Por: Simón Rodríguez Porras
Partido Socialismo y Libertad
PSL
El 12 de octubre de 2015, el presidente Maduro develó una estatua en Plaza Venezuela, Caracas, en homenaje al cacique Guaicaipuro. Emblema de la resistencia indígena, Guaicaipuro fue un aguerrido caribe que luchó contra los conquistadores españoles en el siglo XVI, ajusticiando a varios invasores de alto rango, como el sanguinario fundador de Mérida, Juan Rodríguez Suárez.
En el acto, Maduro aseguró que el gobierno había recuperado “el orgullo del pueblo por su raíz ancestral (indígena)”, gracias al “despertar de la conciencia que generó el líder” Hugo Chávez. Agregó que la llamada “Revolución Bolivariana” había “reimpulsado” la cosmovisión de los pueblos originarios y el sentido de armonía con la naturaleza. (http://www.correodelorinoco.gob.ve/foto-dia/guaicaipuro-es-exaltado-plaza-venezuela-fotos/). La ex ministra Aloha Núñez fue más allá y aseguró que “sin el Comandante no hubiese sido posible nuestro reconocimiento, tuvo que venir Chávez a liberarnos”.
El gobierno bautizó el paseo en el que se encuentra la nueva estatua como “Paseo de la Resistencia Indígena”. Según Maduro, la resistencia indígena hoy se expresa como “resistencia del pueblo contra la guerra económica, contra la guerra psicológica… pero ahora sí vamos a vencer, porque tenemos una idea”. La estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN), tomó nota de que la estatua se levantó “en el mismo lugar donde los gobiernos de la IV República rendían honores a Cristóbal Colón”. (http://www.avn.info.ve/contenido/estatua-guaicaipuro-caracas-reconoce-ejemplo-heroico-nuestras-ra%C3%ADces-ind%C3%ADgenas)
Ya es habitual y no levanta muchas sorpresas la pintoresca retórica oficial. En este caso, plantea que los indígenas le deben su liberación al “Comandante”, que no pudieron vencer a los conquistadores españoles por carecer de una “idea” de la que ahora sí está dotado el gobierno, y que hoy en día la resistencia indígena consiste en oponerse a una fantasmagórica “guerra económica y psicológica”. Nada nuevo allí. En este caso, más llamativo que lo que se dice es lo que se oculta.
El texto de AVN habla de que en el mismo lugar donde hoy se erige la estatua de Guaicaipuro antes se rendía honores a Colón. Pero lo que el gobierno quiere ocultar a toda costa y hacer olvidar es que hasta el 12 de octubre de 2004 se levantó allí una estatua de Colón. Que una manifestación derribó esa estatua, sufriendo la represión de la Policía de Caracas, a las órdenes de uno de los jefes del chavismo, el entonces alcalde Freddy Bernal. Uno de los manifestantes fue enjuiciado y estuvo preso durante más de un año en los calabozos de la policía política en El Helicoide. El gobierno chavista se vio envuelto en un impasse diplomático con la monarquía española por el derribamiento de la estatua.
¿Cuál fue la posición de Chávez ante estos hechos? Chávez avaló la represión contra los manifestantes y condenó la protesta, pero fue más allá y le reclamó al alcalde del municipio Libertador por haber sido blando a la hora de reprimir: “Yo debo decirle al país con mucha firmeza que no comparto para nada este hecho que me parece horrible, de estar tumbando una estatua. Yo he criticado a Colón, pero eso no justifica que nadie vaya a tumbar una estatua… He dado instrucciones y le reclamé muy duro al alcalde de Caracas, por cierto, porque para nada justifico que no haya actuado la policía”. (Ver video de la represión y las declaraciones de Chávez: https://youtu.be/DoOVgkBefFg?t=3m24s).
Para el gobierno es de suma importancia borrar de la memoria colectiva un incidente que no solamente puso de manifiesto la hipocresía del discurso gubernamental, sino que subrayó la importancia de la movilización autónoma de los sectores populares para conseguir cualquier reivindicación, así sea simbólica, como lo es la demolición de una estatua. Ese es el mal ejemplo que hay que extirpar y borrar de la historia oficial chavista. Debe imponerse la versión de que el gobierno puso una estatua de Guaicaipuro donde antes “los gobierno de la IV República rendían honores a Cristóbal Colón”. Y que la resistencia indígena se acabó cuando llegó Chávez y liberó a los pueblos indígenas.
Los verdaderos continuadores del legado de Guaicaipuro no son los funcionarios del ministerio de asuntos indígenas que consideran que sus pueblos ya han sido liberados, sino los luchadores que día a día se enfrentan en sus tierras a las transnacionales mineras, los militares corruptos, los latifundistas y ganaderos, las mafias de la minería ilegal, y a un gobierno que les niega sus derechos más importantes: el autogobierno y el territorio. Luchando por conquistar esos derechos han sido asesinados en años recientes dirigentes yukpa como Sabino Romero y Alexander Fernández, sin que se haya enjuiciado a los autores intelectuales de esos crímenes. Por defender su territorio han sido criminalizados decenas de dirigentes y luchadores indígenas de diversos pueblos, desde Paraguaipoa hasta Canaima. La resistencia indígena continúa.
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