Internacionalismo proletario frente
a la acción criminal capitalista
Uníos (Perú) y
Arpt-Fuerza (Bolivia)
Declaración conjunta MST (Chile), Unios (Peru), ARPT-Fuerza (Bolivia),
Declaración conjunta MST (Chile), Unios (Peru), ARPT-Fuerza (Bolivia),
organizaciones de la Unidad Internacional de Trabajadores-Cuarta Internacional
La matanza de la Escuela Santa María de Iquique fue una masacre ocurrida en el Norte de Chile el 21 de Diciembre de 1907, en territorios de Bolivia ocupados por el Estado chileno durante la guerra del Pacífico. Fueron asesinados cerca de 3600 obreros del salitre junto a sus familias que estaban en huelga. Fue en el período presidencial de Pedro Montt, detrás de quien estaban los capitalistas imperialistas ingleses, dueños de minas.
Desde principios de 1907, Iquique se encontraba convulsionado por una serie de conflictos debido a la fuerte devaluación del peso y la consiguiente alza de precios. La huelga salitrera propiamente tal estalló el 10 de diciembre en la oficina San Lorenzo, extendiéndose rápidamente a todo el cantón de San Antonio. Cinco días después, una columna de más de dos mil obreros caminó a Iquique en demanda de mejoras salariales y laborales, bajo la firme decisión de permanecer allí hasta que las compañías salitreras dieran respuesta a sus peticiones.
Con el correr de los días la situación se agravó. Mientras que numerosos gremios de Iquique se sumaron al movimiento huelguístico, todos los cantones salitreros se plegaron al paro y, periódicamente, nuevos contingentes de mineros llegaban a la ciudad. Según estimaciones de la época, las cifras de huelguistas oscilaban entre 15 mil a 23 mil personas, lo que implicó que tanto las actividades del puerto como la producción minera de toda la región quedaran paralizadas por completo. El presidente chileno Pedro Montt ordenó la represión militar para aplastar a la huelga.
De las víctimas asesinadas, se estima que cerca del 60% eran peruanos y bolivianos, los cuales murieron hermanados en la muerte a los obreros y familias chilenas, porque no habían sido ellos los que habían trazado las líneas territoriales que separan a los pueblos, y porque el capital no tiene fronteras ni banderas. En el caso de los obreros peruanos y bolivianos, fueron intimados por las Fuerzas Armadas Chilenas, mediante los cónsules de ambos países, a abandonar el lugar antes del ataque militar (con el objetivo evidente de dividir y debilitar a los huelguistas). Pero tanto los bolivianos como los peruanos contestaron que no se irían, que permanecerían junto a sus hermanos de clase chilenos. Escribieron así una emocionante y heroica historia de solidaridad proletaria internacionalista, que los poderes del capital y sus escribas a sueldo ocultaron. Los gobiernos capitalistas de Perú y Bolivia no reclamaron por esa matanza que era incluso un argumento legal para impugnar los tratados de ocupación que había impuesto el Estado chileno mediante la fuerza militar.
A 110 años ninguno de los tres estados rindió homenaje a los héroes proletarios de 1907. Bolivia sigue reclamando una salida soberana al mar que le es negada por el Estado chileno. El mar está hoy privatizado en Chile, en manos de 7 empresas privadas, lo que llevó a pescadores chilenos a afirmar “ni bolivianos ni chilenos tenemos mar”. Los tres estados tienen gobiernos capitalistas entregados al imperialismo y sus transnacionales.
A 110 años de esta criminal acción del Estado chileno y sus Fuerzas Armadas, el Movimiento Socialista de los Trabajadores de Chile, Uníos de Perú y ARPT-Fuerza de Bolivia, organizaciones de la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional declaramos:
1.- Nuestro apoyo a la demanda de Bolivia por salida soberana al mar.
2.- Nuestro llamado a la unidad internacional de los trabajadores y oprimidos contra el capital, para expulsar a las empresas imperialistas que saquean nuestras riquezas, depredan nuestros territorios y explotan a los trabajadores, en la perspectiva de construir una Federación de Repúblicas de los Trabajadores de Latinoamérica, sin transnacionales ni capitalistas.
3.- Nuestro homenaje a los héroes de la clase obrera bolivianos, chilenos y peruanos, que escribieron con sangre el compromiso de hermandad proletaria. Llamamos a las organizaciones del pueblo trabajador de los tres países a rendirle el merecido homenaje.
Enrique Fernández Chacón, Taylor Rojas Rojas, Jorge Corso Portocarrero, dirigentes de Uníos, Perú
Ranier Rios, dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores de Chile
Humberto Balderrama y Gonzalo Sanjines, dirigentes de ARPT-Fuerza de Bolivia
La matanza de la Escuela Santa María de Iquique fue una masacre ocurrida en el Norte de Chile el 21 de Diciembre de 1907, en territorios de Bolivia ocupados por el Estado chileno durante la guerra del Pacífico. Fueron asesinados cerca de 3600 obreros del salitre junto a sus familias que estaban en huelga. Fue en el período presidencial de Pedro Montt, detrás de quien estaban los capitalistas imperialistas ingleses, dueños de minas.
Desde principios de 1907, Iquique se encontraba convulsionado por una serie de conflictos debido a la fuerte devaluación del peso y la consiguiente alza de precios. La huelga salitrera propiamente tal estalló el 10 de diciembre en la oficina San Lorenzo, extendiéndose rápidamente a todo el cantón de San Antonio. Cinco días después, una columna de más de dos mil obreros caminó a Iquique en demanda de mejoras salariales y laborales, bajo la firme decisión de permanecer allí hasta que las compañías salitreras dieran respuesta a sus peticiones.
Con el correr de los días la situación se agravó. Mientras que numerosos gremios de Iquique se sumaron al movimiento huelguístico, todos los cantones salitreros se plegaron al paro y, periódicamente, nuevos contingentes de mineros llegaban a la ciudad. Según estimaciones de la época, las cifras de huelguistas oscilaban entre 15 mil a 23 mil personas, lo que implicó que tanto las actividades del puerto como la producción minera de toda la región quedaran paralizadas por completo. El presidente chileno Pedro Montt ordenó la represión militar para aplastar a la huelga.
De las víctimas asesinadas, se estima que cerca del 60% eran peruanos y bolivianos, los cuales murieron hermanados en la muerte a los obreros y familias chilenas, porque no habían sido ellos los que habían trazado las líneas territoriales que separan a los pueblos, y porque el capital no tiene fronteras ni banderas. En el caso de los obreros peruanos y bolivianos, fueron intimados por las Fuerzas Armadas Chilenas, mediante los cónsules de ambos países, a abandonar el lugar antes del ataque militar (con el objetivo evidente de dividir y debilitar a los huelguistas). Pero tanto los bolivianos como los peruanos contestaron que no se irían, que permanecerían junto a sus hermanos de clase chilenos. Escribieron así una emocionante y heroica historia de solidaridad proletaria internacionalista, que los poderes del capital y sus escribas a sueldo ocultaron. Los gobiernos capitalistas de Perú y Bolivia no reclamaron por esa matanza que era incluso un argumento legal para impugnar los tratados de ocupación que había impuesto el Estado chileno mediante la fuerza militar.
A 110 años ninguno de los tres estados rindió homenaje a los héroes proletarios de 1907. Bolivia sigue reclamando una salida soberana al mar que le es negada por el Estado chileno. El mar está hoy privatizado en Chile, en manos de 7 empresas privadas, lo que llevó a pescadores chilenos a afirmar “ni bolivianos ni chilenos tenemos mar”. Los tres estados tienen gobiernos capitalistas entregados al imperialismo y sus transnacionales.
A 110 años de esta criminal acción del Estado chileno y sus Fuerzas Armadas, el Movimiento Socialista de los Trabajadores de Chile, Uníos de Perú y ARPT-Fuerza de Bolivia, organizaciones de la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional declaramos:
1.- Nuestro apoyo a la demanda de Bolivia por salida soberana al mar.
2.- Nuestro llamado a la unidad internacional de los trabajadores y oprimidos contra el capital, para expulsar a las empresas imperialistas que saquean nuestras riquezas, depredan nuestros territorios y explotan a los trabajadores, en la perspectiva de construir una Federación de Repúblicas de los Trabajadores de Latinoamérica, sin transnacionales ni capitalistas.
3.- Nuestro homenaje a los héroes de la clase obrera bolivianos, chilenos y peruanos, que escribieron con sangre el compromiso de hermandad proletaria. Llamamos a las organizaciones del pueblo trabajador de los tres países a rendirle el merecido homenaje.
Enrique Fernández Chacón, Taylor Rojas Rojas, Jorge Corso Portocarrero, dirigentes de Uníos, Perú
Ranier Rios, dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores de Chile
Humberto Balderrama y Gonzalo Sanjines, dirigentes de ARPT-Fuerza de Bolivia
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