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miércoles, 18 de febrero de 2015

Lucha sindical entre traiciones, burocracia e intereses políticos


Scarlet Di yesi

Hablar del sindicalismo no es nada fácil, porque es inevitable remontarse tanto a la historia que data desde hace aproximadamente 129 años de combates obreristas, como a la actualidad donde vemos como un vía crucis, que se repiten los episodios de traición, burocracia e interese políticos, que se mantienen como una piedra de tranca que evita avanzar hacia el progreso, la producción e incluso la economía del País y donde las consecuencias siempre terminan pagándolas los trabajadores.

Si bien es cierto, que los dirigentes de Chicago de 1.886, desafiaron el oscurantismo, los privilegios de la época, y sus ideas ganaron grandes reivindicaciones para la clase obrera a costa de la muerte, no es menos cierto, que el desafío en la actualidad, es el respeto, la autonomía, el pluralismo y la democracia sindical, para contrarrestar los grandes vicios y mafias que siempre se han mantenido de una u otra forma aprovechando el movimiento sindical, para sus maniobras políticas, sus privilegios económicos y el preservar sus curules a costa del desmedro de los trabajadores, sin importarles vender su propia clase.


Es importante hacer memoria para enfrentar las nuevas arremetidas contra la clase obrera. En el año 1999, se había abierto una brecha que aparentemente vislumbraba la posibilidad de iniciar un cambio en el movimiento sindical, por todo lo que implicó el proceso constituyente de este ámbito, y la ratificación del respeto a la autonomía sindical, plasmada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que además, incluyó tres determinaciones constitucionales donde establece que; los dirigentes sindicales debían rendir declaración de bienes, debían ser elegidos democráticamente por los trabajadores y ser relegitimados mediante proceso electoral, esto daba a entrever que la cosa iba por buen camino. Y efectivamente se dieron los procesos electorales para relegitimar las organizaciones sindicales a nivel nacional, pero la celestina de los partidos políticos de la cuarta república, llamada CTV, en su famoso proceso de elecciones del 2001, hizo todo lo contrario a lo establecido en el marco legal, es decir, quiso mantener los viejos esquemas y designaron a dedo al flamante Carlos Ortegas, y en su afán por mantener el poder, quisieron utilizar al movimiento sindical para propósitos políticos aliándose a FEDECAMARAS, los cuales salieron con las tablas en la cabeza.

Todos saben cómo se dieron los intentos de golpe contra el Presidente Chávez, hasta llegar al Paro Sabotaje Petrolero en abril del año 2002, y luego de controlada la situación, la reacción de los trabajadores no se hizo esperar e inmediatamente surgen las ideas de impulsar la UNT (UNIÓN NACIONAL DE TRABAJADORES) la cual rápidamente se dio a conocer y se ganó el respeto, la simpatía, solidaridad y confianza de las organizaciones sindicales a nivel nacional.

En aquel momento se pensó que el problema del movimiento sindical estaba resuelto, pues la CTV seria sustituida por una Central verdaderamente autónoma, democrática y pluralista que no era otra que la UNT.

Provisionalmente conformada por todas las corrientes en forma horizontal, respetando la pluralidad dentro de los mismos cuadros de la revolución, las cuales, de mutuo acuerdo, celebrarían los Congresos necesarios para darle forma constitucional y legítima a la nueva Central de Trabajadores y llevarla a un proceso democrático electoral.

Sucedió que al II Congreso de la UNT celebrado en las instalaciones del Círculo Militar en el Salón Venezuela los días 25, 26 y 27 de mayo del 2006. Culminada la jornada del primer día, los trabajadores vieron como un hito histórico la posibilidad de construir una Central Autónoma con ética, moral y principios que defendería la clase obrera, pero por desgracia, para el segundo día, las nuevas mafias entrelazadas de alguna manera con las del pasado y aunado a las ansias de poder de algunos dirigentes sindicales que hoy ocupan cargos políticos y a los cuales están enganchados, traicionaron una vez más a los trabajadores, pero como decía Chávez no hay vuelta atrás, la lucha sindical continua con más fuerza.

Los trabajadores están conscientes que las organizaciones sindicales no deben salir del seno de los partidos políticos, porque desvirtúan el fin último del movimiento sindical, ya que el objetivo que persigue la clase obrera, es de abolir la explotación del hombre por el hombre, implantando un sistema social donde cada trabajador tenga la misma posibilidad de desarrollo integral.

Hoy con preocupación vemos que no hay gran diferencia entre la cuarta y la quinta República en materia sindical. Para muestra un botón, el problema de los “Sidoristas en Guayana”, donde se observa como prevalecen los intereses económicos y políticos ante el derecho de 14 mil trabajadores aproximadamente, que han sido traicionados por las nuevas mafias sindicales partidistas, ésta entre muchas otras empresas que han y están pasando por situaciones similares.

Hoy nuevamente vemos las prácticas de la cuarta reflejada en la quita, donde se violan los derechos constitucionales a los trabajadores, cercenado el derecho a la libertad por reclamar sus reivindicaciones. ¡Si, antes se criticaban esas conductas, porqué, ahora la hacemos peor!, dirigentes sindicales detenidos como el caso de los sidiristas, presos como delincuentes ¿Solo por defender sus derechos? Dónde quedo el “discurso socialista”, la solidaridad, el compañerismo, donde quedaron la moral y la ética?

Inspectorías de trabajo donde la orden del día es retardar todo proceso para elecciones sindicales, convenios colectivos, reclamos y peor aún funcionarios que se prestan para perjudicar organizaciones sindicales y reclamo de trabajadores poniéndose de parte del patrono. Dónde está la justicia.

La tarea no es fácil, pero es necesario continuar defendiendo los derechos constitucionales y las reivindicaciones que se han ganado los trabajadores, no importa si los traidores se empeñan en sabotear, la lucha es de todos. Como dice Orlando Chirino: “debemos luchar por una Central Obrera con plena autonomía y profundamente democrática, que tenga una visión de solidaridad”. Esa es la meta.

Es necesario entender que el movimiento sindical no es una organización aislada, todo lo contrario, es parte del motor de cualquier país, pero no se debe confundir en los procesos de debate político-sindical, obligando a los trabajadores a pagar los costos políticos.

Scarlet Di yesi
Dirigente Sindical

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