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viernes, 24 de mayo de 2013

La voz yukpa se hace escuchar en Mérida

Gráfica Contracorriente 

Por: Cristina Gil


La convocatoria que realizara el colectivo estudiantil Contracorriente en conjunto con la Sociedad Homo et Natura para la realización, el día lunes 20 de mayo en horas de la mañana, del foro titulado "Los derechos indígenas y la lucha por sus territorios" en los espacios académicos de la Universidad de Los Andes, se vio afectada por una imprevista protesta obrera que cerró los ingresos a esa casa de estudios para exigir cargos fijos para centenares de trabajadores precarizados. No obstante, los organizadores consiguieron rápidamente formalizar un cambio de espacios para esta programada discusión y tanto los ponentes como un público de aproximadamente cincuenta personas nos trasladamos a los espacios del Jardín Botánico de la ciudad de Mérida. Allí, rodeados de la colorida vegetación andina, nos encontramos de nuevo ante los rostros de la dignidad yukpa.


Oriana Bastidas, estudiante de la escuela de Geografía de la ULA y dirigente de la agrupación Contracorriente, fue la encargada de ofrecer a los asistentes una introducción al tema de la problemática indígena en Venezuela, especialmente en lo referente al conflicto territorial yukpa. En su introducción, la compañera hizo un recuento de los últimos hechos que trajeron como resultado más reciente el asesinato del cacique yukpa Sabino Romero, así como el juicio arbitrario contra las organizaciones Provea y Homo Et Natura, por solidarizarse con una protesta yukpa ante el TSJ en el año 2010.

Carmen Fernández, cacica de la comunidad de Kuse y madre del conocido dirigente yukpa asesinado, Alexander Fernández, fue la voz que desde la convicción sobre el carácter histórico de la lucha indígena ofreció una intervención de dignidad. La mujer indígena reconoció a su hijo y a Sabino como líderes indiscutibles de la lucha histórica yukpa e hizo referencia al compromiso que ella y los suyos tienen para con el legado guerrero de los líderes asesinados. “Todavía andamos en la lucha. Nunca abandonaremos la lucha de Sabino”, fueron las palabras de esta madre aguerrida. Del mismo modo, hizo referencia a la total impunidad que reina en estos y otros asesinatos perpetrados en la Sierra de Perijá y denunció nuevamente el hecho de que los asesinos de su hijo hoy estuvieran libres, transitando las mismas calles que ella y el resto de sus hijos hoy transitan. “No hay ni un preso. Ellos ponen el billete y por eso están libres. Nosotros, en cambio, no tenemos dinero para comprar la justicia”.

La cacica de la comunidad de Kuse también denunció el cerco mediático e institucional del cual los yukpa han sido víctimas. Hizo especial mención al último viaje que el asesinado Sabino Romero convocara a Caracas, viaje que les tomó un aproximado de 27 horas debido a las innumerables alcabalas que les colocaron en el camino y en el transcurso del cual otro hijo de esta mujer fuese arbitrariamente detenido por las fuerzas militares que intentaron, desde el principio, evitar la llegada de los yukpas a tierras de Guaicaipuro. Refirió también que luego de este evento, dos militares ingresaron a su comunidad e hicieron disparos contra uno de sus hijos, hecho ante el cual ella se rebeló exigiendo respeto para los suyos y sus territorios. Carmen es madre de dieciocho hijos y en no pocas ocasiones ha tenido que lidiar con las amenazas que sobre ellos recaen. A ella le han dicho que matarán a todos sus hijos uno por uno y a su hija Ana María le han advertido los militares y sicarios de la zona que “beberán la sangre de todos sus hermanos”. Cabe resaltar que la situación de constante amenaza que vive esta líder indígena de la lucha por el territorio, la ha hecho destinataria de una medida de protección internacional que poco o nada han hecho cumplir las autoridades venezolanas. Carmen finalizó su intervención desde la conmoción que le produce el recuerdo de Sabino, ratificando su lealtad para con una lucha que reconoce propia.

Por su parte, el joven cacique yukpa Sabino Romero Martínez, hijo del líder de la resistencia indígena venezolana contemporánea, también reconoció la lucha yukpa como una lucha de carácter histórico. Aseguró que en esa lucha, la compañía de Lusbi Portillo les ha sido de gran valía. Del mismo modo, refirió su voluntad de unificar fuerzas junto a Carmen y otros caciques de la Sierra para hacer la necesaria presión sobre los organismos judiciales. Sabino denunció la situación de vulnerabilidad en la que hoy se encuentran muchas mujeres de su comunidad luego de los asesinatos de varios hombres que fungían como sustento de sus hogares. Su padre, Sabino Romero Izarra, dejó a Lucía y a tres niños pequeños; su cuñado, Wilfrido Corona, dejó a Guillermina Romero con varios niños pequeños y un embarazo avanzado. Y así, los asesinatos de Darío García, José Luis Fernández, Alexander Fernández y Leonel Romero enlutan a otras familias yukpas que hoy sienten de muchas maneras la ausencia de estos hombres.

También hizo referencia el cacique yukpa al compromiso asumido por el gobernador Francisco Arias Cárdenas ante la investigación del asesinato de Sabino Romero Izarra. En reunión pautada con este funcionario, el 19 de marzo del año en curso, se reclamó justicia en relación con la muerte de tantos dirigentes yukpas así como el pago de las bienhechurías de las haciendas que forman parte del territorio ancestral en disputa. Según el cacique Sabino Romero Martínez, Arias Cárdenas se comprometió a pagar las bienhechurías de 10 de las haciendas que conforman el territorio yukpa. Sin embargo, hoy el dirigente indígena piensa que el gobernador no cumplirá su palabra pues lo sospecha parte de una trampa que se ha tejido contra la lucha yukpa. En este sentido hizo referencia a la vinculación que desde el Estado se viene fraguando para con las comunidades indígenas: comentó el cacique el hecho de que autoridades continúan intentando comprar voluntades a cambio de láminas de cinc y bolsas de comida. “Hace como tres semanas llevaron zapatos para amansarnos, para crear divisiones entre nosotros”.

En la figura de su hijo, el legado de Sabino Romero también encuentra acogida. El joven cacique yukpa aseguró: “Tengo que luchar hasta la muerte porque mi papá hizo así”. En ese mismo orden de ideas el cacique hizo un llamado a los watías (criollos) presentes para que junto a los yukpa ejercieran presión contra el gobierno y en favor del pago de las bienhechurías que garantizarían territorio para los suyos y de las investigaciones que deben adelantarse para garantizar verdadera justicia ante los crímenes que se han perpetrado contra la comunidad yukpa. Reiteró el llamado a acompañarles en la lucha desde su comunidad: “Estamos sintiendo que nos van a exterminar. Invito a las gentes a Chaktapa para acompañarnos en la lucha”. Informó el cacique que en la ciudad de Caracas se habilitarían dos autobuses el día 7 de junio que viajarían hasta Chaktapa para que el aguerrido pueblo de Guaicaipuro hiciera acto de presencia en la zona como una muestra de solidaridad con el pueblo yukpa. “Si ustedes van, a ellos les entra miedo”, afirmó el líder indígena.

Sabino Romero Martínez no sólo reconoce que hay una estrategia para cercar la lucha del pueblo yukpa, también es capaz de reconocer que hay intereses superiores que se contraponen a los intereses de su gente: “Este gobierno está interesado en explotar el carbón del Socuy. Nosotros pensamos que luego irán por el carbón de Perijá”.

El profesor Lusbi Portillo inició su intervención haciendo énfasis en la complejidad de la lucha yukpa, complejidad que en un contexto polarizado se agudiza al punto en que este dirigente luchador reconoce que “ni a chavistas ni a opositores les interesa que los indígenas tengan territorio”. En este sentido, recalcó que los yukpa se encuentran en un estado de indefensión total ante la avalancha que representa un Estado desarrollista. Puso como ejemplo de esta vocación del Estado contraria a los intereses indígenas, el evento que se sucedió de forma posterior a la denuncia que un representante de Horonami formulara en relación con la presencia de garimpeiros en territorio del Amazonas venezolano. “El Estado dejó a este compañero como el mentiroso más grande del mundo. Y nosotros no tenemos los medios para decir lo contrario”. Es de recalcar, en este sentido, que muchas comunidades de la selva amazónica son lugares de difícil acceso al que sólo a través de helicópteros se puede ingresar.

Para Lusbi Portillo, todo el aparataje del Estado está jugando en contra de la lucha yukpa pues son muchos los intereses que priman sobre los muy variados y muy ricos recursos que abraza el subsuelo del territorio indígena. La explotación de minerales de gran valía es, desde este punto de vista, el objetivo fundamental de este Estado desarrollista. En este sentido, el dirigente responsabilizó a Tareck El Aisami como el ideólogo de una estrategia macabra, el llamado Plan Yukpa, ideada desde el Fuerte Macoa para intentar destruir la lucha yukpa. Según Portillo, las políticas dirigidas por El Aisami apuntaban a lineamientos militaristas y policiales que pretendían colocar bases militares en territorios de Perijá. Resaltó entonces el profesor la importancia de que se reconozcan los territorios indígenas: "Si hay territorios indígenas, hay derechos colectivos y posibilidad de autogobierno. De lo contrario, indígenas sin territorios serán juzgados y gobernados como watías".

Dentro de todo el panorama de resistencia yukpa, Portillo hizo referencia a las estrategias que desde la dinámica cultural indígena se imponían ante las estructuras del poder estatal: Siendo los consejos comunales estructuras ajenas a las formas organizativas de estas comunidades, algunos mecanismos de evasión y resistencia pasan por apelar a la colocación de los hijos frente a los consejos comunales, asumiendo los padres las figuras de los cacicazgos. Amparados en la jerarquía natural de los nexos familiares, los indígenas de la Sierra se permiten lidiar con todo el entramado burocrático que impone el Estado venezolano. Considerando esta ejemplificación de los métodos de lucha indígena, Lusbi Portillo aseguró que su labor siempre ha sido la de acompañar estos eventos sólo desde el escuchar y adaptar estas estrategias al contexto occidentalizado que prima entre nosotros. En este sentido, el representante de Homo et Natura hizo un llamado a los presentes para que se solidarizasen con la lucha yukpa desde los espacios que consideraran pertinentes. "No todos tenemos que estar al frente poniendo el pecho. Hay muchas formas de acompañar esta lucha", aseguró.

Para finalizar, en relación con el juicio que en su contra se adelantaba como representante de Homo et Natura por apoyar la protesta yukpa ante el TSJ, el dirigente señaló que aquel no procedió por extemporáneo, pues los niños yukpa que estuvieron acompañando a sus padres en la protesta frente al TSJ, colocados en situación de riesgo por sus padres según la Fiscalía, están en sus hogares desde hace más de dos años. Los detalles referidos por el profesor Portillo sobre este amañado juicio, dan cuenta de un tratamiento no sólo plagado de ignorancia en lo referente a la cosmovisión yukpa sino de una terrible tendencia corrupta y mañosa entre los funcionarios vinculados al caso y de la intención manifiesta de criminalizar la protesta.

El foro Los derechos indígenas y la lucha por sus territorios fue sin dudas un escenario de discusión en el que foristas y asistentes pudieron intercambiar sus comprensiones del conflicto yukpa, comprometiéndose finalmente a hacer parte de iniciativas organizativas que brindaran solidaridad activa a los luchadores indígenas que resisten en la sierra de Perijá. En este sentido, quedó sobre la mesa una propuesta que aboga por la movilización de algunos militantes merideños para transitar el camino hacia la sierra de Sabino este 7 de junio.




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