Por: Pedro Delgado
Revistaflorencia.com
15 de noviembre de 2017. La situación de PDVSA presenta un profundo y franco deterioro en todas sus operaciones, prueba de ello es la caída sostenida de la producción, pero más preocupante aún, es la falta de recursos para sostener el funcionamiento de sus refinerías.
Diversos analistas han tratado de explicar el fenómeno, más sin embargo olvidan la causa central, esta es, la sobrevaluación cambiaria, que es el mecanismo utilizado por el Estado para sostener a las empresas ineficientes, poco competitivas que operan en el mercado local. El presente artículo aborda la problemática desde la competencia económica e intenta arrojar evidencia empírica sobre la cantidad de dinero que pierde PDVSA debido a la sobrevaluación del tipo de cambio.
Al hacer una retrospectiva sobre la situación financiera de PDVSA se aprecia que para el año 2011 (época de bonanza petrolera), la empresa reportó unas ganancias antes de impuestos y aportes para el desarrollo social de 35.229 millones de dólares, a la vez que los costos se elevaron en 28.198 millones de dólares entre los años 2009 y 2011, asimismo la producción de barriles diarios por trabajador se ubicó en 28,7 mientras que en el año 2006 era de 61,5 (PDVSA, 2012). La cifra de ganancias ubicaba a PDVSA por encima de algunas de las principales empresas norteamericanas. Según la lista Fortune 500 Procter and Gamble registro unas ganancias de 11.797 millones de dólares, la multinacional Apple se ubicó en el puesto 17 de la lista con unas ganancias de 25.922 millones de dólares. Queda la interrogante de ¿Cómo PDVSA siendo una empresa estatal, con una estructura de costos que se ha elevado en los últimos años y con una productividad en descenso haya obtenido unas ganancias mayores que dos de las más importantes multinacionales estadounidenses?
La respuesta consiste en que la propiedad privada de la tierra en condiciones no reproducibles de la producción, genera una ganancia extraordinaria sostenible en el tiempo. Esta ganancia extraordinaria aparece ya que Venezuela no posee los yacimientos petrolíferos de más baja productividad del mundo, es decir que no son los yacimientos de mayores costos de producción, lo que permite que la inversión de capital arroje una ganancia mayor que la tasa de ganancia media de la industria. Dicha ganancia extraordinaria se conoce como renta diferencial de la tierra.
Sin embargo, a pesar de que la empresa recibió beneficios siderales, sus estados financieros hoy día reflejan números rojos. Al cierre de 2016 la empresa reportó una caída del 4% de su patrimonio pasando de 90.879 a 87.100 millones de dólares. La ganancia como porcentaje de la deuda financiera corriente pasó de 108% en 2015 a 11,53% en 2016. La producción de petróleo crudo y líquidos de gas natural también disminuyó 8,1% con respecto al año anterior, ubicándose para septiembre de 2017 en 2,085 millones de barriles diarios.
A este fenómeno le han aparecido distintas explicaciones, por ejemplo el economista José Guerra, atribuye dicha situación al excesivo gasto social de la empresa:
“La lógica del manejo de la industria petrolera y su relación con el fisco nacional se ha trastocado. En efecto, se ha desvirtuado el modo en que debe funcionar y operar una empresa de las dimensiones de PDVSA a la cual se le ha impuesto una carga directa en la forma de programas sociales que están comprometiendo su sostenibilidad como compañía a cargo de la exploración, producción y comercialización de petróleo en Venezuela”.
Según José Guerra PDVSA estaría quebrada “por culpa de los pobres” y los políticos populistas que hacen programas sociales. Lo que olvida Guerra es que el gasto social ha disminuido de 15 mil millones de dólares en 2011, a tan solo 318 millones de dólares en 2016; es decir el gasto social ha disminuido 97%; y su situación financiera es aún peor.
Por el lado del gobierno, el panorama es peor ya que la grave situación de la industria se oculta y sus célebres voceros afirman que cualquier denuncia sobre la grave situación en que se encuentra el sector petrolero venezolano, no es más que un intento de desmoralizar a los trabajadores para privatizarla, Fernando Travieso en su carácter de vocero del gobierno afirma:
“Tenemos un grupo de luminarias diciendo que la empresa más valiosa del planeta está quebrada y otro grupo de luminarias que el petróleo se va a quedar bajo tierra porque no tiene utilidad, son los tanques pensantes al servicio de las petroleras que buscan infiltrar PDVSA para desmoralizar a sus trabajadores”
Lo que no puede explicar el gobierno es como en la mayor bonanza petrolera de la historia y con una duplicación de la nómina, la producción de petróleo cayó en 17,6%, a la vez que la empresa hoy se encuentra fuertemente endeudada. Y los directivos responsables de esta situación, se les premia con la continuidad de sus carreras políticas como representantes de Venezuela en las Naciones Unidas o asignándoles otros cargos importantes dentro del Estado.
¿Cuál es la situación de PDVSA en la actualidad?
El plan siembra petrolera proponía aumentar la producción de crudo a 6 millones de barriles por día (mbpd). Sin embargo, como se muestra en el Gráfico 1 para el año 2011 la meta de producción lucia inviable. Mientras la finalidad era alcanzar los 5,3 mbpd, la producción real se ubicaba en 2,36; es decir 44 % por debajo de lo estimado. Ante esta circunstancia la directiva de PDVSA al año siguiente cambió las metas y proyectó alcanzar los 6 millones de barriles para el año 2019, ubicando la producción de 2017 en 5,076 mbpd.
La realidad concreta de hoy muestra lo distante que se está de los objetivos planteados. En el Gráfico 1 se muestra el contraste entre las proyecciones que tenía la industria estatal para elevar la producción y la producción real según cifras de la OPEP. Queda claro que la tendencia entre lo proyectado y el resultado obtenido existe una brecha que se ensancha cada vez más. El nivel de producción actual es un 30,4% menor que en el año 2000 cuando se obtenían 3,04 mbpd.
Gráfico 1. Producción Petrolera vs. Potencial de Producción (Miles de barriles diarios)
Fuente: PDVSA: Informe de Gestión Anual. La producción proyectada fue extraída del informe titulado: “Balance de Gestión Social y Ambiental 2011” de PDVSA. |
Hay que mencionar además que los planes para elevar la producción son inviables desde el punto de vista financiero. Según el informe de gestión anual para el presente año Pdvsa debe gastar 65.325 millones de dólares, lo que duplica los ingresos por exportaciones petroleras que estimados se ubican alrededor de 35 mil millones de dólares. Esto es, los planes que tiene la empresa para incrementar la producción no pueden llevarse a cabo porque la nación no tiene esa cantidad de dinero; es decir que la producción seguirá cayendo y la situación financiera deteriorándose.
Gráfico 2. Gasto proyectado vs Estimación Ingreso por exportaciones petroleras
PDVSA: Informe de Gestión Anual. 2014, Estimaciones propias con base en el
precio del barril estimado por la US Energy Information Administration.
Un tema importante a destacar es que, para analizar la situación específica de PDVSA, es necesario entender cómo se desenvuelve la economía venezolana en el marco de la competencia económica mundial. Cabe destacar que durante la segunda mitad del siglo XX se dieron cambios tecnológicos importantes a nivel mundial. La microelectrónica que permitió la robotización de la línea de montaje, la computarización del proceso de ajuste de la maquinaria y el desarrollo de las telecomunicaciones, generaron un aumento importante de la productividad en los países desarrollados, principalmente en los países del Este-Asiático.
Para Venezuela, al no ser partícipe de dicho desarrollo, lo que queda es un rezago competitivo de los capitales industriales. Como las empresas locales no son competitivas y operan con baja productividad del trabajo, obsolescencia tecnológica, no pueden acceder a los mercados mundiales y deben producir solo para el mercado interno.
A esta altura cabe hacerse una pregunta: si las empresas locales son ineficientes ¿Por qué no quiebran? Es aquí donde entra el tema de PDVSA. Al no poder insertarse en el mercado mundial, los capitales que operan para el mercado interno deben obtener una fuente de riqueza que compense el rezago industrial. Esa fuente de riqueza es la renta petrolera captada, en tanto propietario de los pozos que no poseen los mayores costos de producción. De forma tal que la petrolera venezolana debe ceder su renta para compensar a los capitales ineficientes, lo que le impide funcionar como una empresa normal.
¿Quién y cómo se apropia la Renta?
El principal mecanismo de transmisión de dicha riqueza es la sobrevaluación cambiaria. Para entender cómo actúa la sobrevaluación del tipo de cambio como mecanismo de transferencia de riqueza veamos un ejemplo: Si el tipo de cambio a la paridad es de 100 Bs/$, con 100 Bs el sector importador obtendría un dólar, pero si el Estado decide sobrevaluar la moneda fijando el tipo de cambio por debajo del de paridad, supongamos 10 Bs/$, ahora el sector importador podrá obtener 10 dólares. El que compra los dólares abaratados se beneficia porque obtiene una cantidad mayor de divisas. Los 9 dólares excedentes, son una transferencia de riqueza del sector generador de divisas al sector importador. En el caso venezolano el sector que provee 96 de cada 100 dólares que ingresa a la economía, es el petrolero, que está en manos del Estado, de forma que desde el sector público opera una transferencia de renta petrolera hacia el sector privado.
El Gráfico 3 muestra el grado de sobrevaluación cambiaria durante la gestión chavista desde que se estableció el control cambiario del año 2003, aumentando el grado de sobrevaluación en los últimos años. La creciente sobrevaluación se produce debido a que el aumento de precios a un ritmo mayor que la devaluación de la moneda distorsiona la capacidad de la moneda de mantener su paridad cambiaria con respecto al dólar, resultando en un abaratamiento. A medida que la moneda se aleja de su nivel de paridad aumenta la renta cedida por PDVSA y expresa las crecientes dificultades que tiene el sector industrial para sostenerse.
Gráfico 3. Sobrevaluación del bolívar frente al Dólar. Tipo de cambio a la paridad de poder adquisitivo, ajustado por INPC y Productividad.
Cálculos propios con base en BCV, INE
En el Gráfico 4 se muestra los ingresos cedidos por PDVSA vs los ingresos captados, a medida que la aumenta el porcentaje de sobrevaluación cambiaria, la empresa se ve obligada a entregar un porcentaje mayor de sus recursos. Para el año 2015 la empresa perdió 65587 millones de dólares por la sobrevaluación del tipo de cambio, lo que representó el 91,2 % de sus ingresos.
Al no tener dinero suficiente para mantener sus operaciones, debe recurrir al endeudamiento tanto externo como interno. Para mantener sus operaciones en dólares debe recurrir al endeudamiento externo y para pagar proveedores internos y demás gastos corrientes debe recurrir al financiamiento del Banco Central de Venezuela, que cubre el déficit con emisión monetaria sin respaldo que deriva en inflación.
Gráfico 4. Ingresos cedidos de PDVSA por sobrevaluación cambiaria.
Cálculos propios con base los estados financieros de PDVSA
Queda claro que la quiebra de PDVSA se debe a la sobrevaluación cambiaria, entregar dólares abaratados,impide a la empresa sostener el normal funcionamiento de sus operaciones, pero esta no es simplemente una decisión administrativa, es la necesidad de las empresas que operan para el mercado interno de utilizar este mecanismo para apropiar renta y compensar su rezago industrial, su baja competitividad y atraso tecnológico. A medida que aumenta la brecha industrial entre Venezuela y el resto del mundo mayor debe ser el grado de sobrevaluación de la moneda y con ello mayores los recursos que PDVSA debe ceder para sostener el alicaído aparato industrial venezolano.
Si se quiere recuperar la empresa de “todos los venezolanos” es necesario eliminar la sobrevaluacion de la moneda que impone una enorme carga sobre la empresa, utilizar la renta petrolera para convertirla en un capital que opere en una escala que le permita competir en el mercado mundial, con elevada productividad. De lo contrario la ruina de nuestra industria será la crónica de una muerte anunciada.
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