Por Partido Socialismo y Libertad (PSL)
Luego del brutal femicidio de una joven ecuatoriana por parte de un migrante venezolano, la noche del sábado 19 de enero, el hecho fue aprovechado por el gobierno de Lenin Moreno para incitar una persecución sin precedentes contra los refugiados y migrantes venezolanos en Ecuador. Refiriéndose al crimen del día anterior, Moreno llamó el domingo a conformar “brigadas” para perseguir a los inmigrantes venezolanos, que en su enorme mayoría han sido desplazados hacia Ecuador y otros países sudamericanos por el hambre y la miseria que el gobierno de Nicolás Maduro ha descargado sobre el pueblo trabajador mediante un ajuste hiperinflacionario. Esa misma tarde, bandas paramilitares portando armas blancas desataron una persecución casa por casa en la ciudad de Ibarra, en el norte del país. Alrededor de un centenar de agresiones fueron registradas, muchas de ellas difundidas por las redes: con fervor fascista las huestes de Moreno apuñalan a un venezolano en su residencia, en otro incidente sacan a la calle las escasas pertenencias de un grupo de jóvenes y trabajadores venezolanos para quemarlas, en otras imágenes se ve a las bandas paramilitares recorrer las calles llamando a la limpieza social contra los venezolanos. Un comunicado de un grupo paramilitar amenaza incluso a los ecuatorianos que brinden auxilio a venezolanos. Cientos de venezolanos han cruzado la frontera hacia Colombia huyendo de los ataques xenófobos incitados por el gobierno y tolerados por las fuerzas policiales.
Al día siguiente de los ataques en Ibarra, una turba atacó a un comerciante ecuatoriano en Catia, Caracas, en otro hecho de xenofobia que repudiamos de manera contundente. Los pueblos sudamericanos han dado numerosas muestras de solidaridad con los desplazados venezolanos, y de igual manera los inmigrantes en Venezuela generalmente han sido acogidos solidariamente. No podemos permitir que esos lazos sean destruidos por los xenófobos y por los gobiernos que alientan el chauvinismo. Por ello saludamos la movilización en Quito que condenó tanto los femicidios como las agresiones xenófobas, bajo la consigna “El machismo mata, la xenofobia también”.
Desde el gobierno venezolano, la ministra para el sistema penitenciario, Iris Varela, dijo de los venezolanos agredidos que “reciben una dosis de su propia medicina”, en dos tuits del 21 de enero. El canciller Arreaza criticó las declaraciones de Moreno, pero el gobierno de Maduro no tomó ninguna medida en defensa de los venezolanos en Ecuador, que se estiman en más de 200 mil. En realidad la persecución desatada por Moreno es un pálido reflejo de la persecución que el régimen chavista aplica contra los venezolanos, a los que no solo aplasta con medidas económicas que han reducido el salario promedio a menos de 15 dólares mensuales, sino que incluso ha creado una policía migratoria específicamente para perseguir a los venezolanos que emigran, además de negarles el acceso al pasaporte.
La oposición de derecha viene desarrollando una propaganda sistemática a favor de la injerencia de los gobiernos de la región en la política interna venezolana, creando falsas expectativas en el rol que pueden jugar gobiernos sudamericanos que están totalmente arrodillados ante el imperialismo y las burguesías de sus respectivos países. El ataque propiciado por Moreno demuestra que nada bueno puede esperarse de esos gobiernos, que son enemigos del pueblo venezolano y de los pueblos sobre los cuales gobiernan. Lo mismo puede decirse del ultraderechista Bolsonaro, que anunció entre sus primeras medidas la restricción de la entrada de refugiados y migrantes venezolanos, mientras que sus aliados regionales en el norte de Brasil llaman a expulsar a los venezolanos.
Tal y como planteó la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional en una declaración del año pasado, luego del ataque contra desplazados venezolanos en el norte de Brasil, exigimos a todos los gobiernos de la región que acojan y protejan a los desplazados venezolanos, reconociendo su condición de refugiados y tomando medidas para regularizar su situación aunque no tengan pasaporte, dado que el gobierno venezolano niega dicho documento a la población. Basta de esclavismo, superexplotación laboral y trata con fines de explotación sexual en perjuicio de los migrantes venezolanos. Repudiamos la manipulación demagógica del desastre social venezolano por parte de gobiernos regionales que luego atacan a los inmigrantes, como en el caso de Lenin Moreno. Llamamos a los pueblos de Latinoamérica a abrazar solidariamente la causa del pueblo venezolano y frenar los ataques de los gobiernos y los sectores xenofóbos.
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