Luis Fuenmayor Toro
Escribí recientemente sobre las posibles salidas constitucionales al gobierno de Nicolás Maduro, lo hice, entre otras cosas, porque estoy convencido que una buena parte de la población y no sólo la dirigencia de la MUD lo anhela. La podredumbre actual del país es inaguantable, inaceptable y hace peligrar nuestra existencia nacional. Querrámoslo o no, nos guste o nos disguste, es así. Los votantes de la Mesa lo desean desde el momento mismo en que le dieron su voto a la actual mayoría parlamentaria. También lo quieren quienes se abstuvieron de votar por los candidatos del Gobierno; muchos de estos, y algunos de los anteriores también, están en una situación muy comprometida, desde el punto de vista de sus sentimientos, pues por un lado quieren que la pesadilla actual termine, pero no desean un regreso al pasado adecocopeyanos y algunos incluso siguen creyendo en las posibilidades del socialismo del siglo XXI y en el liderazgo de Chávez.
Lo primero a enfatizar es que en Venezuela no existe ninguna revolución ni ha habido intención ninguna de realizarla. El modelo económico es el mismo de hace 100 años, no ha habido ningún desarrollo industrial, el reparto de las riquezas no ha variado. Ese cuento de que los pobres han sido dignificados se lo creen quienes están muy lejos de ser pobres. Se ha depauperado a la población y el nivel de vida hoy está en promedio muy por debajo del que se tenía antaño. ¿Socialismo? ¿Dónde? Ni en Cuba, a confesión de Fidel hace unos años, cuando dijo que el modelo cubano no le servía ni a los cubanos. ¿Nueva democracia de los consejos comunales y las comunas? ¿Y el resto de los venezolanos que mayoritariamente no está en ninguna comuna ni en ningún consejo comunal qué? Quisiera que alguien me señalara cuál es mi consejo comunal y desde cuándo lo es. Así como sé a cuál parroquia pertenezco, cuál es mi concejo municipal, cual es mi centro de votación y mi junta de condominio, y sé además por qué lo son, debería saber cuál es mi comuna y mi consejo comunal.
Al no poder convencer a la mayoría de los venezolanos, quieren un congreso de representantes de los consejos comunales, elegidos por la minoría de la gente, en reuniones controladas por unos delincuentes que se hacen llamar colectivos revolucionarios, que le arrebatan la decisión al resto de los venezolanos. ¿A quién quieres engañar Toby? ¿Proponen una democracia de segundo grado que se eliminó en el país desde 1947? La misma democracia que practicaron con la MUD en la Asamblea Nacional, para repartirse los diputados del PARLASUR y del PARLATINO? Ah… Ahora cambian la democracia participativa y protagónica por una de elección indirecta y no universal. Ah… Ahora no les gusta “un hombre un voto”, sino quieren engañar y manipular con el voto delegado, público, a mano alzada, para poder castigar a quien se atreva a votar en contra. Por eso no quieren darle la propiedad de sus apartamentos a los de la Misión Vivienda, para amenazarlos con quitarles la vivienda.
Estos supuestos socialistas, escribidores pagados, que se declaran “chavistas siempre”, no creen realmente en nada de lo que pregonan, ni tampoco en la democracia ni la justicia social. Lo único que quieren es seguir chupando de la teta petrolera, como mercenarios pagados por PDVSA. Seguir disfrutando de las mieles del poder. No les interesa el desarrollo de la patria, ni la independencia nacional, consigna que sólo sirve para llenarse la boca. Odian a la burguesía venezolana, pero se inclinan y aclaman a las burguesías brasilera, argentina, china y rusa. Quieren independencia política del imperialismo, pero no les importa ser dependientes de Cuba. Es un discurso vacío y contradictorio como el de la MUD, a quienes no les gusta nada de los cubanos ni de nadie que se les parezca, pero les encanta depender de los gringos y dejar en sus manos el manejo de nuestros asuntos.
Estos expertos en la arenga pseudorrevolucionaria se presentan como fieles exponentes de la pureza chavecista, como ideólogos y políticos formados, que dictan cátedra a través del portal de Aporrea. Sus fuentes son sin embargo los manuales heredados de la Unión Soviética. No se han dado cuenta que el socialismo que pregonan realmente nunca existió, ni han analizado las causas del derrumbe de la URSS luego de 70 años ni del fracaso de Cuba y pretenden, en forma suicida, que Venezuela siga un camino, que la práctica ya demostró totalmente equivocado. No tienen la más mínima creatividad ni preparación para señalar alternativas reales para el desarrollo y bienestar de nuestra nación.
La Razón, pp A-6, 14-2-2016, Caracas
Lo primero a enfatizar es que en Venezuela no existe ninguna revolución ni ha habido intención ninguna de realizarla. El modelo económico es el mismo de hace 100 años, no ha habido ningún desarrollo industrial, el reparto de las riquezas no ha variado. Ese cuento de que los pobres han sido dignificados se lo creen quienes están muy lejos de ser pobres. Se ha depauperado a la población y el nivel de vida hoy está en promedio muy por debajo del que se tenía antaño. ¿Socialismo? ¿Dónde? Ni en Cuba, a confesión de Fidel hace unos años, cuando dijo que el modelo cubano no le servía ni a los cubanos. ¿Nueva democracia de los consejos comunales y las comunas? ¿Y el resto de los venezolanos que mayoritariamente no está en ninguna comuna ni en ningún consejo comunal qué? Quisiera que alguien me señalara cuál es mi consejo comunal y desde cuándo lo es. Así como sé a cuál parroquia pertenezco, cuál es mi concejo municipal, cual es mi centro de votación y mi junta de condominio, y sé además por qué lo son, debería saber cuál es mi comuna y mi consejo comunal.
Al no poder convencer a la mayoría de los venezolanos, quieren un congreso de representantes de los consejos comunales, elegidos por la minoría de la gente, en reuniones controladas por unos delincuentes que se hacen llamar colectivos revolucionarios, que le arrebatan la decisión al resto de los venezolanos. ¿A quién quieres engañar Toby? ¿Proponen una democracia de segundo grado que se eliminó en el país desde 1947? La misma democracia que practicaron con la MUD en la Asamblea Nacional, para repartirse los diputados del PARLASUR y del PARLATINO? Ah… Ahora cambian la democracia participativa y protagónica por una de elección indirecta y no universal. Ah… Ahora no les gusta “un hombre un voto”, sino quieren engañar y manipular con el voto delegado, público, a mano alzada, para poder castigar a quien se atreva a votar en contra. Por eso no quieren darle la propiedad de sus apartamentos a los de la Misión Vivienda, para amenazarlos con quitarles la vivienda.
Estos supuestos socialistas, escribidores pagados, que se declaran “chavistas siempre”, no creen realmente en nada de lo que pregonan, ni tampoco en la democracia ni la justicia social. Lo único que quieren es seguir chupando de la teta petrolera, como mercenarios pagados por PDVSA. Seguir disfrutando de las mieles del poder. No les interesa el desarrollo de la patria, ni la independencia nacional, consigna que sólo sirve para llenarse la boca. Odian a la burguesía venezolana, pero se inclinan y aclaman a las burguesías brasilera, argentina, china y rusa. Quieren independencia política del imperialismo, pero no les importa ser dependientes de Cuba. Es un discurso vacío y contradictorio como el de la MUD, a quienes no les gusta nada de los cubanos ni de nadie que se les parezca, pero les encanta depender de los gringos y dejar en sus manos el manejo de nuestros asuntos.
Estos expertos en la arenga pseudorrevolucionaria se presentan como fieles exponentes de la pureza chavecista, como ideólogos y políticos formados, que dictan cátedra a través del portal de Aporrea. Sus fuentes son sin embargo los manuales heredados de la Unión Soviética. No se han dado cuenta que el socialismo que pregonan realmente nunca existió, ni han analizado las causas del derrumbe de la URSS luego de 70 años ni del fracaso de Cuba y pretenden, en forma suicida, que Venezuela siga un camino, que la práctica ya demostró totalmente equivocado. No tienen la más mínima creatividad ni preparación para señalar alternativas reales para el desarrollo y bienestar de nuestra nación.
La Razón, pp A-6, 14-2-2016, Caracas
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