Por Miguel Angel Hernández*
Caracas, 2 de agosto de 2018. En las últimas semanas, los trabajadores de distintos sectores han comenzado a salir a la calle a exigir aumento de salario. La huelga de enfermeras que se desarrolla desde hace un mes, y la cual ya se extiende a todo el sector de salud, fue el detonante de un proceso de movilización donde los trabajadores son la vanguardia. Hay que rodear de todo el apoyo posible a esta heroica lucha, para que triunfe.
Trabajadores del sector eléctrico, cementeros, universitarios, petroleros, Movilnet, Cantv, Abastos Bicentenario, incluso de las caucheras privadas de Valencia, han dejado a un lado el miedo y se atreven a salir a protestar. Todos coinciden en que es imposible vivir con los salarios de hambre que tenemos.
Salario igual a la canasta básica es la consigna que unifica
La consigna que unifica los conflictos es “salario digno”, que para la mayoría no es otra cosa que la necesidad de igualar el salario mínimo al costo de la canasta básica, la cual en junio se ubicó de acuerdo al Cendas en más de Bs. 654 millones.
La mayoría de los que vivimos de un salario estamos consciente que estos no se pueden mantener estancados, ante la vorágine destructora de la hiperinflación, de allí que deban indexarse mensualmente al costo de la canasta básica (escala móvil de salarios).
Esta lucha, que sigue creciendo, se produce con el trasfondo de la más pavorosa crisis económica y social experimentada por nuestro pueblo en su historia contemporánea.
El Psuv y el gobierno se debaten en una profunda crisis
Las crisis, como siempre sucede, y en particular una de la profundidad que vivimos en Venezuela, producen remesones en todos los estamentos de la sociedad. Todo el régimen político se resquebraja. Las clases entran en contradicción, así como sus partidos y las distintas corrientes existentes en su seno.
Ya no hay recursos ilimitados para repartir entre todos los burócratas y las diversas facciones que expresan intereses distintos de clase. La disputa por el control del aparato del partido y del Estado se exacerba, y salen a la luz las contradicciones antes ocultas por la estabilidad relativa.
Como es lógico, la crisis económica se está traduciendo en una brutal crisis política en el seno del gobierno y del Psuv. Las recientes expresiones críticas de personeros del chavismo, como Freddy Bernal, Julio Escalona, Jesús Faría, Mari Pili Hernández, Rodrigo Cabezas, Andrés Izarra, y otros, pone en el tapete la profunda crisis que desgarra al partido de gobierno.
A estas voces que cuestionan al gobierno y su política económica, se suman las observaciones hechas por Elías Jaua, planteando la necesidad de terminar con la burocracia en el partido gubernamental, incluso, asomando la posibilidad de renovar su dirección. Mientras que el presidente Maduro le responde que él no convocó el congreso del Psuv para críticas, ni debates trasnochados, ni tampoco para mirarse el ombligo.
La marcha campesina, la cual refleja reivindicaciones genuinas de los trabajadores del campo, es también expresión de estas contradicciones, más allá de que no sea una movilización autónoma del campesinado respecto del gobierno. Digámoslo con todas las letras. Estas manifestaciones críticas son expresión de fuertes contradicciones al interior del Psuv. Es en ese marco de crisis, en el que se produce el IV congreso del partido de gobierno.
En el Psuv se discute profundizar el paquete de ajuste contra el pueblo
Siendo el desastre económico el origen de la crisis multidimensional que atravesamos, es lógico que las contradicciones se produzcan alrededor de este tema.
El congreso del Psuv es un evento de crisis, donde se debate entre aplicar un ajuste económico ortodoxo, incluso acudiendo al FMI, o seguir instrumentando las mismas medidas antipopulares que hasta ahora se han aplicado, manteniendo el discurso falsamente socialista.
Entre esos dos extremos hay diversos matices. Algunos plantean aumentar la gasolina a precios internacionales, otros un ajuste progresivo de su precio. Otros, agregan la necesidad de incrementar las tarifas de los servicios, que dicho sea de paso, con el nuevo cono monetario y el limitado tipo de monedas, la tendencia es a que se aumenten todos los servicios a precios escandalosos. A su vez, se debate sobre el destino del control de cambio. Unos proponen eliminarlo, otros un sistema de bandas, o algún tipo de flexibilización del mismo.
Lo que sí está claro, es que todos apuntan a seguir descargando la crisis sobre los hombros de los trabajadores, de los asalariados y el pueblo pobre. Ninguno propone medidas que afecten los negocios de empresarios, transnacionales y banqueros. Al contrario, ya el presidente Maduro anunció exoneraciones impositivas para los importadores. Lo que está en debate es de qué forma se continúa el ajuste antipopular. Para nada se trata de resolver los problemas del pueblo trabajador.
Por una coalición o coordinadora nacional de luchas
En este marco, el Partido Socialismo y Libertad plantea que es perentorio que los trabajadores sigamos movilizados. Es necesario que la protesta en la calle se unifique, se profundice y se masifique.
La huelga de enfermeras, la lucha de los trabajadores eléctricos por su contrato colectivo, y todos los demás conflictos, no pueden quedar circunscritos a protestas parciales en las regiones y centros de trabajo.
Los trabajadores movilizados hemos comprendido en la lucha, que nuestros reclamos son los mismos en todos los sectores. Todos tenemos salarios de hambre. En la práctica se viene produciendo la unidad de los que luchan. Es así como ya han surgido coaliciones y alianzas de trabajadores en Anzoátegui, Lara y Aragua. Es necesario que en todas las regiones, se siga este ejemplo.
No obstante, es urgente que esta unidad se reproduzca a escala nacional. Por ello, nuestro partido ha venido planteando la conformación de una Coalición o Coordinadora Nacional de Luchas.
En tal sentido, llamamos a las federaciones, sindicatos y gremios de la salud, eléctricos, universitario, cementeros, Cantv, petroleros, entre otros a discutir esta propuesta.
Convocamos a las coaliciones ya existentes en Lara, Aragua y Anzoátegui, a que impulsen la unidad de todos los que estamos luchando en todo el país, constituyendo esa coordinadora nacional que unifique y potencie el conflicto y nuestras exigencias.
Impulsemos una movilización unitaria en Caracas
En estas coaliciones de trabajadores debe discutirse la unidad a nivel nacional, y un plan de movilización, que creemos debe partir de convocar una gran marcha nacional de trabajadores en Caracas, que vaya preparando un paro nacional de todos los trabajadores. Discutido previamente en asambleas de base. Debemos ser miles en las calles de la capital. Es necesario golpear unidos para obligar al gobierno a sentarse a discutir con las enfermeras y demás sectores en lucha.
Pero nuestra lucha debe ir más allá. Por el ello el PSL plantea que además del aumento salarial se debe proponer un Plan Económico Popular Alternativo, para que los trabajadores y el pueblo no sigamos pagando la crisis económica; para que sea el gobierno, los empresarios y transnacionales, los que carguen con las consecuencias de la crisis por ellos creada.
En ese sentido, proponemos luchar por el no pago de la deuda externa; porque el petróleo sea 100% estatal sin empresas mixtas ni trasnacionales; por la confiscación de los bienes de los corruptos de Pdvsa e importadores fraudulentos; por fuertes impuestos a las ganancias de empresarios, banqueros y trasnacionales, para que todos esos recursos se utilicen en función de salarios, importación masiva de medicinas y comida, jubilaciones, viviendas, educación, salud, para la recuperación de los servicios públicos, para inversiones en Pdvsa, la recuperación de las empresas básicas, para una reforma agraria democrática, que le de tierras e insumos agrícolas a los campesinos.
*Secretario general del PSL
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