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miércoles, 20 de julio de 2011

Pánico mundial por la deuda de los Estados Unidos


El Socialista (Izquierda Socialista-Argentina)
 
En las últimas semanas, los principales medios de comunicación han resaltado el riesgo que corre la economía mundial a raíz de la noticia de que el endeudamiento de los EE.UU. llego a su tope límite el pasado 16 de mayo.
Portada de la revista norteamericana Time. Ronald Reagan (ex presidente de Estados Unidos del partido repubilicano) y Barack Obama. Abajo: Jhon Boehner, dirigente del partido republicano, jugando al golf con Obama






 
El hecho tiene significado importante para la clase trabajadora mundial, ya que si el gobierno norteamericano no eleva el límite de deuda, muchos analistas predicen la explosión de una crisis financiera de repercusiones catastróficas.

La deuda nacional norteamericana alcanzó los 14 billones en medio de dos costosas guerras y la peor crisis económica desde los años ’30, poniendo en relieve la crisis del capitalismo y el imperialismo yanqui a causa de las revoluciones populares en el mundo árabe.

El gasto militar y el rescate financiero (bailout) de los bancos que hizo el gobierno de Obama en el 2008 han aumentado el endeudamiento público. De no elevar el límite de la deuda antes del 2 de agosto, se corre el riesgo de perder el AAA rating (índice de rendición) otorgado por las agencias de calificación crediticia (como la Moody’s y la Standard and Poor’s). A estas agencias de riesgos se les responsabiliza por haber provocado la crisis de 2008, al no advertir al gobierno acerca de los problemas con las hipotecas.

Los capitalistas están poniendo el grito en el cielo ante la posibilidad de que esto ocurra.
El Secretario del Tesoro Timothy Geithner impulsa un acuerdo entre demócratas y republicanos lo antes posible. De no ser así, el gobierno norteamericano tendría restricciones para solicitar préstamos y el Departamento del Tesoro no tendría los fondos suficientes para cubrir las facturas.

Los demócratas y republicanos alertan que si no llegan a un acuerdo, el pago de los sueldos de los militares y el cobro de los cheques que reciben los pensionados sería afectado. Y el país implementaría una moratoria (default) cuyas consecuencias tendrían efectos catastróficos para la economía mundial.

Esa es la mayor preocupación de los inversionistas y las grandes corporaciones. Mientras, los trabajadores no figuran en este debate. El desempleo va en alza. Existen suficientes fondos para implementar un programa de emergencia. Pero Obama no propone la creación de empleos por medio de un plan de obras públicas o poner fin a la guerra.
No habrá default

Un default significaría el no pago de la deuda, lo que acarrearía un costo económico enorme para los bolsillos de los capitalistas a nivel internacional. Esto explica por qué el Banco de China y otras instituciones internacionales que tienen inversiones en los bonos soberanos de la deuda de los EEUU están pendientes a lo que está pasando.

En otro orden, muchos estados están siendo afectados por el déficit presupuestario empujando a cesar sus funciones (shutdown). Por ejemplo, las agencias gubernamentales del estado de Minnesota (medio oeste) dejaron de operar por dos semanas, afectando los salarios de 22,000 empleados públicos. Los demócratas y los republicanos resolvieron la crisis con más recortes a la educación.

El circo político
Públicamente, los demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo en torno a la deuda. Cada bando acusa al otro de los problemas económicos que están surgiendo. Es un circo político para atraer votos. Fundamentalmente, coinciden en continuar la guerra y los ataques a la clase obrera.

Las negociaciones ponen al descubierto las divisiones dentro del Partido Republicano entre un sector conservador moderado dispuesto a pactar con Obama y otro más reaccionario, la ultra derecha del Tea Party financiada por la industria farmacéutica, que se opone tajantemente a cederle terreno a Obama.

Este sector moderado liderado por el senador Mitch McConell propone el llamado “Plan B”, el cual otorgaría poderes a Obama para elevar de forma unilateral el límite de la deuda en $ 2,4 billones e incluiría grandes recortes en el presupuesto sacando de apuros a los republicanos, quienes no tendrían que votar por el plan.

La imagen de los demócratas se vería afectada con miras a las presidenciales de 2012. Obama está dando un nuevo giro a la derecha. Propone aumentar la edad del Medicare (servicio de salud para personas de la tercera edad) de 65 a 67. El Medicare es unas de las vacas sagradas de los demócratas. Fue un logro de la clase obrera durante la Gran Depresión.

En muchos estados, los trabajadores enfrentan las políticas antipopulares del gobierno. No hay un movimiento nacional que unifique las luchas a raíz de la debilidad del movimiento obrero y los efectos de la recesión. Además, la burocracia sindical desarticula las luchas y pacta con la patronal y el gobierno.

El sector público en varios estados está en lucha. Hay huelgas que duran 24 horas. Algunas son más duraderas como en Scriba, en el estado de Nueva York, donde 460 trabajadores de dos plantas nucleares llevan varios días en huelga a causa de los despidos masivos. La clase obrera se debe poner de pie para que la crisis no la pague ella, sino las multinacionales y banqueros apoyados por el gobierno.


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