Provea
En un artículo anterior realizamos la reflexión sobre la creciente protesta social en el país y la fuerza que pierden los procesos de exigibilidad de derechos por la manera dispersa como se producen. En esta oportunidad nos referiremos a incipientes procesos de coordinación. Embrionarios pero interesantes que pueden lograr resultados positivos a mediano plazo.
El pasado lunes 4 de noviembre se produjo una acción sindical que tuvo nula difusión en los medios de comunicación. Una acción de gran relevancia por los actores que participaron. La Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Frente Autónomo por la Defensa del Empleo, el Salario y la Seguridad Social (FADESSS), la Alianza Sindical Independiente (ASI), el Movimiento de Sindicatos de Base (MOSBASE), la Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria Autónoma (C-CURA), la Confederación de Sindicatos Autónomos de Venezuela (CODESA), la Central General de Trabajadores (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). Estas organizaciones que hacen vida en el movimiento sindical venezolano y que tienen muchas contradicciones entre ellas, lograron unificarse para solicitar a la ministra del trabajo un derecho de petición solicitando información sobre el registro nacional de Organizaciones Sindicales. Ese paso dado tiene gran valor puesto que deja abierto el camino a otras iniciativas sencillas pero valiosas en el esfuerzo de coordinar procesos a favor de los y las trabajadoras.
El día 06 de noviembre tuve la oportunidad de participar en una actividad donde estuvieron presentes la corriente sindical C-Cura que dirige Orlando Chirinos y La Unión Nacional de Trabajadores (UNT) que dirige Marcela Maspero. Hasta hace pocos meses era casi inimaginable que estos dos dirigentes pudieran tomar un café juntos. Las descalificaciones mutuas iban y venían. Pero los deseos y compromisos de anteponer los intereses de los y las trabajadoras los lleva hoy a explorar coincidencias para avanzar juntos en iniciativas de corto y mediano plazo. Es hoy un buen ejemplo de cómo coordinar en medio de las diferencias.
En el ámbito de la salud igualmente hay una serie de coordinaciones interesantes. Entre las organizaciones que defienden los derechos de las personas con VIH-Sida, de pacientes crónicos y más recientemente una iniciativa que reúne a la Red de Sociedades Científicas Médicas, organizaciones de derechos humanos y sindicatos diversos del sector salud entre otros. La grave situación que se vive en el sector público de salud estimula la voluntad de actuar juntos. Se va compartiendo un diagnóstico y a su vez pensando en acciones y propuestas de políticas públicas para superar las deficiencias. No conocemos de iniciativas unitarias a nivel estudiantil. Por ahora pareciera disfrutan un largo reposo luego de las jornadas de años atrás.
Todo indica que la protesta social continuará ante la crisis económica y la indolencia de las instituciones del Estado. El reto es como coordinar para dar más fuerza a la exigencia de los derechos y para incidir en las políticas públicas.
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