Estos son
fragmentos de una de las tantas correspondencias que mantuviera Ernesto Guevara
con su madre Celia de la Serna, durante su vida. Che no perdía oportunidad,
desde cualquier lugar del mundo donde se encontrara, para escribirle. Esta
misiva aparece entre un extenso número de cartas a sus familiares, las cuales
fueron recogidas por el padre, Ernesto Guevara Linch, en el libro `Aquí va un
soldado de América`. Cabe señalar que en el texto, el autor omite las
referencias a temas íntimos de la familia.
México,
julio 15 de 1956
No soy
Cristo y filántropo, vieja, soy todo lo contrario de un Cristo, y la filantropía
me parece cosa de... (palabra ilegible), por las cosas que creo, lucho con toda
las armas a mi alcance y trato de dejar tendido al otro, en vez de dejarme
clavar en una cruz o en cualquier otro lugar. Con respecto a la huelga de
hambre estás totalmente equivocada: dos veces la comenzamos, a la primera
soltaron a 21 de los 24 detenidos, a la segunda anunciaron que soltarían a
Fidel Castro, el jefe del Movimiento, eso sería mañana, de producirse como lo
anunciaron quedaríamos en la cárcel sólo dos personas. No quiero que creas como
insinúa Hilda que los dos que quedamos somos los sacrificados, somos
simplemente los que no tienen los papeles en condiciones y por eso no podemos
valernos de los recursos que usaron nuestros compañeros. Mis proyectos son los
de salir al país más cercano que me dé asilo, cosa difícil dada la fama
interamericana que me han colgado, y allí estar listo para cuando mis servicios
sean necesarios. Vuelvo a decirles que es fácil que no pueda escribir en un
tiempo más o menos largo.
Lo que
realmente me aterra es tu falta de comprensión de todo esto y tus consejos
sobre la moderación, el egoísmo, etc, es decir las cualidades más execrables
que pueda tener un individuo. No sólo no soy moderado sino que trataré de no
serlo nunca, y cuando reconozca en mi que la llama sagrada ha dejado lugar a
una tímida lucecita votiva, lo menos que pudiera hacer es ponerme a vomitar
sobre mi propia mierda. En cuanto a tu llamado al moderado egoísmo, es decir,
al individualismo ramplón y miedoso, a las virtudes de XX (1) debo decirte que
hice mucho por liquidarlo, no precisamente a ese tipo desconocido, menguado,
sino al otro, bohemio, despreocupado del vecino y con el sentimiento de
autosuficiencia por la conciencia equivocada o no de mi propia fortaleza. En estos
días de cárcel y en los anteriores de entrenamiento me identifique totalmente
con los compañeros de causa. Me acuerdo de una frase que un día me pareció
imbécil o por lo menos extraña, referente a la identificación tan total entre
todos los miembros de un cuerpo combatiente, que el concepto yo había
desaparecido totalmente para dar lugar al concepto nosotros. Era una moral
comunista y naturalmente puede parecer una exageración doctrinaria, pero
realmente era (y es) lindo poder sentir esa remoción de nosotros...
(Las manchas
no son lágrimas de sangre, sino jugo de tomate.) (2)
Un profundo error tuyo es creer que de la moderación o el «moderado egoísmo» es de donde salen inventos mayúsculos o obras maestras de arte. Para toda obra grande se necesita pasión y para la revolución se necesita pasión y audacia en grandes dosis, cosas que tenemos como conjunto humano. Otra cosa rara que te noto es la repetida cita de Tata Dios, espero que no vuelvas a tu redil juvenil. También prevengo que la serie de S.O.S. que lanzaron no sirve para nada: Petit se cagó, Lezica escurrió el bulto y le dio a Hilda (que fue contra mis órdenes) un sermón sobre las obligaciones del asilado político. Raúl Lynch se portó bien, desde lejos, y Padilla Nervo dijo que eran ministerios distintos. Todos podían ayudar pero a condición de que abjurara de mis ideales, no creo de vos que prefieras un hijo vivo y Barrabás a un hijo muerto en cualquier lugar cumpliendo con lo que él considere su deber.
Un profundo error tuyo es creer que de la moderación o el «moderado egoísmo» es de donde salen inventos mayúsculos o obras maestras de arte. Para toda obra grande se necesita pasión y para la revolución se necesita pasión y audacia en grandes dosis, cosas que tenemos como conjunto humano. Otra cosa rara que te noto es la repetida cita de Tata Dios, espero que no vuelvas a tu redil juvenil. También prevengo que la serie de S.O.S. que lanzaron no sirve para nada: Petit se cagó, Lezica escurrió el bulto y le dio a Hilda (que fue contra mis órdenes) un sermón sobre las obligaciones del asilado político. Raúl Lynch se portó bien, desde lejos, y Padilla Nervo dijo que eran ministerios distintos. Todos podían ayudar pero a condición de que abjurara de mis ideales, no creo de vos que prefieras un hijo vivo y Barrabás a un hijo muerto en cualquier lugar cumpliendo con lo que él considere su deber.
Las
tratativas de ayuda no hacen más que poner en aprietos a ellos y a mí....
Además es cierto que después de deshacer entuertos en Cuba me iré a otro lado cualquiera y es cierto también que encerrado en el cuadro de una oficina burocrática o en una clínica de enfermedades alérgicas estaría jodido. Con todo, me parece que ese dolor, dolor de madre que entra en la vejez y que quiere a su hijo vivo, es lo respetable, lo que tengo obligación de atender y lo que además tengo ganas de atender, y me gustaría verte no sólo para consolarte, sino para consolarme de mis esporádicas e inconfesables añoranzas. Vieja, te besa y te promete su presencia si no hay novedad. Tu hijo,
el CHE
Además es cierto que después de deshacer entuertos en Cuba me iré a otro lado cualquiera y es cierto también que encerrado en el cuadro de una oficina burocrática o en una clínica de enfermedades alérgicas estaría jodido. Con todo, me parece que ese dolor, dolor de madre que entra en la vejez y que quiere a su hijo vivo, es lo respetable, lo que tengo obligación de atender y lo que además tengo ganas de atender, y me gustaría verte no sólo para consolarte, sino para consolarme de mis esporádicas e inconfesables añoranzas. Vieja, te besa y te promete su presencia si no hay novedad. Tu hijo,
el CHE
Al finalizar
el texto indica el padre: “Tengo la certeza de que la cárcel acabó por definir
totalmente a Ernesto. En esta carta se define con precisión: es un
revolucionario con su llama sagrada. En ella hace una profunda autocrítica
cuando reconoce que en determinado momento ha sido bohemio despreocupado y
autosuficiente”.
(1) Persona
de nuestra amistad.
(2) Se refería a dos manchitas rojas que ensuciaban el papel de la carta.
Fuente: cubasi.cu
(2) Se refería a dos manchitas rojas que ensuciaban el papel de la carta.
Fuente: cubasi.cu
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