Por: Luis González
No te dejes engañar cuando te hablen de progreso,
porque tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso…
Alí Primera
Maduro y su tren ministerial reproductor de pobres y explotados, abolió en los hechos lo contenido en el artículo 91 de la Constitución Bolivariana que le ordena establecer un salario acorde al monto de la canasta básica, pero no es solo eso, también abolió el sagrado y vital derecho a la salud, el derecho a la protesta y un sinfín de derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
En nombre de la participación protagónica del pueblo impone el autoritarismo respaldado por su Fuerza Armada y sus Cuerpos Represivos, los cuales lanza sin ningún miramiento contra cualquier justa protesta, utilizando como excusa la preservación del orden constitucional aun siendo él el principal violador de lo establecido en la Constitución y las leyes.
No es un secreto que la Canasta Alimentaria hoy (Mayo de 2016) ronda los Bs 200.000 al mes mientras que el ingreso del trabajador promedio no supera los Bs 35.000, tampoco es un secreto que las mafias de la alimentación integradas por bachaqueros, consejos comunales y funcionarios, las cuales son amparadas por guardias nacionales y policías nacionales empeoran aún más la situación. Por otra parte, la crisis en la salud se acentúa cada vez más con el agravante de que no se consiguen la mayoría de los medicamentos, pese a los reiterados anuncios que pretenden hacer creer a la población que esto no está sucediendo y que se trata sólo de sensaciones provocadas que distan de la realidad.
Muchísimas han sido las denuncias de ex ministros e incluso de militares activos que aseguran la existencia de mafias que actúan en diversos ámbitos los cuales abarcan desde el sector alimentos hasta la asignación discrecional de divisas a empresas de maletín allegadas a personeros gubernamentales. Hay quienes aseguran incluso que en Venezuela hubo un vulgar saqueo, y hay gran cantidad de material que refiere explícita y abiertamente que en Venezuela ocurrió un desfalco a la nación y aun así no se toman las medidas correctivas ante tan grave situación.
Igualmente para nadie son un secreto los ya repetidos casos, cada vez más frecuentes, en los que integrantes de bajo, medio y alto nivel de las FAN“B” aparecen involucrados en sonados casos de narcotráfico y actos de corrupción. Mientras muy a la par con todo este cuadro verdaderamente denigrante, crece la represión y la persecución contra los trabajadores y el pueblo al momento en que exigimos que se cumplan las garantías consagradas en el marco legal constitucional al igual que las justas aspiraciones que alguna vez fueron parte de discursos, al parecer demagógicos, que prometían la mayor suma de felicidad posible.
En Venezuela hubo un tiempo reciente de “vacas gordas” y esos recursos fueron administrados con excesiva discrecionalidad e irresponsabilidad. Todos en Venezuela sabemos de las jugosas cuentas milmillonarias en dólares que engordaron en diversos bancos extranjeros. Los personajes involucrados están ligados al aparato gubernamental y por eso no ha habido castigo alguno ni la más mínima intención de repatriar y expropiar esos recursos sustraídos a todos los venezolanos. Son esos recursos saqueados los mismos que hoy se requieren para solventar la dura situación que atravesamos, sin embargo, en vez del gobierno asumir su responsabilidad y consecuencias respecto a estos hechos, ha optado por asestarnos, tal vez el peor paquetazo difrazado de “sinceración” jamás cometido contra el pueblo en toda la historia de Venezuela. El aumento del tipo de cambio oficial ya supera el 500%, el dólar SIMADI ha pasado de Bs 50 hasta Bs 470 hasta la fecha, lo cual echa por la borda cualquier supuesto aumento salarial del 30, 40, 50, 70, o 130% del que tanto se enorgullecen. El Bolívar fuerte no vale ni una locha y la familia promedio venezolana necesita para apenas poder almorzar, la cantidad de Bs 5.000 al día. Incluso y por si no lo sabían, ya existen gran cantidad de hogares en los que se come dos veces o una vez al día. Hay gran cantidad de reportes sobre niños que sufren desmayos en las escuelas al igual que existen gran cantidad de reportes de fallecidos por falta de insumos médicos fundamentales en hospitales. De tal manera que la situación que estamos viviendo no es parta nada digna ni revolucionaria ni nada que se parezca, la gran mayoría del pueblo venezolano estamos viviendo sí una situación de miseria generalizada con tendencia a convertirse en una hambruna, mientras una muy escasa minoría continúa engordando, jartando y dilapidando como cerdos los escasos recursos que quedaron del vulgar saqueo a la nación.
Quienes saquearon el País y hoy aún se muestran gordos y rozagantes deben pagar por los crímenes que cometieron y que permitieron que se cometieran. No es el pueblo el que debe pagar las consecuencias del saqueo y la corrupción. La estafa que se sigue cometiendo por el diferencial cambiario y la falta de asignación de divisas para áreas prioritarias debe parar.
El pueblo Venezolano acompañó en un principio la propuesta de Revolución Bolivariana, pero fue para salir de la pobreza y no para que lo mantuvieran en pobreza para siempre. El pueblo venezolano jamás quiso un gobierno de los pobres sino un gobierno que lo sacara de la pobreza y no precisamente para que se convirtiera en un pueblo malsano, individualista y tirano sino todo lo contrario, en un pueblo con autonomía, independencia, alta autoestima y mucha dignidad.
Hoy al pueblo venezolano nos han impuesto sobre nuestras espaldas toda la carga de un paquetazo económico el cual pretende salvar de la crisis a los empresarios y al gobierno a costa de nuestro sacrificio y el de nuestras futuras generaciones. Son nuestras familias las que andan de un lado a otro y de cola en cola procurando alimentos y medicinas. Son los hijos de los trabajadores honestos de todo nivel (obrero, técnico, profesional) quienes hoy padecen las consecuencias del saqueo que cometieron otros. Y por el contrario, son las familias de esos otros quienes disfrutan de un micromundo que habitan en una burbuja construida a costa del sacrificio de millones… ¡y eso no puede continuar ocurriendo, no lo debemos permitir!
Que la crisis la paguen quienes la provocaron: ¡El gobierno y los empresarios!
Es deber de todo venezolano exigir que se cumplan las garantías establecidas en nuestra Constitución y es la obligación de quienes ocupan circunstancialmente cargos de Estado el cumplir con dichas garantías.
Quienes saquearon los recursos del país no tienen la moral para venir ahora a exigirnos más sacrificios al pueblo venezolano, por el contrario, deben más bien pagar por los crímenes cometidos.
Sin duda alguna, el que hoy esté muriendo gente en los hospitales por falta de medicinas e insumos y que millones de hogares estén padeciendo hambre y necesidad mientras un grupito cada vez más reducido engorda y se da vida de reyes es un crimen de lesa humanidad.
¡El poder los envileció!
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