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domingo, 6 de marzo de 2016

Miedo, desolación y cientos de personas atrapadas a más de 24 horas de protesta por desaparecidos en Tumeremo

El reclamo se mantiene incólume en los familiares y amigos de los 
desaparecidos, que aún siguen sin recibir respuesta por parte del 
Gobierno Foto cortesía
A las 7:00 de la noche, familiares esperaban reunirse con la comisión de la FAN y el Cicpc que la tarde de este domingo sobrevolaron dos zonas en donde, se cree, podrían estar los desaparecidos. Los protestantes aseguran que no se moverán hasta que aparezcan los mineros que estaban en Atenas. Vivos o muertos.

Clavel A. Rangel Jiménez
Correo del Caroní

La tranca en la Troncal 10, en las puertas de Tumeremo en el municipio Sifontes, se mantiene con algunas concesiones. Cada media hora los protestantes permiten el paso de vehículos y ambulancias que se trasladan por la única carretera que comunica a Venezuela con el suroriente del país hasta Brasil.

Los manifestantes exigen conocer el paradero de al menos 28 mineros que, la noche del viernes, estaban en la mina Atenas, en la frontera entre el municipio Sifontes y Roscio. Una zona poblada por campesinos y en donde, como casi todo el suroriente del país, la principal actividad económica es la minería.

Tumeremo queda a unas tres horas de Ciudad Guayana viajando en carro, pasando por los pueblos de Upata, Guasipati y El Callao; los dos últimos mineros por excelencia.


Ese es territorio, además, de la empresa estatal Minerven, que en teoría tiene el control de los yacimientos. En los hechos, hasta las minas en administración del Estado están invadidas.

Los familiares de los desaparecidos tienen la lista de los nombres y fotografías de sus parientes que, todos los días, regresaban al terminar la jornada y el viernes, tampoco sábado, lo hicieron.

El comercio se mantiene cerrado como medida de protesta. Los afectados abren la vía cada media hora para la circulación de vehículos y ambulancias.

Por los 28

Ahora todos se reúnen en una calle angosta, único paso con el resto del país. Y allí reciben las noticias que van llegando. Todas ellas desoladoras porque, pasado 24 horas, la comisión del Gobierno dice que no encuentra nada.

Ante las declaraciones del gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez, quien ha desestimado el reclamo de los pobladores de Tumeremo, la ciudadanía ha hecho pancartas en cartulinas blancas. “No sea usted tan mentiroso, señor Gobernador”, se lee en una de ellas.

De acuerdo con testigos que prefieren el anonimato, la banda de el Topo entró al lugar con complicidad de funcionarios gubernamentales y a ráfaga limpia dispersó a cientos de mineros. En la huida, decenas cayeron. Es el proceder habitual cuando un grupo hamponil toma el control de un territorio, solo que esta vez, los dolientes han decidido dar la cara.

No exigen justicia. Ni siquiera que se establezcan responsables. La mayoría de los protestantes tiene la certeza de que sus familiares están muertos. Porque un amigo lo vio, porque un vecino estaba cerca, o porque simplemente es lo que les han contado los sobrevivientes.

Cientos de ellos que como pudieron, entre matorrales, golpeados y heridos, han ido reconstruyendo lo que vivieron la noche del viernes y madrugada del sábado después de haber logrado escapar. Con o sin oro.

Presuntamente los cuerpos fueron colocados en un camión y trasladados a la zona limítrofe en reclamación. Algunos dicen que parte de las víctimas fueron descuartizadas para intimidar. Eso dicen testigos que sobrevivieron a la balacera y que, atemorizados, se niegan a dar sus nombres.

No es algo nuevo. Al sur de Bolívar los códigos son tácitos y nadie denuncia a nadie. Las calles son angostas y todos se conocen. Quienes han denunciado, luego no aparecen o pagan caro su testimonio.

Pero hasta ahora todo es hipótesis. Se trata de la palabra de los parientes contra la palabra de la comisión conformada por la Fuerza Armada Nacional (FAN) y Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que, la tarde del sábado, y este domingo, aseguró no tener evidencia de que haya alguna masacre o enfrentamiento. Al menos así lo aseguró el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez.



Pasajeros y conductores esperan llegar a su destino, y para ello exigen al Ejecutivo que logre mediar en la manifestación por al menos 28 desaparecidos en Tumeremo

Cientos de varados


Entre tanto, cientos de vehículos están atrapados en Tumeremo. Hay autobuses que vienen de Santa Elena, entre ellos turistas, mujeres y niños, que han quedado en el camino.

“Nos dicen que esto es un pueblo sin ley cuando pasan las 5:00 de la noche”, cuenta una periodista, Johanna Álvarez, que junto a un grupo estuvo de visita en Roraima.

Otros conductores han escrito en redes sociales y han pedido apoyo. “No comemos desde anoche, no hay agua ni baños. Y lo peor es que las autoridades que se han presentado no resuelven la situación”, relató Ana Isabel Almeida.

Aunque cada cierto tiempo dejan pasar vehículos, desde las 6:00 de la tarde, contó Álvarez, nada se mueve. Hay autobuses que están a 15 metros de la barricada esperando el turno para cruzar.



Los diputados del CLEB, Aldrin Torres y Honorio Requena, también se apersonaron en la protesta

Sin respuesta

Pese a que el Gobierno comisionó a dos fiscales del Ministerio Público para investigar, la respuesta para los parientes ha sido lenta. “Les propusimos ir con una comisión de civiles hasta la mina y tampoco quisieron”, contó uno de los mineros sobrevivientes del tiroteo.

A las 7:00 de la noche los familiares esperaban reunirse con las comisiones que sobrevolaron la zona de Hoja Lata, donde sospechaban podían estar los desaparecidos, y también en Nuevo Callao.

A esa hora también llegaron dos convoyes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Los protestantes aseguran que no se moverán hasta que aparezcan los mineros que estaban en Atenas. Vivos o muertos.


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