En su decadencia, el gobierno
de Maduro cava su propia tumba.
de Maduro cava su propia tumba.
Por: Armando Guerra (*)
¿Quién les da derecho para sobre el hambre y las grandes necesidades de un pueblo, derrochar millones en una cumbre, que no nos trae ningún beneficio y no aporta a la superación de la crisis en la que nos han sumido? ¿Quién les da derecho a utilizar las instituciones y el poder del estado, para dejar caer sobre los hombros de los trabajadores la imposición del derroche y el festín; y mostrarlo a los ojos de un pueblo hambriento y empobrecido? ¿Qué les da derecho a tanta indolencia, e imposición sobre el pueblo trabajador venezolano?
La cumbre
Se calculan costos aproximados de 200 millones de dólares, en la XVII Cumbre de Países No Alineados, evento cuyo único objetivo visible es “lucir y lavar la cara” de Maduro y la de otros gobiernos en la región, entre ellos la de algunas dictaduras, y otros decadentes gobiernos así mismos llamados progresistas, ante la opinión internacional. El evento cumple un programa de actividades desde el martes 13 hasta el domingo 18.
Paralelo a la cumbre –el jueves 15- se ajustó una leve caída de los precios del petróleo a 38,52 dólares el barril, que en la economía del país anfitrión, de crítica productividad en infinidad de rubros alimenticios, agrava aún más la situación presupuestaria de las universidades, hospitales y la agro-alimentaria.
Los sucesos en Villa Rosa días previos a la cumbre, advierten al gobierno, y este forja un amplio operativo de custodia militar, que al estómago y a la mirada de margariteños, dice mucho de los objetivos y prioridades de Maduro. La quimera es que a la isla llegaron 554 toneladas de alimentos, para “cubrir” la región en el marco de la “Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro”, y durante el desarrollo de la cumbre, se suministró agua por tubería y agua en cisterna a comunidades que hacía dos años no la recibían. ¿Cree el gobierno de Maduro, que el pueblo margariteño y venezolano en general no sacará cuentas de las carencias sufridas, ante el fastuoso montaje de su cumbre y estos tardíos disimulos?
Se esfuman los miedos
Nuevamente Villa Rosa llama la atención ante el descrédito y el desmoronamiento de las simpatías al gobierno; se ordena de manera preventiva el traslado de los reos de la cárcel de Santa Ana y su reparto a otros centros del país, a fin de evitar sustos en la cumbre y junto al traslado de militares a la isla, se suma un numeroso contingente de jóvenes y no tan jóvenes, a acampar, y sostener la visión de apego al gobierno de quienes deambulan la isla y como sectores sociales de apoyo al acto de develación de la estatua de Hugo Chávez en la plazoleta frente al hotel central del evento. Hoy, ésta es su máxima expresión de idolatría religiosa, alcanzó un costo de 45 mil dólares.
Lejos han quedado los tiempos en los que montado en los altos precios del petróleo, las masas se subordinaban al discurso “antimperialista”, y el liderazgo, de Hugo Chávez. El Bonaparte se ha ido modificando, y en su decadencia, el gobierno de Maduro socava su propia tumba. Las masas han dado contundentes muestras de sus exigencias de cambios, probadas el 6D, el 1S, y la creciente demanda en un requerimiento legal como lo es el artículo 72 de la constitución que invoca la implementación del referéndum revocatorio.
El descontento es creciente, y supera sus márgenes cada día, muy a pesar de la descarriada y claudicante dirección de la MUD. Y no es que las masas hacen seguimiento de los pasos de Maduro, por todo el país. No. Pero no pierde ni un segundo, al término de que si se descubre dónde está, por revelaciones de cadenas o del canal del gobierno, en segundos se arma la poblada cacerola en mano, o como ante la exigencia de una dama de alta edad, que le perdió el miedo y el respeto y por la urgencia de no tener que llevar a su mesa, lo sorprendió y lo ridiculizó, como se mostró en Villa Rosa, días antes de la cumbre.
¿Qué se puede esperar de este evento?
Ante la exigencia de revocatorio en las calles, y el retardo de alocución de las rectoras para anunciar los compromisos del CNE; de la manera más alevosa, el gobierno conspira. El jueves el gobierno suspende labores nacionales en el centro comicial, y en Caracas, cierra la mayoría de las estaciones del metro. En Los Teques en la estación Ali Primera, se hace un ejercicio “preventivo” ante la supuesta instalación de un artefacto explosivo. Así, se imposibilita el traslado de las personas a sus centros de trabajo.
Mientras tanto ese mismo día, llegan a Margarita, los presidentes Raúl Castro (Cuba), Hasán Rohaní (Irán), Robert Mugabe (Zimbabue), el primer ministro de Uganda, Ruhakana Rugunda, y los vicepresidentes, Hamid Ansari (India), Manuel Domingo Vicente (Angola) y Ashwin Adhin (Surinam), y se anuncian la asistencia de los mandatarios Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia), a la reunión de más alto nivel de la cumbre, que da sus inicios el día sábado y en la que Venezuela asumirá formalmente la presidencia trienal del bloque, 120 países, que representan dos tercios de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Pese a que desde Miraflores se invitó a los 120 jefes de Estado y de Gobiernos que forman parte del bloque, apenas unos cuántos han anunciado su disposición de acudir a la cumbre.
Todos los representantes hicieron gala de sus discursos, algunos describiendo las atrocidades de las trasnacionales, sus socios capitalistas. Casi todos saludaron al heroico pueblo Palestino, y llamaron a que termine el bloqueo económico de EE.UU con Cuba. Evo y Correa aludieron lo “abnegado” de sus Fuerzas Armadas, comprometidas con sus gobiernos, no como en el pasado, y mostraron su solidaridad con la presidenta Dilma Rousseff, y alertaron sobre los denominados “golpes blandos” o mecanismos legales, para convocar las salidas de los gobiernos “progresistas”, en clara alusión de apoyo a Nicolás Maduro.
¿A que le temen?
A la impopularidad del gobierno y a que pueda en medio de la cumbre presentarse malestar social. ¿Qué puede explicar la inasistencia de algunos primeros mandatarios y la designación de tareas en delegaciones de ministros al evento? O el llamado de algunas delegaciones a suspender o mover la de fecha del mismo.
El malestar en Venezuela es creciente, y ante esta situación lo que se evidencia es el atornillamiento de Maduro y su cúpula al poder. Ante cada nuevo escándalo o metida de pata del gobierno; los argumentos del golpe suave o duro, magnicidio, los ataques imperialistas, o las malas intenciones de quien discrepa ante el mal gobierno, son las respuestas del ejecutivo o el representante de turno. Las causas siempre son imputables a otros, menos a un gobierno que controla, por su participación en el reparto de la renta, el aparato de represión del Estado: FANB.
En realidad torean y prolongan su agonía, pero al igual que la MUD, el gobierno le teme a un estallido social. A que las masas de manera independiente, salgan a las calles ante el cuadro de desesperanza en el que ambos sectores, han sumido el país. Mientras tanto la solución de los males del pueblo venezolano está en la movilización contra el gobierno, y no en la cumbre.
Los sucesos en Villa Rosa días previos a la cumbre, advierten al gobierno, y este forja un amplio operativo de custodia militar, que al estómago y a la mirada de margariteños, dice mucho de los objetivos y prioridades de Maduro. La quimera es que a la isla llegaron 554 toneladas de alimentos, para “cubrir” la región en el marco de la “Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro”, y durante el desarrollo de la cumbre, se suministró agua por tubería y agua en cisterna a comunidades que hacía dos años no la recibían. ¿Cree el gobierno de Maduro, que el pueblo margariteño y venezolano en general no sacará cuentas de las carencias sufridas, ante el fastuoso montaje de su cumbre y estos tardíos disimulos?
Se esfuman los miedos
Nuevamente Villa Rosa llama la atención ante el descrédito y el desmoronamiento de las simpatías al gobierno; se ordena de manera preventiva el traslado de los reos de la cárcel de Santa Ana y su reparto a otros centros del país, a fin de evitar sustos en la cumbre y junto al traslado de militares a la isla, se suma un numeroso contingente de jóvenes y no tan jóvenes, a acampar, y sostener la visión de apego al gobierno de quienes deambulan la isla y como sectores sociales de apoyo al acto de develación de la estatua de Hugo Chávez en la plazoleta frente al hotel central del evento. Hoy, ésta es su máxima expresión de idolatría religiosa, alcanzó un costo de 45 mil dólares.
Lejos han quedado los tiempos en los que montado en los altos precios del petróleo, las masas se subordinaban al discurso “antimperialista”, y el liderazgo, de Hugo Chávez. El Bonaparte se ha ido modificando, y en su decadencia, el gobierno de Maduro socava su propia tumba. Las masas han dado contundentes muestras de sus exigencias de cambios, probadas el 6D, el 1S, y la creciente demanda en un requerimiento legal como lo es el artículo 72 de la constitución que invoca la implementación del referéndum revocatorio.
El descontento es creciente, y supera sus márgenes cada día, muy a pesar de la descarriada y claudicante dirección de la MUD. Y no es que las masas hacen seguimiento de los pasos de Maduro, por todo el país. No. Pero no pierde ni un segundo, al término de que si se descubre dónde está, por revelaciones de cadenas o del canal del gobierno, en segundos se arma la poblada cacerola en mano, o como ante la exigencia de una dama de alta edad, que le perdió el miedo y el respeto y por la urgencia de no tener que llevar a su mesa, lo sorprendió y lo ridiculizó, como se mostró en Villa Rosa, días antes de la cumbre.
¿Qué se puede esperar de este evento?
Ante la exigencia de revocatorio en las calles, y el retardo de alocución de las rectoras para anunciar los compromisos del CNE; de la manera más alevosa, el gobierno conspira. El jueves el gobierno suspende labores nacionales en el centro comicial, y en Caracas, cierra la mayoría de las estaciones del metro. En Los Teques en la estación Ali Primera, se hace un ejercicio “preventivo” ante la supuesta instalación de un artefacto explosivo. Así, se imposibilita el traslado de las personas a sus centros de trabajo.
Mientras tanto ese mismo día, llegan a Margarita, los presidentes Raúl Castro (Cuba), Hasán Rohaní (Irán), Robert Mugabe (Zimbabue), el primer ministro de Uganda, Ruhakana Rugunda, y los vicepresidentes, Hamid Ansari (India), Manuel Domingo Vicente (Angola) y Ashwin Adhin (Surinam), y se anuncian la asistencia de los mandatarios Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia), a la reunión de más alto nivel de la cumbre, que da sus inicios el día sábado y en la que Venezuela asumirá formalmente la presidencia trienal del bloque, 120 países, que representan dos tercios de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Pese a que desde Miraflores se invitó a los 120 jefes de Estado y de Gobiernos que forman parte del bloque, apenas unos cuántos han anunciado su disposición de acudir a la cumbre.
Todos los representantes hicieron gala de sus discursos, algunos describiendo las atrocidades de las trasnacionales, sus socios capitalistas. Casi todos saludaron al heroico pueblo Palestino, y llamaron a que termine el bloqueo económico de EE.UU con Cuba. Evo y Correa aludieron lo “abnegado” de sus Fuerzas Armadas, comprometidas con sus gobiernos, no como en el pasado, y mostraron su solidaridad con la presidenta Dilma Rousseff, y alertaron sobre los denominados “golpes blandos” o mecanismos legales, para convocar las salidas de los gobiernos “progresistas”, en clara alusión de apoyo a Nicolás Maduro.
¿A que le temen?
A la impopularidad del gobierno y a que pueda en medio de la cumbre presentarse malestar social. ¿Qué puede explicar la inasistencia de algunos primeros mandatarios y la designación de tareas en delegaciones de ministros al evento? O el llamado de algunas delegaciones a suspender o mover la de fecha del mismo.
El malestar en Venezuela es creciente, y ante esta situación lo que se evidencia es el atornillamiento de Maduro y su cúpula al poder. Ante cada nuevo escándalo o metida de pata del gobierno; los argumentos del golpe suave o duro, magnicidio, los ataques imperialistas, o las malas intenciones de quien discrepa ante el mal gobierno, son las respuestas del ejecutivo o el representante de turno. Las causas siempre son imputables a otros, menos a un gobierno que controla, por su participación en el reparto de la renta, el aparato de represión del Estado: FANB.
En realidad torean y prolongan su agonía, pero al igual que la MUD, el gobierno le teme a un estallido social. A que las masas de manera independiente, salgan a las calles ante el cuadro de desesperanza en el que ambos sectores, han sumido el país. Mientras tanto la solución de los males del pueblo venezolano está en la movilización contra el gobierno, y no en la cumbre.
(*) Militante del Partido Socialismo y Libertad
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