Por Partido Socialismo y Libertad
El Consejo Nacional Electoral convocó a elecciones parlamentarias, previstas constitucionalmente, para el próximo 6 de diciembre. Estas elecciones se producirán con el trasfondo de la más grave crisis social conocida por nuestro pueblo, que desde hace años ya hacía estragos entre la población más pobre pero que ahora se profundiza con el impacto negativo de la pandemia.
El gobierno de Nicolás Maduro y la cúpula cívico-militar ha reconocido 31.381 contagiados y 266 fallecidos por covid-19, hasta el 14 de agosto. Al mismo tiempo, organizaciones gremiales y sindicales han informado la muerte de más de 70 trabajadoras y trabajadores del sector salud, que efectuaban sus labores en centros hospitalarios, sin la necesaria protección ofrecida por insumos de bioseguridad.
Hoy seguimos sin acceso a servicios básicos indispensables como agua, energía eléctrica, gasolina y gas doméstico. Con salarios de hambre, y millones de trabajadores informales sin ningún ingreso para garantizar algo de comida a sus familias. El gobierno intenta obligar a cumplir la cuarentena en estas difíciles condiciones, de allí que se apoye en la represión estatal y paraestatal, con detenciones masivas, tratos vejatorios y castigos corporales a los que la incumplen. Consecuencia lógica de dejar el control del confinamiento a los cuerpos policiales y militares.
El Consejo Nacional Electoral convocó a elecciones parlamentarias, previstas constitucionalmente, para el próximo 6 de diciembre. Estas elecciones se producirán con el trasfondo de la más grave crisis social conocida por nuestro pueblo, que desde hace años ya hacía estragos entre la población más pobre pero que ahora se profundiza con el impacto negativo de la pandemia.
El gobierno de Nicolás Maduro y la cúpula cívico-militar ha reconocido 31.381 contagiados y 266 fallecidos por covid-19, hasta el 14 de agosto. Al mismo tiempo, organizaciones gremiales y sindicales han informado la muerte de más de 70 trabajadoras y trabajadores del sector salud, que efectuaban sus labores en centros hospitalarios, sin la necesaria protección ofrecida por insumos de bioseguridad.
Hoy seguimos sin acceso a servicios básicos indispensables como agua, energía eléctrica, gasolina y gas doméstico. Con salarios de hambre, y millones de trabajadores informales sin ningún ingreso para garantizar algo de comida a sus familias. El gobierno intenta obligar a cumplir la cuarentena en estas difíciles condiciones, de allí que se apoye en la represión estatal y paraestatal, con detenciones masivas, tratos vejatorios y castigos corporales a los que la incumplen. Consecuencia lógica de dejar el control del confinamiento a los cuerpos policiales y militares.