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sábado, 26 de octubre de 2013

En SIDOR: las bases dictan el camino.


Se debió llamar a la unidad y coordinación de los dos conflictos para potenciar la lucha

Se desnuda el papel de Maduro y sus dirigencia sindical.

Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma -CCURA

Desde el año 2008 ante las movilizaciones exigiendo la nacionalización de Sidor, no se había presentado un conflicto como el que han desarrollado los trabajadores sidoristas y junto a ellos los de FMO. En aquel entonces los sidoristas enfrentaban a la odiada trasnacional Termiun. En el caso de hoy, se enfrentan al gobierno y sus políticas laborales en las personas del Ministro Carlos Osorio, el presidente Nicolás Maduro y sus representantes sindicales. En 22 días de conflicto los sidoristas de base imponen a la dirigencia sindical, a la directiva de la empresa Sidor-CVG, al gobierno central y a la GNB, el reconocimiento de las clausula 8 consistente en el recalculo de las utilidades mal ejecutadas desde hace 5 años y desconocida por la empresa y parte de la dirección sindical, la exigencia de un aumento salarial de 400Bs y el resto de la convención colectiva. Paralelo a esta situación, 11 días de huelga en FMO, representó para el gobierno un gran reto, en el que no logró infringir -aunque para ello trabajó- una contundente derrota a la masa laboral en estas empresas.


Durante el gobierno de Hugo Chávez, su dirección y prestigio político significó una camisa de fuerzas para los trabajadores. Esta tarea nunca fue delegaba a algún dirigente sindical. Nicolás Maduro, se presenta con el lema de ser el primer presidente chavista, y el “presidente obrero”. Sin embargo: ¿Que pasó ante esta situación, que llevó a los trabajadores sidoristas a imponer la huelga, declarar persona no grata a General Carlos Osorio y retar la presencia de Maduro en el portón III e imponer el resultado hasta ahora conocido? Los trabajadores asumieron su liderazgo e impusieron a los directivos un conflicto de 22 días, votando el paro en las asambleas del portón III, cuando ya estaba siendo ejecutado. Es un paro a contra marcha de la dirigencia sindical.


En el pasado de forma directa, Chávez, retó e intimidó a los trabajadores en cada situación que se presentaba la posibilidad de un conflicto contra el Estado-patrón. De esa forma se mostró ante los trabajadores del Metro, Alcasa, Sidor y FMO, llegando afirmar en un acto en Guayana el 23 de Marzo 2009 que: “No toleraré sabotajes. El que pare una empresa del Estado se está metiendo con el jefe del Estado y se las verá conmigo" calificando como acto de sabotaje el ejercicio del derecho a huelga y en la práctica respondiendo a los mismos sidoristas que un año antes llegaron a imponer por la fuerza de las movilizaciones la nacionalización de Sidor el 12 de mayo 2008. Como muestra hasta el día de hoy, los sidoristas no hemos dejado de luchar.

Antecedentes:

Un año atrás en Caruachi, los mismos que desde el Estado y los sindicatos, hoy dicen que el paro es político –José Meléndez, José Acarigua y Luis Hernández, Nicolás Maduro, Carlos Osorio- “candorosamente” se emocionaban en el manejo del evento electoral junto a Hugo Chávez en el auditórium de la represa del mismo nombre, cuando por la fuerza de los gritos y el descontento los trabajadores se impuso que se hablara de los contrato suspendidos en las empresas del Estado y del “engaño de la CVG” a los trabajadores de Tavsa. Los burócratas sindicales, “cabalgaron” sobre el reclamo de los trabajadores, en el Show televisado. Hugo Chávez no quería discutir los contratos colectivos. El descontento se hace sentir desde mucho antes y el mismo chavismo y los trabajadores de base en la asamblea se lo imponen públicamente.

El deterioro laboral, caída de sus dirigentes y surgimiento de nuevas direcciones:

En Sidor y el resto de las empresas básicas no se realizan labores de mantenimiento, no invierten en su recuperación, y donde los planes “socialistas y el control obrero” fracasan sin un examen de las políticas. Las mafias sindicales y gerenciales ya son una misma. Punto culminante fue el maltrato público del que fue objeto Elio Sayago, presidente de Alcasa, al que se le imponen las acciones de las mafias sindicales más allá de “lo errado o acertado” de sus propuestas para el rescate de la empresa. Los trabajadores de cada empresa discuten sobre el deterioro de la compañía y sacan conclusiones de la salud del parque industrial. Pero además se impone el engaño a los trabajadores por la demora de la discusión de los contratos, la corrupción sindical hace gala en todos los sentidos y el control que de los trabajadores hace el PSUV y la CBST, tiene como rasgo “normal” los abusos y el amedrentamiento en las asambleas como en FMO y Bauxilum, llegando en una a asesinar a un trabajador y en la otra a herir de bala a un dirigente sindical. La arbitrariedad no tiene fin ante el asedio a un dirigente sindical como Rubén González, al que le siguen un juicio interminable, y la convierten en un calvario para el conjunto de la masa laboral.

Este fuerte control sobre los trabajadores, lentamente da visos de agotamiento y cambios. Sin afirmar que ya el PSUV, su gobierno y el Estado se desboronan, el dominio que perpetran sobre los trabajadores está dando visos del agotamiento y se demuestra de la siguiente forma. Primero, en el terreno electoral los resultados de la elección del sindicato de FMO, con el triunfo de Rubén González y la derrota de Alfredo Spooner. En el terreno de las luchas, este acto de independencia y autonomía de los trabajadores de Sidor, en contra de la voluntad de la empresa, el gobierno y la dirigencia sindical, muy a pesar de que las direcciones son del mismo chavismo: Luis Hernández, José Meléndez, José Acarigua, las bases chavistas les pasaron por encima. El otro elemento y muy importante, es que así como se están “orneando” los viejos dirigentes, también están surgiendo direcciones sindicales nuevas que han orientado y fogueado las acciones en este conflicto.

CVG y Maduro torean el cumplimiento de exigencias y el salario:

Fue claro cuando desde la CVG se promocionó la disposición y despliegue en la discusión de las empresas del aluminio, a los oídos y ojos de los sidoristas. No solo es que se conformó un frente sindical del aluminio impulsado desde Alcasa. La presidencia de la CVG se mostró extrañamente diligente en “apoyo” a esta discusión de contrato, para mostrar como un gran logro el aumento de 150Bs en el aluminio, cuando la exigencia de los sidoristas es de 400Bs. Está claro el objetivo de la CVG al aceptar el frente sindical del aluminio es tender un muro de descrédito sobre las exigencias de los sidoristas, alabar los resultados del acuerdo con el aluminio y mostrar las aspiraciones de los trabajadores ferrosos como exageradas. En esa cortina de humo patronal, Carlos Osorio, Rangel Gómez, J. Ramón Rivero, Nicolás Maduro y José Meléndez se mostraron como especialistas.

Semanas antes en el caso de los profesores universitario, el gobierno toreó y no reconoció las Normas de Homologación, que con todo derecho exigen los docentes. Está claro que este gobierno no le reconocer derechos a nadie.

Ante estos anuncios se impuso la unidad y decisión de las bases sidoristas. Por más que vocifere ser un gobierno obrerista, la experiencia que deja en los trabajadores es otra. Como muestra firma el 8 de octubre un acuerdo que al siguiente día desconoce, y ante el embate de los conflictos de Sidor y FMO, saca a pasear las tanquetas y efectivos militares a la ciudad como a los portones de las empresas, para amedrentar a los trabajadores. Igual lectura vemos en el decreto dictado ante los compañeros de Corpoelec.

Pero el desconocimiento del acuerdo enervó más a los trabajadores y por eso se reanuda el paro. Las pérdidas del gobierno son millonarias y el ejemplo de lucha ante el polvorín en ebullición que son el resto de las empresas básicas hace pensar algunos dirigentes. Ya días antes Luis Hernández decide reubicarse y admite su error del mal cálculo de la cláusula 8. Acarigua, quien no aceptaba el paro, luego se suma él. No así el renuente y profundamente patronal José Méndez, quien se expresa como gerente, ataca y golpea trabajadores, sabotea asambleas, se reúne a espaldas del resto de la directiva con la gerencia de CVG. Es el representante directo de Rangel Gómez, Carlos Osorio y Nicolás Maduro.

Lecciones:

  • Los trabajadores de base han impuesto con el respeto a las asambleas y a sus movilizaciones, el reconocimiento de la cláusula 8, mal calculada por el gobierno y que no quería admitir. La dirigencia sindical se ve obligada a sumir la cláusula 8, y dar “cobertura” a un conflicto que era legal por la fuerza de los hechos, las movilizaciones y masivas asambleas en el portón III.

  • Las directivas sindicales, no son el sindicato. Es de asumir que el sindicato son los trabajadores movilizados y en pie de lucha en defensa de sus derechos. Una masa laboral de 14 mil trabajadores exigiendo respeto por sus derechos, no solo enfrenta y corrige a la torcida dirigencia sindical, enfrenta a la gerencia CVG-Sidor, a la presidencia de CVG, y exige la presencia de quien se reclama presidente obrero, para que se entere de lo que pasa en las empresas básicas. Esto es posible por la autonomía, e independencia de las bases ante el papel de sus direcciones sindicales. 
  • Ha surgido una nueva dirección sindical entre las bases de los trabajadores. Tendencia Clasista y Coalición Sidorista dirigidas respectivamente por Cruz Hernández y Leonel Grissett los más definidos de una nueva camada de dirigentes que deben asumir la dirección sindical de SUTISS. 
  • La simultaneidad de los conflictos de Sidor y FMO, debió replantear el tema de la unidad de las luchas. Era necesario llamar a la coordinación entre ambos sindicatos y conflictos, provocando la movilización unitaria, la unidad que potencia y favorece las luchas de los trabajadores. No se dio porque las dirigencias sindicales no lo plantearon. Habrá que evaluar a quienes no defienden a Rubén González, ante los continuos ataques del gobierno y sus prejuicios ante la unidad.
  • El gobierno en su delirio denunció que los sidoristas éramos agentes del imperialismo. De esta manera nos coloca en la acera de la derecha. En lo concreto, el gobierno es la derecha y los trabajadores con nuestras luchas desnudamos su papel de Estado-patrón. 
  • Por último, debemos estar en pie de lucha. No se puede confiar en quien ya ha dado muestras de irrespetar los acuerdos. Los sidoristas debemos estar unidos y vigilantes antes las acciones del gobierno y los directivos sindicales.
Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma -CCURA

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