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martes, 30 de julio de 2013

Manipulación y amenazas

Por: Luis Fuenmayor Toro 
(La Razón)
Lun 29/07/2013 

Caracas, 28/07/2013.- A veces es mejor callar que inventar argumentos. Es más sincero y honesto decir que se enfrenta el paro universitario porque se está con el gobierno y contra la educación universitaria actual, en lugar de inventar golpes y otras novelas, que han estado presentes en el discurso oficial desde hace tiempo, sin paro universitario. Ah… El paro es de las universidades autónomas y de las experimentales, 18 en total, y se da no porque la FAPUV lo haya decidido, sino porque los profesores en asambleas o referendos lo decidieron. Los estudiantes hoy siguen solicitando se financien las providencias estudiantiles (becas, pasantías, comedor, transporte y bibliotecas), que son una conquista de la huelga universitaria de más de 4 meses de 1988, en la que actuaron con entusiasmo quienes hoy nos gobiernan y quienes los apoyan, bien como estudiantes o como profesores. El gobierno de entonces decía que el paro era profesoral y que los estudiantes eran manipulados. ¿Qué les parece?

Quienes escriben irresponsablemente deberían saber que la creación de FAMES (seguro HCM estudiantil universitario) fue producto de la huelga de 1988. Si se leyera un poquito antes de escribir sandeces, se sabría que la huelga estudiantil en Latinoamérica siempre ha sido un instrumento de lucha de los estudiantes. Revísense el caso de la Reforma de Córdoba de 1918. Los obreros universitarios no están en paro pues, a través de sus sindicatos, discutieron sus reivindicaciones, mientras que a los docentes nos quieren imponer el sindicato que discutirá por nosotros, una federación de maletín dirigida por alguien que todavía no es profesor y por quien nadie ha votado. Se escogió el mismo y el gobierno lo ratificó. Muy democrático, participativo y constitucional.

El problema de no haber estudiado matemática en la secundaria hace que escribidores alegres no sepan sacar las cuentas más simples, por lo que llegan a afirmar que el aumento otorgado por el Gobierno (mucho mayor que el inicialmente ofrecido gracias a la huelga) es mayor que si se aplicaran las Normas de Homologación. No saben sacar porcentajes. El incremento por las normas sería de 180 por ciento de una vez y con retroactivo, y los beneficios adicionales superarían los otorgados a regañadientes por el gobierno. Pero no voy a insistir en este tema. A estudiar matemática elemental.

Cuando hay conflicto siempre se trae el argumento de las auditorías universitarias, demostrándose una ignorancia supina o simple necedad. El Gobierno sabe en qué se gastan los recursos de las universidades, pues es quien estudia las solicitudes de las instituciones y aprueba sus presupuestos. La Contraloría General de la Nación las audita y las controla a través de sus órganos regulares, entre ellos las contralorías existentes en cada casa de estudios. Para otorgar nuevo presupuesto hay que informar el uso dado al presupuesto anterior y, si quedó un remanente sin utilizar, debe ser incorporado como saldo inicial de caja del presupuesto del año siguiente. ¿Auditorías públicas? No sé qué es eso ni cómo se come. No defiendo la administración de ningún rector, ni creo que utilicen los recursos en la mejor forma posible o que no haya rateros en las universidades. Pero ante ello, el Gobierno no actúa, sólo desprestigia a las instituciones. Si hay malversación, pues procedan como deben, cumplan con su deber y dejen la lloradera.

La Fundación UCV y otras fundaciones deben presentar sus cuentas y balances e informes de gestión, sin los atrasos ocurridos. La Contraloría debe auditarlos, pues es el organismo técnico y legal para ello. ¿Por qué si se habla tanto de corrupción en estos organismos no se procede legalmente? ¿Hasta cuándo vamos a oír denuncias del gobierno y de sus simpatizantes sin que nada ocurra, sin que se abra una averiguación seria y se determine la veracidad de las denuncias? Parece un jueguito perverso donde al Gobierno le interesa sólo el desprestigio, la propaganda y la ganancia política o electoral, pero no descubrir lo que sucede ni resolver la situación. Nuestra universidad no escapa a la lógica de nuestra sociedad capitalista, dependiente, rentista, importadora, no productiva y subdesarrollada. ¿O es que estamos en otra sociedad?

Que las Normas de Homologación hayan sido aprobadas por Luis Herrera no significa que no hayan sido beneficiosas, para mantener el poder de compra de los sueldos universitarios. El Metro lo inició Luis Herrera y lo usamos como transporte; del Guri de Leoni obtenemos el 70 por ciento de la electricidad nacional. No se pide que la FAPUV sea el único interlocutor. Decir esto es engañoso y manipulador. Se pide que se discuta también con una federación que reúne a las asociaciones de profesores de 18 universidades, las cuales tiene el mayor número de profesores afiliados. No es una posición de soberbia infinita; sabemos bien dónde están los soberbios. Si el gobierno hubiera llamado a los representantes legítimos de los profesores y a las autoridades de las universidades, que son nuestros patronos, la situación sería otra. Si no hubiera querido contrabandear contenidos académicos y legales, propios de otros instrumentos y no de contratos colectivos, el caso sería distinto. Parecería que en el Gobierno hay gente que quiere causarle problemas al Presidente. Es con ellos con quienes deberían tener más cuidado en lugar de estar viendo golpistas en cada venezolano que hace una crítica o realiza una petición.

Otra muestra de ignorancia es decir que a los gobierno no les interesa la violencia en las universidades. Desconocen lo sucedido desde 1960 hasta 1998, cuando el bipartidismo utilizaba la violencia en las universidades para atemorizarlas y controlarlas. Las instalaciones de la UCV fueron muchas veces ametralladas por enviados de los gobiernos adecos, que luego decían que eran enfrentamientos entre grupos contrarios de la propia universidad. ¿Qué les parece la similitud con el presente? Hemos sido testigos de las embestidas de facinerosos del gobierno, dirigidos por un “adalid intrépido”, quien actúa con protección gubernamental. Que la MUD use demagógica y oportunistamente las protestas contra el Gobierno no es de extrañar. Supongo que no se querrá que López, Capriles, Ledesma, María Corina, defiendan al Gobierno. Lo que ellos hacen es lo lógico para sus intereses, habría que analizar si lo que el Gobierno hace está también de acuerdo con los suyos y los de Venezuela.

El paro petrolero de 2002-2003 y los paros previos empresariales, pues no eran huelgas, ya que éstas corresponden a los trabajadores, tenían como objetivo derrocar al Gobierno y no la obtención de reivindicaciones. Incluso, en aquel momento hubo autoridades universitarias que en sus dependencias (facultades, departamentos) interrumpieron ilegalmente la docencia en clara posición golpista, pues no hubo asambleas de profesores ni estudiantiles que decretaran un paro; las decisiones de suspensión fueron de algunas autoridades y organismos de cogobierno, sin pedir opinión del profesorado ni del estudiantado. Ésos sí eran paros golpistas, aunque no les guste a los protagonistas de entonces que se los recuerde. La huelga actual no fue decidida por ninguna instancia del cogobierno y no tiene intención de derrocar al presidente Maduro. La huelga de 4 meses que realizamos en 1988 no tenía como objetivo tampoco el derrocamiento de Jaime Lusinchi.

Por último, quienes escriben contra las justas peticiones actuales y se presentan como muy preocupados por el futuro de la educación superior son simples manipuladores, que aviesamente hacen un símil con el “lock out” petrolero de 2002 para pedir que se haga con las universidades lo que se hizo con PDVSA. Esa intención de “depurar” el sistema universitario y colocarlo en manos de docentes de gran “compromiso” con la patria no es sino la mayor depravación a que se pueda llegar. Ya Gómez lo hizo al cerrar 10 años la UCV por anidar unos revoltosos enemigos de la nación. Y lo hizo también Pérez Jiménez con argumento parecido. Caldera I la cerró e intervino y modificó su ley por las mismas razones. La propuesta, esta vez en boca de algunos “revolucionarios” actuales, no deja dudas de que el pasado y el presente son iguales en políticas e intenciones pero con otros protagonistas.

Por favor… No mencionen al Libertador para justificar un atropello de esta calaña. Si leyeran, si conocieran la actitud de Bolívar con la universidad colonial, el trato que le dio, cómo tomó en cuenta la opinión de su claustro monárquico para el necesario cambio a universidad republicana; cómo lo convocó a participar en el diagnóstico y en el quehacer y como dejó en sus manos la elección de José María Vargas como su primer rector médico, no hablarían de paradigma bolivariano para justificar lo que no es más que un plan canalla de intervención, que desea terminar de hacer lo que los gobiernos adeco copeyanos dejaron incompleto.

La Razón, pp A-8, 28-7-2013, Caracas

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