Por: UIT-CI
La decisión del derechista y reaccionario Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital del estado racista de Israel, es un nuevo apoyo de los Estados Unidos al sionismo. Y una nueva agresión al pueblo palestino que lucha por recuperar sus tierras y su derecho a la autodeterminación nacional.
Con el apoyo del imperialismo, el sionismo viene ocupando ilegítimamente desde hace más de setenta años la tierra palestina y ejecutando sobre su población originaria una verdadera limpieza étnica, paralelamente con la fragmentación y militarización de los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza (convertida en la “cárcel a cielo abierto” más grande del mundo), la expansión de las colonias israelíes y la implementación de un estado racista de apartheid, similar al que existió durante décadas en Sudáfrica.