En realidad el gobierno francés tuvo que intervenir militarmente en su ex colonia, a raíz del colapso del gobierno pro francés de Toumani Touré y del ejercito de Mali, que está en desbandada fruto de una rebelión popular armada que desde hace más de un año controla la mitad del país, la región norte.
La rebelión de los pueblos del Norte de Malí
Mali es uno de los países más pobres del mundo. Se convirtió en colonia francesa en 1898. En 1960 logró su independencia. Desde entonces tuvo gobiernos dictatoriales y civiles, que fueron pactando con las multinacionales y el FMI llevando al país a una debacle económica y social. Con 15,5 millones de habitantes, Mali ocupa el puesto 175° en el Indice de Desarrollo Humano; la esperanza de vida es 51,4 años, el 65% de su territorio es desértico o semidesértico y el PBI per cápita ocupa el puesto 160° sobre 181 países (datos del El País, 20/1/13). El 90% de la población es musulmana.
Desde los años 80 se suceden las revueltas sociales y los reclamos de los diversos pueblos y nacionalidades de la región, que fueron siempre divididos por el imperialismo para favorecer el saqueo de las riquezas naturales. Desde hace décadas surgió en el norte del país una rebelión de los tuaregs del Mali, un pueblo seminómada que habita, históricamente, en una zona que abarca territorios de Mali, Niger, Argelia, Libia, Chad, Burkina Fasso y Nigeria.
El pueblo tuareg tiene fuerte presencia en el norte de Mali en la región denominada Azawad que abarca los dos tercios de país, una región de 830.000 km cuadrados, pero escasamente habitado, con 1.500.000 personas, por la gran presencia del Desierto del Sáhara. Esta región fue siendo olvidada por los distintos gobiernos de Mali que se concentran en explotar las riquezas minerales y el algodón, aliados a las multinacionales imperialistas, en especial, francesas.
Desde el 2011, en medio de la revolución árabe del Magreb, los tuaregs se rebelaron, encabezados por el Movimiento de Liberación Nacional de Azawad (MNLA) que es una organización laica tuareg que lucha por la independencia de Azawad. En mayo del 2012 declararon su independencia y nadie los ha reconocido. A partir de la caída de Kadafi los tuaregs libios que eran combatientes de su ejército, huyeron al Norte de Mali con armas y vehículos equipados con ametralladoras y se sumaron a los rebeldes. A ellos se sumaron otros grupos armados islámicos como el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que formó parte del origen de AlQaeda en el Magreb Islámico, entre otros.
En enero el MNLA lanzó una ofensiva tomando las ciudades de Tombuctu y Gao, hacia el centro del país, llegando a controlar por unos días la ciudad de Konna, poniéndose a 530 km de Bamako, la capital de Malí. Con el ejército gubernamental en desbanda y derrotado, el imperialismo francés no tuvo otra alternativa que intervenir.
Los rebeldes abandonaron Konna, pero la guerra civil continúa y puede alargarse con grandes costos políticos y militares para el imperialismo francés y sus aliados.

Hollande no puede esconder que sus tropas, con apoyo de la ONU, va a Mali a proteger los intereses de las empresas francesas no solo en Mali sino en toda esa región africana, que podría desestabilizarse completamente si triunfara la rebelión del pueblo tuareg. En especial el gigante nuclear Areva, instalada en la vecina Niger, que extrae uranio barato para las centrales francesas.
La crisis de la deuda en los años 80 tuvo un impacto desastroso para Malí, que dio lugar a la privatización masiva de las empresas en beneficio de multinacionales a la vanguardia de las cuales están las francesas. El ferrocarril se vendió a una empresa canadiense por nada. La distribución de energía eléctrica pasó al control de la francesa Bouygues, que está también presente en la mineria, como la mina de oro de Morila. La Compañía de Desarrollo Textil de Malí, que gestionaba el sector del algodón se ha vendido parcialmente al grupo Dagris. La Oficina del Niger, que gestiona la tierra cultivable de la cuenca del rio Níger, se ha convertido en un promotor del acaparamiento de tierras. A esto se suma la presencia de multinacionales como Delmas y Bolloré con almacenes de 100.000 m2 para el almacenamiento de algodón.

Rechazamos toda la argumentación del presidente “socialista” Hollande, en defensa de los “derechos humanos” y de condena al “terrorismo” como pretexto a la intervención militar francesa. Se trata de otra intervención imperialista que buscar seguir saqueando a los pueblos del mundo y en especial de Mali y de esa región africana.

Más allá de las diferencias políticas que podamos tener con el MNLA y los grupos islámicos que encabezan a los rebeldes, apoyamos la lucha del pueblo tuareg por el derecho al reconocimiento de la independencia de Azawad.
Nos sumamos a las voces en el mundo que repudian la intervención imperialista en Mali y llamamos a hacer todo tipo de acción solidaria internacional con la lucha del pueblo de Mali contra esta invasión.
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
24 enero de 2013
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