domingo, 17 de enero de 2016

Un año crucial para los trabajadores petroleros venezolanos


Por: Simón Rodríguez Porras 
Partido Socialismo y Libertad

El capitalismo venezolano atraviesa la peor crisis de su historia reciente, y en dicho marco el gobierno venezolano ha aplicado un ajuste por la vía inflacionaria que ha depauperado a la enorme mayoría de los trabajadores en los últimos dos años, enterrando las conquistas sociales y económicas alcanzadas en los primeros cinco años del período chavista, e incrementando la pobreza hasta los niveles de hace un cuarto de siglo.

Uno de los sectores obreros más castigados por la política laboral del gobierno ha sido el de los trabajadores petroleros. La contratación colectiva firmada en enero por la burocracia sindical del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y el gobierno, establece un salario que equivale a 180 dólares mensuales a la tasa oficial (50 dólares a la tasa del mercado paralelo).


Paralelamente a la degradación de las condiciones laborales, de seguridad industrial, la destrucción ambiental y el abaratamiento acelerado de la mano de obra, ha corrido la restricción de la libertad sindical y la persecución contra los trabajadores. La utilización de militares de la Guardia Nacional Bolivariana para detener a los trabajadores combativos como el secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), José Bodas, el despido de sindicalistas revolucionarios como Bladimir Carvajal, la postergación de las elecciones sindicales, el control de los sindicatos de base mediante maniobras judiciales, son todos elementos de un ataque general contra los trabajadores petroleros.

Sin embargo, esa política oficial ha generado un rechazo masivo entre los petroleros, y la rebeldía empieza a evidenciarse en hechos como la protesta prolongada por el reenganche de Bladimir Carvajal en Petrocedeño, o la exigencia generalizada de elecciones sindicales. 


La opción representada por José Bodas y la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-cura), que viene enfrentando los atropellos del gobierno y las transnacionales yanquis, chinas y europeas; que ha defendido la libertad y la democracia sindical, y que plantea con firmeza la necesidad de nacionalizar la industria petrolera, tiene grandes posibilidades de derrotar en elecciones a la burocracia sindical. Para que se realicen las elecciones, es decisivo que el descontento de los trabajadores siga traduciéndose en organización y movilización con total independencia respecto del gobierno y los partidos de la oposición patronal. Con la recuperación de la Futpv como herramienta de lucha, es posible levantar una referencia política y sindical que impulse la refundación del movimiento obrero venezolano, sobre bases de independencia de clase, autonomía y democracia.

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