viernes, 26 de agosto de 2016

Trabajadores y pacientes rechazamos la violencia intrahospitalaria de la decadencia sindical


Prensa: UNETE SALUD
SUNTRA HUC

Ante la decadencia sindical que viene afectando la salud de los pacientes
 y la de los mismos trabajadores, por encontrarse en un lugar que es 
respetado en todos los país del mundo, incluso en momentos 
de guerra, pero vergonzosamente el Hospital Universitario 
de Caracas (HUC) lo han convertido en un lugar de alta 
peligrosidad tanto para pacientes 
como para los que laboran allí.

Gladys Montenegro Coordinadora Nacional por el 
Sector Salud de la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela 
(UNETE), y dirigentes sindicales del Sindicato SUNTRA-HUC 
recuerdan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) 
define a la salud como: “un estado de completo bienestar físico, 
mental y social y no meramente la ausencia de afección o enfermedad”, 
y reconocido como un derecho fundamental.

Cuando se altera esta condición de bienestar la persona enferma debe acudir a un centro hospitalario para restituir esta condición. El medio más adecuado para conseguir descanso y reposo cuando la persona está enferma, es una cama cómoda y un ambiente adecuado de tranquilidad y en silencio.

Dependiendo del motivo de la estancia, así como de la gravedad del enfermo, las habitaciones pueden ser diferentes para adaptarse a los cuidados que precise. Además pueden estar en la UCI, en una zona de aislamiento o en cuidados postquirúrgicos.

Dicen que lamentablemente en la mayoría de los hospitales han eliminado de sus paredes aquellos famosos carteles que mostraban a una enfermera con el dedo índice sobre sus labios invitando a mantener silencio en los espacios de salud, obviando que el ruido sigue siendo un problema que contamina y altera la tranquilidad del paciente.


Explican que el ruido incomoda y altera el sistema nervioso de las personas, mucho más cuando tiene alguna dolencia, por lo tanto las instituciones hospitalarias están en la obligación de evitarlo o disminuirlo en la medida posible. Para conseguirlo, el personal del hospital deben de realizar sus actividades lo más silenciosa posible y estos a su vez tienen el deber de asesorar a los pacientes y visitas para que hablen en un tono moderado.

En vista de la perdida de este derecho que tiene el paciente e incluso el mismo trabajador a la tranquilidad dentro del hospital, recomiendan que con urgencia se debe organizar talleres sobre el daño que produce la contaminación acústica en los recinto sanitario, con el fin de rescatar este deber y ética perdida entre algunos trabajadores de un compartimiento adecuado ya que el ruido es nocivo para la salud, provoca cambios fisiológicos y psicológicos como ansiedad, nerviosismo, estrés, dolor de cabeza, mareos, insomnio etc.

Afirman que hoy día enfermos y trabajadores de los centros sanitarios por la carencia de esta práctica, sufren los efectos de los exagerados e innecesarios ruidos.

Tal es el caso de lo que ha venido ocurriendo en estos últimos años dentro de las Instalaciones del HUC, donde algunos personajes inescrupulosos ha hecho habitual crear un ambiente dentro de la institución de tensión, angustia, disturbios, algarabía, que nada tiene que envidiarle a un mercado libre, utilizando materiales para intensificar los ruidos como pitos, cornetas y ollas, justificando estas terribles acciones por sus confrontación intersindicales, reclamos de derechos laborales, ataques políticos, presión para pedir destitución de directivos de la institución y pare usted de contar, en vez de trasladar sus reclamos a espacios abiertos, que no afecten a los pacientes que asisten a consultas o que se encuentran hospitalizados tratando de recupera su salud.

Manifiesta que si bien es cierto que el sector salud no ha escapado de la crisis en materia de insumos y medicamentos, mal podría los trabajadores agudizar su estadía añadiéndole angustia y desespero por sentirse que está en un lugar que se mantiene en una constante guerra. Aunado a esto resulta doloroso y bochornoso ver a compañeros de trabajo representándose en enemigos, llegando al extremo de ocasionarse lesiones físicas a golpes, incluso con armas.

Declaran que todo este espectáculo es observado con vergüenza por pacientes, visitantes y trabajadores pacíficos que son la mayoría. El comportamiento irracional de una minoría no permite que los enfermos descansen tranquilos para recuperar su salud, por otro lado los trabajadores se ven obligados a desarrollar sus labores con un sobreesfuerzo para ser más eficientes lo que hace que su jornada sea más fatigosa que de costumbre, y muchos manifiestan que salir con vida del hospital es una odisea en medio de tanta violencia generada por quienes dicen llamarse dirigentes sindicales.

Exponen que cuando se incurre en violencia ya sea verbal o física se pierde la razón del derecho reclamado, ni trabajadores ni pacientes tienen derecho a recurrir a ningún tipo de violencia para reclamar sus derechos, todo tiene un límite y dentro de una institución hospitalaria existen leyes y normas de comportamientos que no se pueden seguir violentando. Deben recordar que “El derecho de uno termina donde empieza el derecho de otro sobre todo si el otro es un enfermo”. Todo esto viene a colación con lo sucedido recientemente en el HUC cuando un grupo de trabajadores sin tomar en cuenta que como trabajadores de salud nos debemos al bienestar del paciente, irrumpieron la paz de estos, al realizar una protesta escandalosa en la inmediaciones de la Dirección de este hospital, obviando el hecho de que, en este mismo piso hay pacientes hospitalizados de los servicios de Psiquiatría, neurocirugía con niños y adultos y cardiovascular , además en el piso contiguo se encuentra también hospitalizados pacientes en la Unidad de Cuidados Coronarios.

Indican que esta actitud irresponsable y fuera de lugar resulta incomprensible de quienes encabezan siempre este tipo de disturbios, personas que en muchas oportunidades han tomado como bandera la defensa de los derechos de los pacientes, y los derechos laborales, pero la realidad es que a la hora de reclamar con razón o sin razón se permiten violentar la paz y los derechos de quienes dicen defender.

Denuncian que la violencia intrahospitalaria es característica de la decadencia sindical que vienen ejerciendo unos seudodirigentes, que sin el menor remordimiento exponen diariamente la vida de los pacientes y también exponen la estabilidad laborar de los trabajadores que se dejan embelesar por sus cantos de sirena, instándolos a la violencia, supuestamente para obtener logros, siendo que realmente sus fines son oscuros, ya que hace tiempo han dejado de ser defensores laborales para convertirse en defensores de intereses políticos y personales, realmente lo que persiguen es que tanto trabajadores como pacientes estén cada día más perjudicados. Prueba de lo que aquí aseveramos es el daño intencional que les hacen a los pacientes que dicen defender, pero que con estas inauditas protestas hacen lo contrario, lo mismo ocurre con la masa trabajadora, estos personajes que los conducen por caminos escabrosos, cuando son despedidos jamás se ven en las inspectorías del trabajo defendiendo el derecho de ningún trabajador.

Afirman que estos personajes innombrables siguen gozando del beneficio del permiso sindical, pero tienen en sus haberes un amplio record de trabajadores despedidos por su culpa, los cuales luego los utilizan solo para proyectarse políticamente o alcanzar alguna negociación que tenga que ver con la administración de algún beneficio laboral que les produzca ganancias de dinero y cuando no lo logran se enardecen llevándose por los cachos a quien sea.

Revelan que con dolor se tiene reconocer que este tipo de representatividad sindical solo ha servido para tener domesticada a la clase trabajadora y vivir de los interés y beneficios de estos, prueba de esto es que estos seudodirigentes se dan el tupe de saltan de organización en organización siempre buscando su propio bienestar.

Instan a la clase trabajadora del HUC a que abran los ojos y no se dejen manipular, porque estos seres que solo buscan sentarse con patronos inescrupulosos para después le ponen precio a sus luchas. El sindicato SUNTRA-HUC pude dar fe de la corrupción de estos seudosdirigentes los mismos que hoy dicen defender los derechos laborales, porque cuando SUNTRA-HUC lograron sentar al Dr. José España para discutir una convención colectiva para todos los trabajadores del HUC, estos mismos personajes de hoy hacían vida en otra organización sindical junto bajo la figura del Nuevo Sindicato y la anterior jefatura de Personal le asigno una oficina en el Sótano, para que se encargaran de sabotear e impedir la discusión contractual, estos seudodefensores le pusieron precio a este derecho y pasaran a la historia sindical como unos traidores de la clase trabajadora ya que esto consta en el expediente que se encuentra en el Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social de Trabajo que llevaba la discusión.

Por ultimo manifiestan que por lo ya expuesto, alertan a la masa trabajadora del HUC para que reconozca que aunque las leyes venezolanas está contemplado el derecho a la protesta, estas mismas leyes ofrecen amparo a los derechos del paciente.

Es necesario que el trabajador sepa identificar cuando están siendo conducidos como ovejas al degüello frente a la violencia practicada dentro de este centro de salud. Nos preguntamos ¿Porque no hacen estas protestas en lugares más abierto e idóneos como las puertas de entes competentes, que den respuesta a sus reclamos? ¿Será que quieren utilizar a esta institución de salud como trinchera segura, por estar dentro de la ciudad universitaria? Como dirigentes honestos no podemos guardar silencio con tales prácticas, y como los pacientes no tienen sindicato que los defienda, nosotros saldremos como siempre en su defensa, además estamos dispuestos a trabajar junto a los trabajadores decentes y honestos en los justos reclamos de nuestras reivindicaciones, sin necesidad de realizar estos episodios de violencia.

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