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lunes, 24 de noviembre de 2014

La proporcionalidad de nuevo


Luis Fuenmayor Toro
23-11-2014

Soy partidario de romper con la polarización política que domina los escenarios electorales en el país desde hace muchísimo tiempo. Y no me refiero nada más a la polarización que llevó adelante el inmortal ya fallecido, sino a la que generaron AD y COPEI en buena parte de los 35 años que van desde la caída de Pérez Jiménez hasta la victoria electoral de Caldera II. La polarización no fue una ocurrencia de Chávez, como no lo fueron otros muchos elementos de sus gobiernos. AD y Fidel en eso le llevaban una morena, la primera desde el gobierno de Rómulo Betancourt en el trienio 1945-1948, cuando practicó muchos de los desafueros actuales, y el segundo desde su triunfo sobre Batista. Eso sí, hay que reconocer que Chávez los llevó a grados heroicos o demenciales, y dispuso de muchos más recursos para instrumentarlos y hacerlos valer.

La polarización política depende de muchos factores: el discurso de los polarizados, la manipulación de la opinión pública a través de los medios de comunicación, hoy mayoritariamente en manos del Gobierno; la presencia de diferencias importantes entre los grupos sociales y políticos nacionales, pero por sobre todo la existencia de un sistema electoral, que sólo permita la participación en los cuerpos deliberantes de las dos fuerzas o alianzas de fuerzas mayoritarias. Sólo la primera fuerza y la segunda obtienen diputados nacionales o regionales y concejales, pero no proporcionalmente a los votos obtenidos: El ganador obtiene una amplia mayoría independientemente que su votación sea casi igual que la del grupo o partido que quedó en segundo lugar. Las elecciones parlamentarias de 2010 son un claro ejemplo de lo que afirmamos.

La alianza alrededor del PSUV obtuvo apenas un uno por ciento más de votos que la alianza opositora, pero se alzó con 98 diputados, mientras que la MUD obtuvo 65, cuando han debido sacar el mismo número de parlamentarios al obtener un número de votos casi idéntico. Pero no. El sistema electoral mayoritario impuesto por el Gobierno con la anuencia de la MUD garantiza este tipo de resultados, a todas luces convenientes para el ganador, pero dañino para la nación y para el pueblo elector. Esta perversión no sólo deja sin posibilidades de acceder a posiciones de poder a un conjunto de líderes políticos de los grupos con menor votación que los polarizados, sino que deja a una gran proporción de los votantes, venezolanos con todos sus derechos, sin representación ninguna en los cuerpos deliberantes. 
Los convierte en parias de la política.

Se hace imprescindible una reforma de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE), que la ajuste al mandato del artículo 63 de la Constitución, que obliga a la personalización del voto y a la representación proporcional, de manera que cada partido o grupo de electores obtenga un número de escaños en los cuerpos deliberantes según el respaldo electoral recibido, es decir directamente proporcional a los votos conquistados. Esta es la reforma mínima que se debe hacer en la LOPRE, para iniciar un nuevo proceso de democratización de la sociedad venezolana, que la haga más plural al obligar a la representación de todos los sectores políticos e ideológicos que hagan vida política en el país en función del respaldo popular recibido. Se terminaría de esta manera con el marginamiento político y la nociva polarización existentes.

La burla a la proporcionalidad de las llamadas morochas, que permitían se presentasen las candidaturas por lista y uninominales de un mismo partido como si fuesen dos organizaciones políticas distintas, de manera de impedir su utilización conjunta en el cálculo de la representación proporcional, fue incorporada por la LOPRE en 2009 legalizando esta práctica inconstitucional. Cuatro distorsiones se generan con la LOPRE: la sobrerrepresentación de las mayorías, la ausencia de representación de las minorías, la sobrerrepresentación de los estados de menor población y las distorsiones ocasionadas por el diseño de los circuitos electorales. Todas acaban con la pluralidad política deseable. La representación proporcional electoral es hoy para la nación venezolana lo que en el pasado fue el voto directo, universal y secreto.

Adicionalmente hay otras reivindicaciones políticas electorales importantes de conseguir, pero sin duda ninguna la proporcionalidad es el elemento que le ha faltado a nuestra democracia para poder garantizar la participación de todos.


La Razón, pp A-6, 23-11-2014, Caracas.

1 comentario:

  1. EL COLEGIO UNIVERSITARIO DE LOS TEQUES CULTCA ESTA SIENDO VICTIMA DE ATROPELLOS Y ACOSO POR PARTE DE LAS AUTORIDADES ROJA ROJITA Y HAN HECHO UN DESPIDO MASIVO EL DIA DE AYER 28/11/2014. NECESITAMOS SER ESCUCHADOS Y AYUDA

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