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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Plantean que ajuste de gasolina responda al costo de producción


Foto Regina Burgos
Correo del Caroní
María Ramírez Cabello
18 Diciembre 2013


El potencial ajuste del precio de la gasolina, congelado desde 1997, vuelve a la palestra pública. El anuncio en torno al estudio del aumento del combustible no es el primero en la era revolucionaria, de hecho fue propuesto en 2007 y 2009 por el entonces presidente Hugo Chávez, quien consideraba que vender el carburante al precio actual era una “grosería”. “Mejor sería regalarla”, dijo en una oportunidad.

Pero durante su gestión presidencial no se concretó el incremento y, por ende, quedó al gabinete del presidente Nicolás Maduro asumir el tema, que oficialistas y dirigentes de oposición consideran necesario.


Tras el fin del último proceso electoral del año y sin comicios cercanos por venir, los ajustes son inminentes. Las distorsiones económicas se han acentuado y el Ejecutivo empieza a revisar los incrementos no sólo del combustible, sino también de las tarifas eléctricas.

El valor del combustible se ha mantenido en 0,097 bolívares por litro desde 1997, en el caso de la gasolina más refinada de 95 octanos, mientras que la de 91 octanos cuesta 0,070 bolívares. Este precio de $ 0,02 representa el más barato del mundo, incluso, por debajo del mayor productor de crudo, Arabia Saudita en donde el combustible se comercializa a $ 0,16, de acuerdo con datos del Banco Mundial.

El costo de producción de la gasolina de 91 y 95 octanos oscila entre 2,4 y 2,7 bolívares, por lo que las pérdidas diarias alcanzan los 86 millones de bolívares.

Ajustar el precio actual de la gasolina de 95 al costo de producción significa elevar el precio en 2.684%. Pero, si se plantea subirla respecto al costo de oportunidad -precio internacional- de Bs. 4,9, el ajuste sería de 4.952%.

Para el economista David Paravisini, especialista en materia petrolera, sería interesante conocer a ciencia cierta por qué el presidente Chávez no ajustó el precio de la gasolina y sus argumentos para postergar la medida, “pero este tema es de vital importancia y la iniciativa de la discusión debería conducirla el propio presidente de la República”.

Aunque el tema del aumento fue tabú en el país por años por sus implicaciones políticas y económicas, en la necesidad del ajuste coinciden hasta los sectores más divergentes. Paravisini sostuvo que es necesario llevar esta discusión a las comunidades organizadas y a los gremios de transporte, debido a las consecuencias del incremento. Precisó que en el país transitan 5 millones de vehículos, de los cuales un millón son de transporte público y de mercancía, a los que -consideró- deberían exonerarlos por al menos dos años mientras cambian sus sistemas de combustible a gas.

“No es sólo el precio de la gasolina, debe haber racionalidad que la hemos perdido por no atender el precio y la flota de transporte público (…) además el alto consumo tiene repercusiones ambientales”, dijo.

Paravisini opina que el precio de la gasolina debería ser el precio internacional de Bs. 4,9 la gasolina de 95 octanos, menos un 20% de descuento para favorecer a la población por ser Venezuela un país productor de petróleo. Consideró que con el diferencial respecto al costo de producción debe incentivarse la modernización de las flotas de transporte e, incluso, fomentar la creación de empresas de producción comunal para mejoras del transporte por comunidades.

“El destino de los recursos se determinará en función de las necesidades nacionales, hasta ahora Pdvsa financia la producción de esa gasolina, recuperar esos recursos o que los pague el usuario significa que ese momento quedará disponible en la caja”, dijo.

El economista plantea que el ajuste también debe tener un fin ambiental. “Debe ser un aumento suficientemente alto para desestimular el uso de vehículo a la ligera, como te regalan la gasolina no caminas, que la gente comprenda el precio del combustible y sus efectos ambientales”, agregó.

Revisión periódica
El economista Ramiro Molina considera, por su parte, que elevar el precio de la gasolina mejorará la caja de Pdvsa sustancialmente y permitirá mejorar la ganancia de toda la cadena de comercialización y distribución del combustible. “No hay mucho que discutir y lo más seguro es que esta medida sea expedita, lo que habría que discutir es el transporte de alimentos que usa en su mayoría diesel, de modo que puede haber un ajuste discriminado, pero nada que vaya a sorprender ni a causar mayores distorsiones”, dijo.

“Este ajuste ayuda alguito, no corrige sustancialmente nada desde el punto de vista fiscal, pero por supuesto le libera recursos a Pdvsa que usa en la actualidad para su subsidio y mejora su balance de resultados”.

Ahora, ¿qué tanto debe ajustarse? El especialista lo desconoce, pero señala que el Ejecutivo debería aprovechar el eventual aumento para crear una regla que establezca la revisión del precio de la gasolina cada cierto tiempo.

Molina estima que el costo de producción de la gasolina de Bs. 2,7 por litro debe ser el piso de la discusión pero el incremento definitivo debe ser superior a este monto, aunque sin llegar al precio internacional.


Precios en vecinos suramericanos

Estadísticas del Banco Mundial indican que Venezuela ostenta el combustible más barato del resto de las naciones del mundo. Le siguen Libia y Arabia Saudita.

En América del Sur, Ecuador es uno de los países con el combustible más económico, respecto a naciones como Chile. En Ecuador, el litro de la gasolina más vendida cuesta $ 0,58 que llevados al tipo de cambio oficial venezolano equivalen a Bs. 3,6 por litro.

En Bolivia, el precio del combustible es de $ 0,70 (Bs. 4,41 al cambio oficial), mientras que en países como Chile asciende a $ 1,56, que equivalen a Bs. 9,8 el litro.

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