama el investigador.
Comenzar a reducir los consumos en las zonas que manejan más de 500 litros por persona y por día, formalizar las redes de tuberías en sectores populares, medir y evitar las fugas de agua son otras acciones que pueden hacerse en el corto plazo, indica Martínez.
Proponen instalar un programa de micromedidores para registrar cuánta agua llega y se fuga65% del agua se bota dentro de las casas, el resto en la calle, en la red, por fisuras en tuberías viejas
“Al medir y reducir las fugas debes empezar a cobrar. No es privatizar ni cobrar de forma irracional, pero sí algo que permita el mantenimiento y estudiar los casos que puntualmente no pueden pagar”.
La presidenta del Imas identifica como una de las trabas para el mantenimiento de las tuberías el hecho de que gran cantidad de los habitantes de las zonas populares de Sucre no pagan agua.
“Muchos manifiestan que el agua es un derecho y no debe pagarse por eso”, agrega Noguera, y comenta que un repuesto que costaba Bs 1.200 hace seis meses ahora los consiguen en Bs 12.000 y Bs 15.000. Antes podían comprarlos con activos de caja chica, ahora dependen del subsidio de la Alcaldía de Sucre pero cada día es menor por el alza de precios. El divorcio que existe ente el gobierno central y las alcaldías de oposición tampoco ayuda a mejorar la carencia de agua, sostienen los especialistas.
Aunque al señor Balda, vecino de El Junquito, no le perjudica una diatriba como la existente en Petare, igual padece por la distribución. Recuerda que tiene 18 años viviendo en Luis Hurtado y que hace años un equipo de Hidrocapital visitó la urbanización para avisarles que instalarían medidores de agua en las casas, para comenzar a cobrar, pero la gente se negó.
“Aquí nunca hemos pagado agua. ¿Cómo pretenden mejorar el servicio si no tienen los medios económicos para el mantenimiento y ampliar la red de distribución? Si no se paga se afecta la calidad del servicio, esa cultura tiene que cambiar”.
La promesa del Tuy IV
Se planteó en 1982 como el proyecto Taguaza-Tuy IV, compraron equipos y tuberías pero 20 años después no habían sido instaladas. Norberto Bausson, ex vicepresidente de Hidrocapital, señala que hasta 1999 se hicieron varias obras que servirían de base para el Sistema Tuy IV, como el embalse de Taguaza, y dejaron todos los ajustes para que el embalse Cuira que debe construirse para el Sistema Tuy IV estuviera en servicio 10 años después. “En 2007 tenía que estar funcionando”.
En 2009 el presidente Hugo Chávez anuncia la ejecución de esta obra y desde entonces es presentada como la solución para el abastecimiento de agua en Caracas, Vargas, Guarenas, Guatire, Valles del Tuy y todas las zonas donde el servicio no es continuo. Se prometió su entrega para mayo de 2013, luego para 2014 y en noviembre el ministro Ricardo Molina informó, tras una inspección, que las obras concluirían en 30 meses.
El urbanista Roger Martínez y el ingeniero Bausson advierten que si no hay una buena red de distribución, cuando el Tuy IV esté totalmente listo no va a mejorar la cantidad ni la frecuencia del suministro de agua. “Si no tienes tanques de almacenamiento cerca de zonas a las que no les llega agua, es imposible que mejoren”, señala Martínez.
Según las Memoria y Cuenta de 2012, 2013 y 2014 del Min-Ambiente, la obra ha recibido desde 2012 un promedio de Bs 3.100 millones por año, pero el avance no queda claro. En 2012 el avance físico fue 76%, en 2013 fue 48% y en 2014 se ubicó en 37%.
“Si empiezas a construir ese sistema hoy, siendo muy eficientes no lo terminas en menos de 5 años”, asegura Bausson.
La obra contempla la construcción de un embalse de 700 millones de metros cúbicos de agua a la altura del río Cuira, en el Parque Nacional Guatopo; una estación de bombeo, la instalación de 72 kilómetros de tubería, un tendido eléctrico y una planta de tratamiento. El sistema sumaría a la red 11.000 litros de agua por segundo y en caso de fallar Camatagua puede bombear hasta 21.000 litros.
El ingeniero denuncia que hasta ahora han cambiado tres veces el lugar de construcción del embalse Cuira y que están considerando no hacerlo, sino realizar una toma directa del río. “Eso sería un gran fraude para Caracas, los 11.000 litros adicionales no los van a tener si hacen eso”, aseguró.
Para este trabajo se solicitó información al Ministerio de Ecosocialismo y Aguas pero no dieron respuesta.Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a patricia@larazon.n
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