
Caracas, 31 de octubre de 2018.- El pasado lunes nos encontramos en una estación del Metro cercana a su centro de trabajo, con un trabajador de Corpoelec que nos había planteado que necesitaba realizar un conjunto de denuncias sobre la situación de vida o muerte que viven los trabajadores de esa empresa estatal. Esa trágica realidad es una consecuencia de la depauperación de su salario y las desmejoras sufridas en sus beneficios laborales por la aplicación de un ajuste brutal por parte del gobierno, que ahora se agrava con las tablas salariales impuestas por Nicolás Maduro.
Decidimos junto al compañero trabajador resguardar su identidad, ante la persecución y represión que sufren las trabajadoras y los trabajadores que se encuentran desarrollando luchas en defensa de sus contrataciones colectivas y por un salario digno igual a la canasta básica e indexado a la hiperinflación.