Por Laclase.info
El pasado miércoles 17 de julio, en la sede de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes) ubicada en Catia, en un acto con motivo del Día Nacional del Policía, Nicolás Maduro aprobó un conjunto de recursos para financiar equipos y la indumentaria de los funcionarios policiales requeridos para las actividades represivas de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que englobados alcanzan los 55.873 millones de bolívares y los 542 mil euros.
Según la información ofrecida en su alocución por Nicolás Maduro, esos recursos serán destinados a la adquisición de 200 nuevas camionetas, a la renovación de los uniformes de los efectivos policiales, a la construcción de la nueva sede del estado Anzoátegui y del Centro de Diagnóstico de Salud de la PNB, y a la instalación de cuatro simuladores de tiro.
La prioridad presupuestaria del gobierno de Nicolás Maduro es clara, hay recursos para financiar las actividades represivas de la PNB. No obstante, al contrario, el pueblo trabajador de Venezuela sufre el deterioro de los centros de salud y de las instituciones educativas del Estado. Al mismo tiempo, las trabajadoras y los trabajadores del Estado que cumplen labores civiles padecen de un salario mínimo de solo 40 mil bolívares mensuales, que no cubre ni el 5% de una canasta básica familiar que llegó en mayo a los 2.552.836 bolívares. Un caso concreto es el ejemplo de los docentes jubilados del Ministerio de Educación, a los cuales no les han pagado las semanas de ajuste salarial, que son las cuatros del período vacacional del año.
La respuesta de Nicolás Maduro a la solicitud de Michelle Bachelet en su informe
El pasado 4 de julio, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, presentó un informe sobre su visita al país, donde entre otros resultados negativos de la gestión gubernamental de Nicolás Maduro, señaló que las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) de la PNB han efectuado 6.856 ejecuciones extrajudiciales entre mayo de 2018 y de 2019, y por eso solicitó su disolución.
Desde la creación de ese aparato represivo, las organizaciones de derechos humanos y la oposición de izquierda han venido denunciando las ejecuciones extrajudiciales que comete en los barrios del país. Según el criminólogo Keymer Ávila, los efectivos del Faes intervienen en las localidades donde viven las clases populares como un ejército de ocupación, al desarrollar planes de operación orientados a la aniquilación de los jóvenes; con armas de guerra, equipamiento especial y encapuchados. En esos procedimientos, los efectivos de ese cuerpo de exterminio efectúan cualquier tipo de crímenes como asesinatos, robos, violaciones, secuestros, extorsiones y detenciones arbitrarias. Aunque se excusan en el supuesto combate a la criminalidad, su objetivo es generar miedo en los miembros de las clases populares que han protestado por el acceso a los servicios públicos o a la caja del Clap en su comunidad.
Sin embargo, en su discurso del pasado miércoles, Nicolás Maduro reafirmó su respaldo a las actividades represivas del Faes, al sostener en un tono amenazante: “Viva la Faes”. Esa arenga del líder del bloque gubernamental chavista es totalmente normal, la continuidad de su gobierno depende de mantener en un estado de terror a las clases populares, que lo rechazan por el brutal deterioro de sus condiciones de vida y salario.
El pasado 4 de julio, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, presentó un informe sobre su visita al país, donde entre otros resultados negativos de la gestión gubernamental de Nicolás Maduro, señaló que las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) de la PNB han efectuado 6.856 ejecuciones extrajudiciales entre mayo de 2018 y de 2019, y por eso solicitó su disolución.
Desde la creación de ese aparato represivo, las organizaciones de derechos humanos y la oposición de izquierda han venido denunciando las ejecuciones extrajudiciales que comete en los barrios del país. Según el criminólogo Keymer Ávila, los efectivos del Faes intervienen en las localidades donde viven las clases populares como un ejército de ocupación, al desarrollar planes de operación orientados a la aniquilación de los jóvenes; con armas de guerra, equipamiento especial y encapuchados. En esos procedimientos, los efectivos de ese cuerpo de exterminio efectúan cualquier tipo de crímenes como asesinatos, robos, violaciones, secuestros, extorsiones y detenciones arbitrarias. Aunque se excusan en el supuesto combate a la criminalidad, su objetivo es generar miedo en los miembros de las clases populares que han protestado por el acceso a los servicios públicos o a la caja del Clap en su comunidad.
Sin embargo, en su discurso del pasado miércoles, Nicolás Maduro reafirmó su respaldo a las actividades represivas del Faes, al sostener en un tono amenazante: “Viva la Faes”. Esa arenga del líder del bloque gubernamental chavista es totalmente normal, la continuidad de su gobierno depende de mantener en un estado de terror a las clases populares, que lo rechazan por el brutal deterioro de sus condiciones de vida y salario.
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