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lunes, 28 de marzo de 2016

Alertan sobre intención de apagar las últimas celdas de reducción en Alcasa

Alcasa es la pionera en reducción de aluminio 
primario en Venezuela, tras más de 40 años 
de historia la crítica condición operativa la 
acerca al cierre de sus líneas
Foto Clavel Rangel


Correl del Caroní
Clavel A. Rangel Jiménez
28.03.2016 

El comité ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de CVG Alcasa (Sintralcasa) alertó este domingo sobre las intenciones del Gobierno de apagar las únicas celdas que sobreviven en la reductora del aluminio.

El secretario general Henry Arias subrayó que, aunque son rumores, la historia les hace pensar que “cuando el río suena, es porque piedras trae”.

“Hoy cuando los presidentes comentan sobre una evaluación que está haciendo el ministro de Energía Eléctrica, junto al ministro de Industrias y Comercio sobre las empresas básicas de Guayana en el marco de la crisis eléctrica nacional y sumando la falta de alúmina, debemos estar atentos, ya que en el pasado alertamos sobre el cierre de Línea I y II y nos llamaron profetas del desastre, usando el eslogan Línea I y II no se cierran, se reimpulsan desmintiendo lo que decíamos, pero finalmente la cerraron”.


Arias expuso que la idea de apagar las 60 celdas conectadas, de un parque de 396, viene alimentada por la idea de que la reductora puede convertirse en una gran transformadora.

El sindicato está en desacuerdo con el nuevo modelo que se pretende imponer a la compañía. “Hay muchas malas experiencias que nos obliga a defender nuestras líneas de producción. Son muchas las empresas cerradas en el país, de donde han echado trabajadores a la calle por falta de aluminio primario”.

“Transformadoras ya hay muchas en el país, pero reductoras solo dos, Alcasa y Venalum”, acotó.

El secretario general resaltó, sin embargo, que aunque no sea una decisión las condiciones operativas de la planta está llevando a su progresivo cierre. “Entendemos que hay una crisis eléctrica nacional y falta de alúmina por crisis en Bauxilum, pero debemos defender nuestras líneas de reducción de aluminio y los puestos de trabajo”.

El sindicato exhortó al presidente de la fábrica, Reinaldo Salas, a reunirse con los mejores técnicos de Alcasa. “Ante los fracasos que nos han echado, grupos corruptos hoy tenemos que hablar claro y no esconder la verdad, eso vital para todos, hay quien haya que denunciar por la pérdida de los recursos que envió el Estado, hay que denunciarlo, caiga quien caiga. Ya basta de impunidad y complicidad”.

Calidad

De las pocas celdas conectadas, informó Arias, ninguna ha logrado superar el 60 por ciento de calidad de metal. Las celdas están “enfermas y contaminadas” porque no hay herramientas para que los trabajadores garanticen su estabilización, pese a que el Gobierno invirtió 409 millones de dólares y el entonces presidente de Alcasa, Ángel Marcano, prometió que para diciembre de 2015 habría 300 celdas conectadas.

“Para su conocimiento presidente Salas, las pocas celdas están sostenidas con los pulmones de nuestros trabajadores, quienes gracias a su esfuerzo y la poca materia prima, le mantienen la llama encendida, aunque no podemos ocultar su deterioro; costo que estamos pagando los alcasianos con la salud”, manifestaron en un comunicado.

Los trabajadores se preguntan sobre el destino de las inversiones y la nula efectividad de los recursos. “¿Qué destino nos tienen guardado?”, inquirió Arias.

“Hemos visto cómo el gobierno ha enviado recursos millonarios en dólares y bolívares y nuestra empresa sigue de mal en peor, adeudando pasivos laborales a los trabajadores, como bono de alimentación, ahorros prestaciones etc. ¿A dónde fueron a parar las inversiones de las líneas de producción?”.

Cierre progresivo

En 2009 el Gobierno decidió cerrar las líneas I y II de CVG Alcasa en plena implementación del recorte energético. La coyuntura fue aprovechada para acabar, dijeron, con un grave problema ambiental que perjudicaba a los trabajadores.

Desde entonces, el Ejecutivo defendió centrar esfuerzos en mantener la capacidad instalada de 396 celdas operativas, reductoras de aluminio primario.

Las líneas, sin embargo, se han ido apagando progresivamente pese a los anuncios de inversiones, los contratos con empresas chinas como Chalieco e, incluso, la importación de aluminio primario.

Bajo el pretexto de convertir a Alcasa en una transformadora, el Ejecutivo ha dejado colar la idea de que es preferible la importación de aluminio antes que su producción en Venezuela.

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