miércoles, 15 de junio de 2016

Reventaron comunidades y barriadas en el estado Sucre.


 deslinde

Días atrás -13.06.2016- se alzó la comunidad artesanal de Cerezal en la vía a Cariaco. Los vecinos del sector bloquearon la carretera que une a Cumaná con Carúpano y la carretera oriental a Monagas, exigiendo se entregaran 400 bolsas de comida, que estaban en posesión de los Clap (Comités Locales de Abastecimiento y Producción).

Las imágenes se conocieron por las redes sociales, ante la ausencia total de la prensa escrita, televisada y radial, regional y nacional. Salvo contadas excepciones, el silencio y el abandono informativo tantas veces denunciado por los partidos del GPP, ante los sucesos del golpe del 2002, ha sido la práctica usual en hechos como los de Cariaco y Cumana. Desde que la mayoría de los medios de comunicación han sido adquiridos por funcionarios del PSUV, no se difunden hechos como estos. Peor aun cuando las imágenes son dantescas e indignantes, de funcionarios policiales disparando a la mansalva y a humanidad de los pobladores. Se impuso la represión por parte de la GN, la policía y hasta civiles equipados con armas cortas y largas, ante un pueblo desarmado que pedía no ser reprimido y solo exigía comida.

El fallecimiento de Josmel Fuentes en Cariaco desató la ira, y desmintió a las autoridades de la gobernación como de funcionarios de más bajo rango cuando afirmaban que en Cerezal, no había pasaba nada.



Sin embargo, el desabastecimiento y el hambre han tocado las puertas ahora de los Cumaneses, y en el día ayer, -14.06.2016- se realizaron saqueos de manera generalizada en las principales avenidas y en gran cantidad de establecimientos de la primogénita del país. Esta vez otro sucrense, un joven del barrio Brasil pierde la vida. Se trata de Carlos Colón quien muere de un disparo, en pleno desarrollo de los hechos y se denuncia que hay un fallecido más.

Este fenómeno social –el desabastecimiento y la exigencia de comida por hambre- no es propio de los orientales. Todo el país es un polvorín, que exige comida y medicinas, ante la inoperancia, el fracaso y la carencia de planes de quienes moran en el poder, desde Miraflores, hasta cualquier gobernación o alcaldía. Aquí en Sucre, el intercambio de arenques por maíz molio, o aquel que tiene una chara, el intercambio de yucas o frutas por otro producto, es la práctica entre vecinos. Pero eso es solo un paliativo que no resuelve el problema, para los que cifran esperanzas en la agricultura urbana.

La desconfianza crece ante el gobierno y sus Clap, por su corrupción e inoperancia y la prueba son hechos como estos. Es inaceptable que la canciller Delcy Rodríguez se burle del país afirmando que “en Venezuela se produce para mantener tres países más” mientras nuestros hijos van a las escuelas sin desayuno. Es inaceptable que el gobierno anuncie un punto de abastecimiento, nos haga esperar y no se cumpla. Es inaceptable que te anuncien una bolsa de 10 productos, te cobren por ello y te la entreguen con solo 7. Es inaceptable que decidan quien consume leche y quién no, cuando en las alcandías de cada municipio se abastece a los militantes del partido de gobierno. Es totalmente inaceptable la situación en la que estamos viviendo los venezolanos.

Peor aún es que entre las primeras declaraciones de las autoridades regionales mostraran preocupación por el estado de ruina en el que quedaron los establecimientos, igual que Fedecamas local y nacional, sin que mencionen una sola palabra acerca de que genera el hambre que padecen los pueblos y comunidades sucrenses. ¿Como se explica esta exploción  social? Como decimos en Sucre: los ricos están completos, y los pobres en la cera de enfrente.

Por eso las comunidades y los pobladores debemos vernos las caras y decidir entre nosotros de manera autónoma e independiente y en asamblea, sin ningún compromiso más que con la defensa y el interés común de hacer la distribución de los alimentos. Quienes son esas personas que deben hacer el reparto de las bolsas de alimentos. No a los Clap. Pero aun así eso es insuficiente.

Lo que está aún más claro es que este gobierno se agotó, no va más, que tenemos que salir de él, porque es un fraude, corrupto, patronal y anti obrero. Y quien está poniendo hoy el acento, son las comunidades en las calles al desenmascarar al gobierno y demostrar que carece de una estrategia de seguridad alimentaria. De igual forma los sindicatos. Aquellos que están movilizando sus afiliados en exigencias salariales o en defensa de sus contratos.

El pueblo debe encontrarse consigo mismo. Los de abajo debemos vernos las caras y discutir democráticamente entre nosotros la alternativa a sugerir. Para muchos ya está claro, que solo el pueblo salva al pueblo. Que la movilización es un arma poderosa en manos del pueblo. Cuando el pueblo se moviliza los burgueses –de ambos lados: el PSUV y la MUD- tiemblan y se preocupan. Debemos avanzar en la unidad del pueblo y de los sindicatos en lucha, pues no hay alternativa en el gobierno aferrado al poder, ni en la MUD. Solo el pueblo salva al pueblo.




















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