Mié 20/04/2011 - 16:53
Por: La Protesta (Bolivia)
Durante 10 días de huelga general y bloqueos más de 100.000 trabajadores, maestros, salubristas, fabriles, universitarios, participaron cada día en las acciones, derrochando fuerza y voluntad de lucha. En esos días el movimiento se fue fortaleciendo y ganando apoyo social. Así lo demostró el Encuentro de los Ayllus, Movimiento Sin Tierra y Fejuve de El Alto realizado en Cochabamba que se pronunció en solidaridad con la huelga, las declaraciones de Rafaél Quispe, dirigente de la CONAMAQ, así como miles de expresiones individuales del pueblo, así como de gente que se unía y se solidarizaba espontáneamente con los bloqueos.
Esta fuerza obligó al gobierno a negociar, cuando originalmente se había negado.
Sin embargo, el acuerdo que firmó la COB y que aprobaron la mayoría de las organizaciones sindicales, contenía muy poco de lo reclamado. Ni siquiera el 15% pedido por la COB, que ya era menor a la inflación de alimentos (calculada por el CEDLA en 18,5% y para cualquier mujer u hombre que compre en los mercados en bastante más). La COB no aprovechó el apoyo popular a la huelga, convocando a organizaciones sociales como la FEJUVE de El Alto o el COMCIPO de Potosí, tomando sus demandas.
Tampoco respondió a la provocación del gobierno que dijo que tenían que decir de adonde sacaban el dinero para los aumentos. ¡Esto ya lo contestó el pueblo en el 2003!: Expropiar a las transnacionales, nacionalizar 100% los recursos naturales e industrializarlos en el país. ¡Esa es la respuesta! Pero la COB no contestó nada y ahora nombró una comisión para “buscar financiamiento”!
Evo dijo, encima, que “siempre” había dado este gobierno aumentos por encima de la inflación. Es fácil demostrar que no es cierto y lo entiende cualquiera. Los aumentos salariales no fueron por encima de la inflación porque hace 5 años, con el salario se podía comprar más alimentos que lo que se puede comprar ahora. Esto lo podemos ver en algo tan simple como el pan (antes 5 por 1 Bs., ahora 2 por 1 Bs). Y además el porcentaje del producto nacional bruto destinado a salarios disminuyó del 36% al 25%, según demostró CEDLA con datos del INE. Es decir que las transnacionales y las grandes empresas se llevan más y el salario real bajó.
La COB firmó un acuerdo adonde se habla de la “defensa del derecho de huelga” (que es algo constitucional, es decir que no hace falta que lo acuerden), pero no exigió, como se hace en cualquier discusión de un acuerdo laboral después de una huelga, que no se descuenten los días de huelga y que no haya represalias. Todavía no se secó la tinta del acuerdo, cuando ya el ministro de Trabajo afirmó que descontarán los días de huelga y dirigentes cocaleros masistas anuncian que los maestros que hicieron huelga “que no vuelven a sus trabajos”. El “derecho de huelga” es un papel mojado, como todas las promesas de este gobierno. Por otra parte, si se concretara el descuento de los días de huelga, esto sumaría más dinero que todo el 2% adicional, supuestamente ganado, durante todo el año.
En estas condiciones, pese a la fuerza de la huelga, no puede hablarse de haber logrado un “triunfo” como afirmaron dirigentes de la COB e incluso del magisterio paceño. Pero, es muy importante destacar que los trabajadores mostraron que tienen la fuerza para defender sus derechos y su salario.
Mostrando su total desprecio por los acuerdos, a sólo un día de haberlos firmado, el gobierno arremete en una ofensiva contra los trabajadores y organizaciones sindicales, movilizando a sectores cocaleros contra los sindicatos obreros, latiguearon y quemaron muñecos “dirigentes trotskistas” y denunciando un supuesto complot entre la COB y la derecha para derrocar al gobierno.
Mostrando su total desprecio por los acuerdos, a sólo un día de haberlos firmado, el gobierno arremete en una ofensiva contra los trabajadores y organizaciones sindicales, movilizando a sectores cocaleros contra los sindicatos obreros, latiguearon y quemaron muñecos “dirigentes trotskistas” y denunciando un supuesto complot entre la COB y la derecha para derrocar al gobierno.
Alvaro García linera afirmó, sin aportar la menor prueba, que la oposición se reagrupó en un "bloque de derecha restaurador" conformado por Unidad Nacional (UN), PPB-Convergencia Nacional, el Movimiento Sin Miedo (MSM), dirigentes trotskistas del magisterio urbano, Comité Cívico de Tarija, dirigentes de la COB, Gobernación de Santa Cruz y la Federación de Trabajadores en Salud (Fensegural).
El discurso es repetido. Igual acusaron al COMCIPO de Potosí, a la CIDOB, a Fanny Nina, presidente consecuente y combativa de la FEJUVE de El Alto, a los que encabezaron la lucha contra el gasolinazo, de ser “agentes de la derecha”. Resulta que reclamar un aumento salarial acorde a la inflación, o incluso menor como el 15% que pidió la COB, sería algo “de derecha”. Pero lo que hace el gobierno: rechazar el pedido de aumento salarial, reprimir a los trabajadores y acordar con el FMI la política económica de no aumentar los salarios, como hicieron todos los gobiernos neoliberales del pasado, sería “de izquierda”. ¡Un disparate! Y muestra, más claramente que nunca, a un gobierno reaccionario, comprometido con los terratenientes, las transnacionales y el FMI igualito que anteriores gobiernos neoliberales.
Mientras el gobierno decía que “negociaba” el acuerdo con la COB, Arce Catacora en Estados Unidos y reunido con el FMI y el Banco Mundial en el “Spring Meetings”, decía que no habría ningún aumento superior al 10% y que los aumentos de precios están bien porque “frenan el contrabando”. Es decir que el acuerdo más importante de este gobierno es con el FMI, un acuerdo de contener el gasto público a costa de los asalariados y seguir aumentando las ganancias de grandes empresas y transnacionales. Y el acuerdo con la COB fue sólo para frenar la huelga, pero ya lo están incumpliendo a las pocas horas.
Los grandes empresarios, base social de la derecha, estuvieron claramente en contra del aumento salarial, con los mismos argumentos neoliberales del gobierno.
El gobierno se salió con la suya de desmontar la gran huelga y movilización sin ceder casi en nada.
Pero solo postergó el conflicto. Los trabajadores debemos sacar lección de esta gran huelga y prepararnos para poder reclamar con la misma fuerza, pero junto a otros sectores sociales populares, un salario justo y soluciones de fondo para el país. Para eso necesitamos también nuevos dirigentes. Para encarar la lucha por la Agenda de Octubre, una solución de fondo para tener empleos dignos, salarios justos, salud pública gratuita, buena educación para nuestros hijos. Para lograr esto hay que terminar con el saqueo de las transnacionales a las que este gobierno defiende.
20 abril 2011
La Protesta. Bolivia.
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